Capítulo 28: ¿dónde está Hermione?

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Ginny convenció a Harry de comprar un buen desayuno y llevárselo a Hermione. Pensó que sería un día difícil sin sus padres. Iba a ser el primer año en el que no tendría una carta de ellos. Siempre le mandaban una bonita carta a primera hora de la mañana cuando desayunaba en Hogwarts. Quería que empezara con buen pie el día, así que también obligó a su hermano Ron, quien hizo una parada en su viaje.

-¿Qué le has comprado Ron? –le preguntó Ginny mientras se dirigían hacia la casa de la chica.

-Un collar. Lo vi en uno de mis viajes, en un bazar de Egipto.

-No sería en el mismo bazar al fuimos cuando nos tocó el viaje, ¿no? –preguntó Ginny con reserva pensando en el asqueroso antro donde los habían llevado prometiéndoles grandes reliquias y eran más falsas que las que vendía Mundungus Fletcher.

-Ehhhh, el detalle es lo que cuenta- dijo sin mirar a su hermana- ¿y vosotros?

-Ginny le quiso comprar unos zapatos y yo le cogí un libro.

Ron se giró hacia su hermana molesto.

-¿Y a él no le dices nada por el libro?- le bufó.

-Porque es uno muy bueno sobre leyes, una edición limitada. ¡Listo, que eres tú muy listo! –le sacó la lengua.

-Inmadura- le susurró él.

Ambos se encontraban delante de la casa de la chica. Timbraron varias veces, pero nadie les abrió. Se sorprendieron, pero supusieron que ya se habría ido a clases.

Un vecino de Hermione, al verlos se acercó.

- ¿A quién buscan? –preguntó.

-A Hermione Granger- respondió Ginny.

-Hace meses que no la veo.

- ¿Cómo que meses? - preguntó Harry escéptico.

-Sí, desde unos días después de la muerte de sus padres, no la he vuelto a ver.

-No nos ha dicho nada- masculló Harry.

- ¿Cuándo fue la última vez que hablasteis con ella? –preguntó Ron. Estaba empezando a preocuparse.

-Hace una semana me mandó una lechuza- dijo Ginny.

-No la vemos desde después de la boda- aseguró Harry.

-¿La habéis perdido?- preguntó histérico.

-¡No es un perro!- le gritó su hermana.

-¡Puede estar en peligro!- siguieron gritando.

-Hermione sabe defenderse- les dijo Harry.

Ambos hermanos se giraron hacia el moreno.

-¿Y tú que sabes?-le preguntaron ambos a la vez.

-¡Queréis calmaros! –les gritó.

-¡VOY A LLAMAR A LA POLICIA! –les gritó el vecino mientras les apuntaba con la manguera del jardín.

-Vámonos- les recomendó Harry.

Al aparecer en la Madriguera, Ron entró rápidamente y se dirigió a George y su padre.

-Tenemos que hablar con el ministro, llama a Kingsley- aseguró Ron- Hermione puede estar en peligro.

Tanto su padre como su hermano se levantaron de golpe.

-¿Qué pasó?

-Lleva tiempo sin vivir en su casa- les explicó Harry.

-¿Por qué no le regalaste un perro? -le preguntó Ron.

-¿Qué dices?-preguntó Harry sin entender.

-Así estaría protegida- le respondió.

-Te recuerdo que le compraste un andrajoso collar. Al menos uno con un hechizo protector, cutre- le gritó su hermana.

-¡Para de gritar! -le pidió Ron histérico.

-¡Para de decir tonterías!- gritó Ginny.

-¿Qué os pasa? -preguntó su padre.

-Ron sufre una insolación- le dijo George.

-Hermione ha desaparecido y vosotros estáis tan tranquilos- les echó en cara.

-Ron, cálmate- le pidió su padre- ¿qué ocurre?

-No vive en su casa. Tenemos que averiguar donde está, que hace, que...

-No seas exagerado. Hoy me aseguró que vendría a cenar a la Madriguera- le dijo Molly entrando en el salón.

Todos respiraron más tranquilos y guardaron silencio.

-Si no aparece, llamaré al Ministerio- le aseguró Ron con los brazos cruzados- os recuerdo que comparte clases con un mortífago- comentó furioso porque lo dejasen salir de Azkaban.

Harry le puso una mano en su hombro para calmarlo. Pero realmente estaba preocupado.

Resquicios de orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora