Capítulo 40: soy feliz

4.5K 332 42
                                    

En cuanto se dieron la vuelta, vieron a alguien mirándolos de forma crítica.

-Hermione- la llamó Chris- ¿qué haces con esa escoria? -preguntó enfadado.

-No lo llames así, es mi pareja.

-¿Tú pareja? No me puedo creer que te relaciones con mortífagos.

-Ni yo que seas de mente tan cerrada. La gente puede cambiar.

-Alguien como él no cambie. Al juntarte con gente así corres el riesgo de no despertarte un día.

Draco estaba aguantando estoicamente para no armar una confrontación directa. No quería que Hermione se avergonzara de él, ni que la gente lo tachara de delincuente.

-Hermione, déjalo.

-No. Sabes, he cambiado de opinión. Hay gente como tú, tan obcecada que jamás cambiará y la rabia y el dolor te consumirá. Espero que algún día puedas ser feliz.

Draco aprovechó la ocasión para llevársela a una mesa apartada del chico.

-Relájate- le dijo mientras le acariciaba la mano.

-No puedo soportar que te sigan diciendo esas cosas. ¿Por qué no te defendiste?

-Porque la gente lo vería como un ataque. Además, estoy demasiado feliz presumiendo de novia.

Hermione se sonrojó a más no poder.

Unos minutos después el Primer Ministro se dirigió al estrado. Les dio un breve discurso sobre la importancia de las leyes en el mundo mágico y como esperaba que ellos se responsabilizaran. Cuando terminó dijo que iba a ir llamando a los alumnos que habían aprobado el examen y formaban parte del Ministerio.

Hermione fue la primera en ser llamada. Subió arriba y recogió su certificado y su acta de empleada del Ministerio.

A ella la siguieron quince más hasta que llegaron al último.

-Draco Malfoy- dijo a regañadientes.

Draco se tomó su tiempo en subir. Le cogió el título y cuando le iban a dar su acta de funcionario le dijo que no lo quería y dejó al primer ministro echando chispas.

-Bien, ahora que todos tenéis vuestro título, disfrutar de la fiesta- masculló.

Draco se levantó y le ofreció la mano. Hermione la aceptó y la llevó hasta el centro de la pista. Sin importarles nadie, se pusieron a bailar.

Era una música lenta que Hermione supo llevar con mucho estilo. Draco la miraba como si fuera lo más hermoso del mundo. No podía dejar de mirar esa felicidad de su mirada. Adoraba como ese ligero color de sus mejillas la hacía verse tan inocente. Le encantaba la sonrisa que le mostraba, ya que era solamente para él.

-Hay algo que te quiero decir- le dijo la chica.

-Puedes decirme lo que quieras- le dio una gran sonrisa.

-Te quiero- le dijo un poco nerviosa. Pero sentía que se moría si no se lo decía. Deseaba hacerlo desde hacía tiempo, pero el examen la tenía muy agobiada.

-Tardaste más de lo que me esperaba.

Tiro ligeramente de ella y la besó, fue un beso lento, apenas un roce de labios. Draco le acarició la cara y se separó ligeramente.

-Hace tiempo que me he dado cuenta de que sientes algo más. Creo que también lo notarías por mi parte. Desde que te regalé tu casa y no te fuiste, te consideré mía. Sé que he hecho cosas ruines y no te he tratado como deberías. Pero no me arrepiento de nada ya que ahora estás conmigo. Yo no te quiero, te amo y ahora todos saben que me perteneces. Jamás te dejaré ir de mi lado. Haré todo lo necesario para que seas feliz a mi lado, te amo y jamás me he sentido tan completo.

Hermione iba a soltar una lágrima emocionada y él se la limpió suavemente. Hermione volvió a besarlo.

-Vámonos- le pidió la chica.

Draco no podía ignorar semejante petición. Ignorando a todos, se dirigieron a la salida. Cuando salieron de la vista de la gente, empezaron a correr hacia la salida. Hermione se reía como una niña pequeña. Draco disfrutaba de su diversión.

Cuando entraron por la puerta de la casa, empezaron a deshacerse de su ropa. Draco la cogió a horcajadas y empezó a subir las escaleras con ella. Hermione escondió su cara contra su cuello para evitar que salieron gemidos. Con cada escalón notaba como sus sexos se rozaban. Estaba tan caliente que ese simple roce le provocaba cosquilleos.

Draco se encontró con la puerta abierta y apoyó a la chica contra ella. Intentó bajarla, pero ella se resistía a perder ese roce. Draco sin soltarla, buscaba la manilla de la puerta. Cuando la encontró notó como se precipitaban, pero él tuvo habilidad y los trasladó a la cama. Hermione jadeó por la sorpresa, pero él rápidamente introdujo su lengua en ella.

Hermione le robó la varita y lo desnudó. Draco sonrió y dejó que hiciera lo que quisiera con él. Se subió encima de él y lo besó con pasión, en un momento se separó de él y lo miró a los ojos. Todavía ser sorprendía de lo guapo que era. Lo volvió a besar para descender con besos húmedos. Trazó todos sus músculos con su lengua y volvió a subir para atrapar uno de sus pezones con su boca.

-Hermione- le pidió.

Se levantó de encima de él y se sacó el vestido.

-Sácatelo todo, te voy a quemar toda la ropa. Te quiero siempre desnuda.

Se sonrojó por el deseo del chico. Tenía una mirada hambrienta. Se desnudó del todo y se subió encima de él. Cogió el miembro del chico entre sus manos y se lo introdujo lentamente. Empezó a cabalgarlo, pero necesitaba sentirlo más y empezó a incorporarse y dejarse caer fuertemente. Draco la ayudó con sus manos en su cadera. Quería enterrarse toda su vida en ella. Hermione acariciaba todo su torso, desde sus hombros hasta sus oblicuos. Recorrió suavemente con su dedo su v. El chico se incorporó y atacó las tetas de la chica. La sujetó de la cadera y comenzó a succionar. Hermione se retorció de placer disfrutando de las olas de placer.

Draco quiso hacerla disfrutar más y se lanzó sobre la chica haciendo que su espalda rebotara contra la cama. Ella lo miraba sorprendida y él divertido. Le colocó sus piernas sobre sus hombros y se introdujo dentro de ella.

Notó como estaba cerca de su orgasmo y deslizó un dedo por su clítoris. Al notar su clímax, se dejó llevar.

Draco se acostó sobre su pecho calmándose.

-Soy feliz- le dijo la chica.

Él le acarició la cara y le besó la punta de la nariz.

-Te prometo que el resto de tu vida será así.

-No puedes prometerlo.

-Puedo porque haré todo por verte así- Hermione lo miró enternecida.

-Eres un tonto- dijo ella enternecida.

Él echó una carcajada y la abrazó más fuerte.

-Tengo que ir al baño.

-No te pienso soltar- dijo divertido.

-¡Draco!- le llamó la atención como a un niño.

-Mañana ya nos ducharemos y cambiamos las sábanas. Ahora no te suelto. Es un sueño.

Hermione lo abrazó fuertemente y se dispuso a dormir sobre su pecho muy ilusionada. 

Resquicios de orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora