CAPÍTULO 5: "Decisiones difíciles"

24.7K 1.5K 38
                                    

- Ma...ma...ma...ma- Dijo mi hermoso niño al verme. Julián se dio vuelta, viéndome y sonrió.

- Hola mi amor - susurré acercándome y tomándolo en brazos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Hola mi amor - susurré acercándome y tomándolo en brazos. - Dale un beso a mamá, bebé. - sonreí cuando puso sus dos manitas en mis mejillas y acercó su boca a mi nariz dándome un beso. - ¡Muy bien Santi! ¿Cómo durmió anoche Lea?

- Como un osito tierno. - confesó Lea. - Odia la cuna, ¿verdad Maguie?

- Mi culpa - admití - amo que duerma conmigo. ¿O no amamos dormir juntitos? - murmuré suavemente mientras le daba besos en sus gorditas mejillas, en su frente.

- Bueno,yo me despido. Tengo mil cosas que hacer. Nos vemos el lunes en la oficina Maguie, un gusto conocerlo señor Arredo.

- Igualmente Lea.

- Nos quedamos en silencio por unos largos minutos, los únicos sonidos eran las risitas de Santiago. Él jugaba sin saber el momento de tención que estaban viviendo sus padres.

- ¿Cómo fue el embarazo? Quiero decir, ¿tuviste problemas o algo de eso? -sus preguntas me tomaron por sorpresa. Sonreí.

- Casi todo el embarazo fue tranquilo. No tuve dolores.

- ¿Casi?

- Bueno,el día que cumplí siete meses, me caí de unas escaleras. Me aterré, pensando que perdería al bebé. Cuando llegué a la clínica me dijeron que si no quería perderlo tenía que hacer reposo absoluto. - Julián estaba pálido, sus ojos gritaban que le siga contando - gracias a Lea y a Marco logré no volverme loca, y poder trabajar desde mi departamento.

- ¿Marco?¿Quién es Marco?

- El pediatra de Santi, y un buen amigo.

- ¿Tanta relación tienes con un pediatra?

- ¿Esto es una escena de celos, Julián? - le pregunté sonriendo.

- Y si lo fuera, ¿Qué? Eres mi esposa.

- ¿Qué haremos hoy? - pregunté, cambiando de tema. No quería discutir.

- Quiero llevarlos a un lugar muy especial para mí.

- Entonces,vamos.

Acabábamos de llegar a una hermosa casa en la playa, me había cambiado con algo de ropa que Lea me había llevado. Aunque el clima no era muy caluroso, permanecíamos sentados en una hamaca paraguaya los dos. Santiago se había quedado dormido hacia algunos minutos.

Miraba como el agua chocaba contra la arena una y otra vez, mientras pensaba como había cambiado mi vida en algunas horas. No entendía nada. A pesar de estar muy feliz por haber encontrado a Julián, estaba muy asustada por cómo iban a ser sus vidas ahora que somos tres, no dos.

- ¿En qué piensas tanto? - me preguntó Julián.

- En todo. En vos, en mí, en Santi.

- Somos una familia Mag, a pesar de todo lo que pasó entre los dos. Santiago tiene que ser lo más importante para ambos.

- Es lo más importante para mi desde el momento en el que supe que estaba embarazada.

- ¿Porqué no me lo dijiste? ¿Por qué no fuiste y me dijiste que estabas embarazada, que estabas esperando un bebe? Es NUESTRO hijo, yo tenía derecho a estar todo este tiempo.

- Yo fui, yo quise decírtelo. Pero cuando llegué a tu departamento, no fuiste vos el que abrió la puerta Julián. - recriminé, recordando momentos horribles.

- ¿De qué estas hablando? - preguntó, haciéndose el sorprendido.

- Julián, no tengo ganas ni de recordar ese momento horrible, ni de soportar tu hipocresía en lo que a este tema respecta. - aseguré, levantándome. - ¿Sabes que? Es mejor que volvamos, si por algo no funcionó nuestra relación antes tampoco lo va a hacer ahora.

- ¡No! - gritó Julián, levantándose y tirando de mi muñeca para apretarme contra él - Tu de aquí no te mueves ¿entiendes? - murmuró.

- Yo hago lo que tenga ganas, y no tengo que darte ningún tipo de explicación.

- Eres MI esposa,Santiago es MI hijo. Ustedes son MIOS. Y no pienso renunciar a ninguno de los dos.

- Renunciaste a nosotros hace mucho tiempo - le dije, acercando mis labios a los suyos, respirando su mismo aire - ahora es demasiado tarde para que te preocupes Julián.

- Yo jamás renuncié a ti, ¡Vos te fuiste! Y mucho menos a mi hijo, uno que no sabía que existía. - una de sus manos permanecía en mis espalda baja presionándome contra él, y otra en mi nuca, acercando mis labios a los suyos. - Y desde ahora, vos y Santiago, jamás se van a separar de mi. Jamás. Eres mía Maguie, únicamente mía. - y entonces, me besó.

Cada vez que lo hacía, una manada de elefantes caminaba por mi cuerpo. A pesar del tiempo que había pasado no lo había podido olvidar. Santiago nos uniría por el resto de nuestras vidas. Pero no importaba lo que yo sintiera, no cuando no confiaba en él. Por la única razón que Julián quiere estar conmigo es su hijo, y lo entiendo, pero esto no continuaría así. No expondría a mi bebé, a un matrimonio sin amor.Un matrimonio como el de mis padres, como el que yo había llorado tantos años cuando era una niña. Esto... tenía que terminar.

Mi HijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora