―Esto no puede estar pasando ¿Cómo puede desaparecer enfrente de todos y sin dejar rastro? ¿Acaso no son los mejores magos y brujas de estos tiempos? ― Draco caminaba de un lado a otro, cada cierto tiempo soltaba su letanía.
Harry rodo los ojos, comenzaba a sacarlo de quicio, si bien él también estaba preocupado y mucho, sabía que con quejarse no solucionarían nada.
― ¿Cuánto tiempo más nos hará esperar? ― podía palparse su mal humor en cada palabra que pronunciaba, odiaba que lo hicieran esperar, habían viajado a un aldea llamada Somei en Toshima, se encontraba a las afueras de Tokio, estaban rastreando la única pista que tenían.
Harry inhaló profundo y se tranquilizó, reconocía que había sido mala idea llevar con él a Draco, era insoportable, solo lo toleraba porque de cierta forma entendía que todo ese mal humor o al menos la mayoría, se debía a la desaparición de la mujer que amaba.
La tarde era tranquila, una brisa les traía el aroma de cerezos japoneses que rodeaban toda la casa, se encontraban esperando al anciano de la aldea, o sabio, como otros le decían, por lo que habían averiguado, él podría decirles más sobre el hombre que se había llevado a Hermione.
― ¡Bueno, con un carajo! ¿con que descaro nos hacen esperar tanto? ― ya estaba exaltado y no estaba dispuesto a esperar ni un segundo más, si tenía que entrar por el anciano el mismo, así lo aria.
― ¡Konnnichi wa! (こんにちは) ― Una voz débil llamo la atención de ambos magos.
Harry disimuladamente conjuro el hechizo para que tanto él como Draco pudieran entenderle. Ambos que estaban frente a la casa vieja hecha de bambú se acercaron al anciano.
― ¡Buenas tardes! ― saludó Harry haciendo una inclinación con la cabeza.
Draco se limitó a mirarlo, aún estaba cabreado por las dos horas que habían hecho hacerlo esperar.
― No seas irrespetuoso ― lo reprendió Harry dándole una palmada en la cabeza para que la inclinara.
Esto fue el colmo para Draco, se giró y lo encaro ― ¡En tu miserable vida me vuelves a poner una mano encima Potter!
― Sabes que Draco, ya me estas exasperando, y si no lo has notado, este señor es el único que puede darnos información, así que yo te recomiendo que tengas un poco de humildad si quieres recuperar a Hermione ― para Harry era muy bien sabido del orgullo que portaba la gente de esos países.
Tras unos segundos de meditación, Draco inclino la cabeza y saludo al anciano.
El anciano miró detenidamente a Draco, le causo gracia la resistencia con la que lo saludo, por las ropas que vestía se percató que seguramente era de una familia acaudalada. Su porte y arrogancia le confirmaban su estatus social ― Pasada la garganta uno se olvida de cuanto quemaba...
Harry no pudo evitar reírse, Draco solo frunció más el ceño, al parecer ese anciano estaba dispuesto a sacarlo de sus casillas.
― Pasen ― les ordenó mientras se hacía a un lado para permitirles acceso ― por favor dejen sus zapatos en la entrada.
Harry fue el primero en ingresar, se percató del genkan, era una pequeña zona, al mismo nivel que el exterior, donde debía extraerse sus zapatos. Cuando se los quitó subió a un piso elevado. El piso era de madera, frente a él había dos futones, frente a estos una pequeña mesa con tres tasas, de las cuales salía vapor, detrás de la mesa había un futón más.
El recibidor estaba poco iluminado y no había nada más, una puerta de madera y papel lo separaba del resto de la casa. El anciano entro y se sentó sobre sus piernas en el futón que estaba solo, con la mano les indico que tomaran asiento.
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"La regla es, no enamorarse Malfoy" #Dramioneawards
FanfictionDespués de varios meses Draco se volverá a topar en su camino con Hermione en la prestigiosa academia Lebrench, a la cual solo logran ingresar lo mejor de los mejores estudiantes del mundo. Pero vaya sorpresa se llevara Draco al conocer una muy dife...