Capítulo 23: buenas heridas

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Perdonar que me equivoqué de capítulo, pero ahora sí que es el que corresponde.
Menudo regreso 🤦🤦
Gracias por avisar.

Hermione por otra parte pensaba que sería una oportunidad para que Draco sociabilizase. Desde que se había mudado a su mansión, solo le había visto hablar con ella y su elfo. En raras ocasiones con algún abogado, pero solo para temas de trabajo. Ahora que formaba parte de un grupo de tres personas, tendría la oportunidad de estar en contacto con otra persona en un ambiente distendido.
Después de las clases se citan para hablar del trabajo. Se juntarían en una sala de la biblioteca, acondicionada para que los alumnos puedan realizar trabajos. Hermione y Chris habían cogido dos asignaturas optativas. Cuando salieron, se dirigieron a la sala, donde ya les esperaba Draco ojeando varios libros. Hermione se fijó en que no parecían libros relacionados con su tema. En la lechuza que les había llegado, ponía que tendrían que hacer un estudio de las leyes y tratados de las relaciones entre magos y muggles, sobre los antecedentes, evoluciones, modificaciones y recomendaciones que harían ellos.
Chris se sentó al lado de Draco. Este le dirigió una mirada seria al ver que husmeaba los libros que había cogido. Con un movimiento de varita los recolocó en su sitio.
- ¿Por qué parte es mejor empezar?- preguntó Hermione- conozco un par de libros que nos pueden ayudar para…
-Lo mejor es repartir el trabajo en tres partes y después juntarlo-interrumpió Draco a Hermione.
-Me parece bien- opinó Chris- Hermione y yo podemos ocuparnos de los antecedentes y modificaciones.
-Pero- Hermione quería decirle que esa parte no era justa, lo más complicado y más tiempo llevaba eran la última parte, donde tenían que explicar que cambiarían para mejorar esas leyes.
-Está bien- la volvió a interrumpir- cinco días antes de la entrega, nos reuniremos para juntar las partes. -Se levantó y se fue.
- ¿Por qué le encargaste esa parte a él? Sabes que es lo más tedioso- inquirió Hermione.
-Si quiere regresar a la sociedad, que pague por lo que hizo. Suerte tiene de que queramos hacer un trabajo con él. Personas como él deberían estar en Azkaban.
A Hermione le cambió la cara al escuchar hablar con tanto odio. No deseaba que hubiese una oleada de odio contra todo lo que tuviera que ver con Voldemort. Deseaba que con todo lo vivido la gente hubiese aprendido algo y dejase su odio y racismo aparte.
-Lo siento- dijo el chico rápidamente- tú más que nadie debes odiarlo.
-No, el odio no te lleva a nada más que a más odio. Lo mejor es seguir adelante con tu vida.
-No puedo creer que tú me estés hablando de olvidar y perdonar.
-No es olvidar, ni mucho menos perdonar porque sí. Lo que quiero es ser feliz, y eso no se consigue con odio.
-Todos queremos ser felices- dijo notando el ambiente tenso- por ello- cambio su tono de voz a uno más jovial- vamos a coger los libros que necesitamos y después te invito a tomar una cerveza de mantequilla.
-Me parece bien- dijo Hermione.
Cuando acabaron de coger varios de los libros que necesitaban, fueron a un bar cercano a tomar una cerveza de mantequilla. Ambos disfrutaron de una charla distendida durante bastante tiempo. Chris empezó a sentir hambre e invitó a Hermione. Pero ella se negó, quería cenar algo rápido y repasar la lección para el día siguiente.
Al llegar a la mansión de los Malfoy, se dirigió a las cocinas. De camino, vio una luz salir de una de las habitaciones. Se asomó y vio a Draco entrenando. Se enfrentaba a una armadura, espada contra espada. Se sorprendió al ver que Draco se había zafado por muy poco de la armadura en más de dos ocasiones. Hermione ahogó un par de gritos. No aguantó más y entró. Con un movimiento de varita intentó detener la armadura, pero no lo consiguió. Eso ocasionó que Draco se distrajera brevemente y por ello la armadura le hizo un corte en el abdomen. Draco dijo unas palabras y la armadura se paró. Se agarró el vientre, donde empezaba a sangrar. Hermione corrió hacia él.
-Lo siento mucho, déjame ayudarte- le dijo mientras intentaba levantarle la camisa.
-Granger, creo que ya has hecho suficiente- dijo mientras se tambaleaba.
Hermione se acercó y lo agarró del brazo, guiándolo hacia la cocina. Durante esos metros, se fueron apoyando en el muro. Cuando entraron en la cocina, el rubio se sentó en un banco. Hermione le levantó la camisa y vio como la herida sangraba.
-Episkey- dijo Hermione. Pero no consiguió parar la hemorragia- ¿por qué no funciona?- pregunto frustrada.
-Tengo ungüento en ese armario- señaló Draco.
Hermione lo cogió y se lo aplicó a Draco en su herida. Poco a poco la sangre dejó de fluir. Mientras, Hermione preparó una poción para que se la tomara y le ayudara a cicatrizar. Cuando acabó, se la echó a Draco en una copa.
-No sé si fiarme. Primero me hiere una armadura y ahora me puedes envenenar. No creo sobrevivir dos veces al día a la muerte.
-Técnicamente, ya no sería el mismo día. Serían diferentes- se refería a que pasaban de las doce de la noche. - Así que, puedes estar tranquilo.
-Muy graciosa, Granger. Ahora dame esa copa y pásame otra poción para el dolor- dijo Draco mientras se sentaba mejor.
- ¿Vas a tentar a la suerte? - preguntó Hermione divertida.
-Con lo que me duele, sí.
- ¿Será mejor una poción para dormir? - preguntó Hermione.
-No- dijo tajante.
-Te ayudaría mejor a cicatrizar la herida- sugirió Hermione.
-Sé de algo mejor que hará que me cure y duerma bien- le dijo a Hermione mientras la acercó a él.
-De eso nada- dijo muy sonrojada- necesitas descansar. Mañana tenemos clase.
-Eres una aguafiestas.
Lo colocó sobre sus hombros y lo llevó a la habitación. Al llegar a su habitación, lo sentó con delicadeza en la cama. Le sacó la camisa ensangrentada, mientras aprovechó para acariciarlo. Intentó que no se notara, pero Draco se dio de cuenta. Sus mejillas rojas, eran todo un poema. Apresó una de las manos de la chica y la acercó suavemente. Recorrió su brazo desde la punta de los dedos hasta su hombro. Hermione sintió como se le ponían los vellos de punta. Dejó que le sacara el vestido.
Draco se inclinó para besar uno de los pechos de la chica y puso una mueca de dolor. Hermione lo notó y lo tumbó en la cama. Le acarició el pecho del chico hasta sus pantalones. Le sacó el cinturón y lo sostuvo en sus manos.
-Espero que seas bueno y no te muevas o me veré obligada a atarte- le señaló el cinturón.
Draco esbozó una sonrisa ladeada.
-Nunca me habían dado tantas ganas de portarme mal- dijo divertido.
-Que tonto eres- dijo Hermione con una sonrisilla.
Le sacó los pantalones y luego se dirigió a su boca. Mientras lo besaba, intentaba no tocarlo, no quería hacerle daño. Draco la hizo sentarse sobre sus caderas con una mano, que empezó a mover y con la otra la atrajo para besarla profundamente.
Después de una sesión de besos, Hermione empezó a descender posando sus labios por el cuerpo del chico. Cuando llegó a boxers del chico, empezó a besar su miembro por encima de su tela.
La respiración de Draco se hacía más pesada. De vez en cuanto, le salía algún sonido gutural. Hermione pasó sus dedos por el borde de la prenda. Estaba torturado al chico. Le sacó su última prenda. Le cogió el pene, hinchado por el deseo y empezó a mover sus manos de arriba abajo. Cuando vio que el chico se retorcía, se lo metió en la boca y empezó a chupar como si fuera una piruleta. Bajaba y subía con gran velocidad, pero cuando lo sacaba de la boca, se detenía su tiempo en la punta. Notaba como el chico se retorcía de placer.
- ¡Granger, desnúdate ya! Te voy a follar ahora- exigió.
Hermione le hizo caso. Por una razón, de la que no quiso saber, se sentía poderosa y atractiva. Le hacía sentir fuerte el ver como se retorcía de deseo por ella, nunca pensó en tener ese poder. Se sacó la ropa interior frente al chico que no paraba de comerla con la mirada. Cuando estuvo completamente desnuda, se puso sobre Draco y poco a poco se introdujo el miembro del chico. Se fue poco a poco acostumbrando, al tamaño del chico. Se fue moviendo lentamente, no quería lastimar al chico. Él supuso algo parecido y después de un rato, le agarró las caderas y empezó a moverse con más intensidad. Hermione quería tocarle, sentirlo más. Se inclinó hacia delante y lo besó fogosamente. Draco sacó sus manos de su cadera para agarrarle el culo. Se recreó en sus nalgas, suaves y blandas. Cuando dejaron de besarse, Draco le dio un empujón hacia delante, dejándole las tetas a la altura de su boca. Empezó a chupar rápidamente, notó como la chica se arqueaba, sabía que iba a correrse y mientras jugaba con su teta, sus dedos descendieron hasta su clítoris.
Cuando acabó se tumbó a su lado. Después de coger un poco de aire, se iba a levantar. Pero Draco se lo impidió.
-Es tarde. Así, mañana te asegurarás de que no me quedo dormido- le dijo el chico.
Hermione cogió las sábanas y el edredón y tapó a ambos. Para ambos, era nuevo. Era la primera vez que dormían con alguien con quién se habían acostado. Cada uno se situó al borde de la cama. Como era tan grande, no se tocaban.
Draco se había quedado quieto durante la noche, pero Hermione no. A media noche, se había girado hacia el chico y lo había abrazado. El primero en despertarse había sido el chico, que se sorprendió al notar alguien con él. Pero después de los primeros segundos de confusión, disfrutó del abrazo de la chica. Su calor lo reconfortaba. Le hacía olvidarse de que ya no estaba solo. A pesar de que siempre se dijo que no necesitaba a nadie, tenerla a ella lo reconfortaba. Le acarició la cara, hasta que vio que se despertaba. Se sentó de lado, dándole la espalda y con las piernas colgando.
-Tenemos que ir a clase-dijo Hermione.
Draco se levantó y antes de que entrase al baño, Hermione lo llamó.
- ¡Espera! Déjame revisar la herida.
El chico se dio media vuelta y se aproximó a la chica. Ella se acercó al borde, se sentó sobre sus piernas, mientras él seguía de pie. Le sacó la venda lentamente. A Hermione le costaba concentrarse con el cuerpo del chico. Su cuerpo no estaba especialmente musculado, pero sí fibroso. Su piel era suave y tersa, notaba el calor en sus dedos. Draco intentaba pensar en otra cosa y no volver a meterse en cama con ella.
Draco no quería ir a clase, pero su deseo de destruir a Zabini era más grande. Tenía que seguir fingiendo que de verdad quería aprender, que quería estar ahí. Aunque eran muchos libros los que tenía por revisar, esperaba tener resuelto todo para Navidades.
Con mucha calma, se levantó de la cama mientras Hermione se duchaba. Cuando estuvieron listos, cada uno se apareció en una zona diferente de la Academia. Hermione disfrutaba caminando y se apareció al final de la calle, Draco en la puerta.
Las siguientes clases fueron muy llevaderas, los profesores lo ignoraron totalmente, cosa que realmente agradeció. El único que lo trataba como a uno más, era el profesor Sellers. En clase, sus compañeros no paraban de dirigir malas miradas y no paraban de murmurar cada vez que podían. Pero eso poco le importaba.
Hoy habían quedado en juntar el trabajo. Tanto Draco como Hermione lo habían estado haciendo juntos. Después de cenar, dedicaban una o dos horas. No todo era estudiar, dedicaban gran parte del tiempo a comentar opiniones.


Habían pasado casi dos meses, noviembre estaba llegando a su fin. La fecha de entrega del trabajo estaba próxima y Hermione deseaba juntarlo cuanto antes.
-Chris, ¿acabaste ya con tu parte? - preguntó Hermione.
-Sí, ¿por qué no me dais vuestras partes y las uno yo?
-Preferiría revisarlo para ver que vaya congruente.
-No te preocupes, lo haré yo- le aseguró- soy bastante bueno uniendo partes.
-No es que lo dude, pero me gusta revisarlo todo- volvió a insistir Hermione que no se quedaba nada tranquila.
-Tranquila, dos días antes te lo traigo todo hecho- le aseguró.
Hermione no quedó muy tranquila, pero en dos días estaba segura que le daría tiempo. Su parte y la de Draco la conocía, así que solo sería encajar la parte de Chris.
Esa tarde cuando llegó a la mansión de los Malfoy, tenía varias cartas. Una era de Harry y otra era de Ginny. Harry le recrimina que los dejase de lado, que quiere saber más de ella y verla un poco más. Ginny la invitaba en nombre de todos los Weasley a que fuera a pasar unos días a la Madriguera.
Hermione les respondió que estaba muy ocupada con la Academia y que la verían más adelante, pero que no pensaba pasar allí varios días.
Cuando acabó de escribir las cartas, fue a hablar con Draco. Le explicó lo que le había dicho Chris. Él le dijo que no se preocupara. Pero él no se fiaba. Sabía que el chico sentía odio hacia él y todo lo que representaba. No quería meterse en problemas, así que ya pensaría en algo.

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