Capítulo 15: tensión

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¡Hola! No sabéis lo bien que me siento después de ver vuestro enorme apoyo. Me han encantado vuestros comentarios. En pocos días, espero subir el siguiente capítulo, me hacéis ilusionarme demasiado y me siento con ganas de escribir más.

Nuevamente os digo que: ¡¡¡GRACIAS!!! No sería nada sin vosotras.

Un saludo


[...]


Hermione salió del baño y se dirigió al armario. Draco le había dicho que le había comprado algo de ropa. Se sorprendió al ver que el armario estaba hechizado y que daba paso a un enorme vestidor. Supuso que ese sería el sueño de muchas personas, pero ella pensaba en como sería tenerlo todo lleno de libros que poder consultar en cualquier momento. Cogió un pantalón corto y una camisa floja sin mangas, y unas sandalias. Se dejó el pelo mojado, hacía demasiado calor. Salió sin mirarse al espejo, Draco le había dicho donde estaba la biblioteca. No quería perder más tiempo, deseaba ver que tan grande era la colección.

Llegó al pasillo, donde estaba la biblioteca, sabía que puerta era por el olor. Reconocería ese olor en cualquier lado. Abrió una de las dos grandes puertas de madera. No era tan grande como la biblioteca de Hogwarts, pero era una sala rectangular de dos pisos, con un gran ventanal que dejaba entrar la luz. En las otras paredes, solo había libros, estaban los dos pisos llenos. Los dos pisos estaban separados por un pequeño pasillo. Había varias escaleras para ascender al piso de arriba y para alcanzar los libros más altos. Había varios sillones sobre una gran alfombra. Le pareció un sitio realmente hermoso.

Se decantó por un libro que hablaba sobre la mansión Malfoy y sus primeros habitantes. Se sentó en el sofá con las piernas cruzadas, con una rodilla levantada, donde apoyaba su mandíbula. Estaba tan concentrada en su lectura que no se dio de cuenta de que Draco estaba en la puerta apoyado. Iba a buscar en algún lugar de la biblioteca, a ver si todavía quedaba algún libro que pudiera ayudarle.

-Si no te conociera, pensaría que intentas seducirme- le dijo sin moverse de su sitio.

Dio un respingo y casi se le cae el libro de las manos.

-He estado pensando en que debo avisar a Cindy. Me he ido sin decir nada- le dijo un poco culpable por no pensar en ella.

-No te preocupes, ya le he enviado una carta. Le he dicho que yo me ocuparía de ti. Está más tranquila, pero espera que algún día vayas a visitarla.

-Lo haré- murmuró.

Hermione se fijó en que había cogido varios libros, buscando algo, sin encontrarlo. Sentía curiosidad. Pero por encima de todo, quería sentir útil de nuevo.

-¿Te puedo ayudar? -preguntó en voz baja.

-A no ser que sepas de leyes de hace más de seiscientos años, no.

Recordaba que había ido a Flourish y Blotts y la había despedido. Estaba buscando información. Si en su biblioteca no tenía nada, ni había libros que pudiera comprar, la única solución era...

-¿Y en la biblioteca de la Academia Zorshon?

Draco levantó la vista del libro que estaba leyendo. Era una buena idea, ¿cómo no lo había pensado antes? Era la academia donde formaban a los magos y brujas que se encargarían del departamento de leyes. Sin decir nada, salió a paso apresurado de la biblioteca.

[...]

Se sorprendió de no encontrarse con Draco durante dos días. No es que lo echase de menos, pero no le gustaban los imprevistos. Le gustaba tenerlo todo bajo control. Tenía los pelos de puntas, ni siquiera se daba relajado con la lectura. A cada ruido que escuchaba, se ponía en alerta, pensando en que podría aparecer en cualquier momento.

Resquicios de orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora