Capítulo 13: nuevo trato

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Apenas había dormido tres horas cuando alguien la estaba llamando a la puerta. Se sacó el albornoz con el que había dormido y se puso una bata. Bajó descalza y abrió la puerta. Era Cindy. Aunque iba vestida de forma muy elegante. Con un traje clásico de Chanel, con sombrero incluido. Tacones muy altos y bolso a juego.

-Buenos días- dijo divertida mientras entraba en la casa.

-Buenos días- dijo Hermione- ¿quieres beber algo?

-No, gracias. He venido para acompañarte al banco. Sé que quieres pagar esa deuda cuanto antes. Ya tengo el dinero, en billetes muggles.

-No es que no me alegre la idea, es solo que aún no ha acabado mi semana con Malfoy- comentó Hermione sin entender.

-No sé qué ha pasado, pero su elfo vino esta mañana con el dinero que te debía y algo más. Ahora vete a ducharte mientras te busco algo que ponerte.

-Bien, primero voy a llamar a Cupricionio Brown, es el que se ocupa de mi deuda- le dijo Hermione con una sonrisa.

Una después, llegaron ambas al banco. Hermione conocía donde estaba la oficina del señor Bown, así que fue directa. Cindy le ofreció esperarla fuera, pero Hermione no quería estar sola, así que ambas entraron en el despacho del hombre.

-Buenos días- les saludó el hombre a la vez que se ponía de pie. Se estrecharon la mano y con un gesto las invitó a sentarse- no sabes cuánto me alegró su llamada señorita Granger. Ya le tengo preparados los documentos donde acredita el pago de su hipoteca. Necesito quedarme con una copia firmada.

-Por supuesto.

Hermione le tendió el dinero. Mientras el hombre lo contaba, Hermione firmaba todo. Cuando acabaron, se dieron la mano y ambas chicas salieron de la oficina.

-¿Señorita Hermione Granger?- escuchó que alguien la llamaba- casi no la reconozco.

Era el director del banco. Hermione lo conocía desde pequeña, cuando fue a abrir su cartilla y le daba caramelos.

-Sí, soy yo. Acabo de venir de liquidar mi hipoteca con el señor Cupricionio Brown.

Al ver la expresión de desconcierto del hombre, Hermione se quedó muda del pánico.

-Trabaja aquí, acabamos de hablar con él- dijo Cindy.

-¿Dónde?- preguntó el hombre preocupado.

-En la oficina del fondo, la de la puerta blanca con cristal- le dijo la pelirroja.

Hermione empezó a correr hacia la oficina. Cuando la abrió, no había nada ni nadie. Estaba completamente vacía. ¡La acababan de estafar! Se dejó caer al suelo y empezó a llorar. Escuchaba a Cindy hablar con el director del banco. Después de un rato, se la llevó a la Dueña de C.

Cindy la llevó a la habitación donde se veía con Draco Malfoy y la ayudó a meterse en la cama. Le dio una poción para que durmiera. Necesitaba descansar o le daría un ataque de ansiedad. Con todo lo que había pasado con sus padres, esto era demasiado para cualquiera.

Mientras Hermione dormía, Cindy y las demás abrieron el bar. Cindy se acercó a varios de sus clientes y de manera confidencial le consulto el caso de Hermione, sin dar nombres. Todos le dijeron que pusiera una denuncia, que no era un suceso aislado, que era la tercera estafada de ese mes. Que estaban haciendo sus investigaciones.

Cindy apenas se dio de cuenta de cuando Draco Malfoy se escabulló hacia la parte de atrás del local. Pero no pudo detenerlo. Lo lamentaba por Hermione, pero tendría ella que lidiar con él.

Resquicios de orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora