Capítulo 36: San Mungo

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Hermione se levantó temprano y bajó a desayunar.

-Buenos días- le dijo al rubio.

-Buenos días-mientras cerraba el periódico- ¿qué haces levantada tan temprano?

-Tengo ir a darle una autorización para que entren en el jardín a arreglar una tubería. ¿Y tú?

-Tengo negocios que atender- dijo obviamente.

-¿Los diriges tú todos?

-Yo soy el CEO. Tengo consejeros, director financiero, directora comercial... ellos hacen funcionar las diferentes empresas. Pero al final, el que toma todas las decisiones soy yo.

-¿Cuántos negocios tienes?

-Realmente es un conglomerado de empresas. Incluso tengo algunas en el mundo muggle. Después de que Voldemort desapareciera, mi padre no era bien visto del todo y decidió invertir algo de su capital por si ocurriese cualquier cosa, tener un resguardo.

-¿Por qué no se deshizo de esos negocios cuando regresó?

-No lo sé, no me enteré que los tenía hasta que los heredé. Él siempre dijo aborrecer a los muggles, pero no sé hasta que punto- comentó pensativo.

-¿Y tú?

-¿Te parece que te aborrezco?

-Yo soy una bruja.

-Aborrezco a algunos, pero lo mismo que con los seres mágicos. Lo que me llama la atención es lo originales que son con sus inventos a pesar de no tener magia. ¿Qué dirías que eres, más muggles o más bruja?

-No reniego de mis orígenes, pero si tengo que decidir, diría que soy bruja. Es lo que soy ahora.

Siguieron hablando unos minutos más, hasta que cada uno partió a su destino.


[...]

Ya estaba harta de que su estómago le pasara tantas facturas. Necesitaba concentrarse para retomar las clases con fuerzas. Así que decidió ir al médico a una revisión. Al principio pensó en ir a su médico de toda la vida, pero sabía que un medimago podría encontrar una cura más rápida.

-Señorita Granger, antes de nada, hacemos unas pruebas rutinarias por seguridad. Por favor introduzca su mano en estos tarros.

Hermione fue introduciendo su mano en cada uno hasta que el tercer tarro cambió de color.

-¿Qué significa?

-Enhorabuena, está embarazada.

-¿Cómo dice? -preguntó la chica sin creérselo.

-No se preocupe, debido a la intensidad de este color le puedo decir que solo está embarazada de unas semanas. Me gustaría hacerle más pruebas para comprobar que todo vaya bien.

-No, aquí hay un error.

Hermione recogió su bolso y su abrigo y salió rápidamente de ahí. Pensó en ir a la Mansión, pero necesitaba pensar. No entendía nada, Malfoy le había dicho que se cuidaba. Si se cuidaba, ¿por qué estaba embarazada? No sería ningún plan retorcido de él. Porque si eso era así, sería muy de psicópata. Además, la venganza también lo salpicaría a él.

Vale, su mente le decía que él la quería y que no fue a propósito todo esto. Empezó a pensar y recordó aquella vez en la que Draco había sido herido por una armadura y le había hecho una poción. Podía ser que hubiese interferido en su método anticonceptivo.

Resquicios de orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora