¡Es hoy! Hoy es el día en el que finalmente ingresaré a la prestigiosa Universidad de Fairy Tail. No fue una tarea muy sencilla el ingresar. Papeleo, visitas al campus y más papeleo eran mis pesadillas más recurrentes. Los días pasaban tan rápido y yo no sabía si el tiempo me iba a alcanzar para tener todos los preparativos listos. Era mi sueño desde niña, alrededor de ocho años de edad y por mi mente ya cruzaba la emocionante idea de asistir a la Universidad; no sólo eso, me pasmaba el simple hecho de pensar en asistir a clases con universitarios, ¿cómo sería?
Personas con un extraño estilo sentados bajo un árbol tocando hermosas melodías y con un rico y tibio café en la mano eran mis más grandes sueños. Mi madre siempre me decía que para mi edad era una niña bastante inteligente, me gustaba ampliar mi mente con la lectura, en lugar de verme corriendo por los extensos patios de mi hogar, siempre me encontraban con la cabeza bajo las finas hojas de un gran libro.
Ahora, después de años de espera, finalmente puedo cumplir mi gran sueño de tomar clases en una prestigiosa Universidad y compartir campus con distintas personas. La mayor parte de mi vida la pasé sola, mi padre es un hombre adinerado a quien no le atraía la idea de que su única hija fuera a colegios como los demás niños. Él prefería que tuviera maestros particulares de los cuales aprendí sobre la belleza de la vida y a apreciar la naturaleza, sin embargo esto no beneficio mi capacidad social pues nunca tuve que utilizarla, y es por eso que ahora soy una adulta con un serio problema de timidez pero con un fuerte carácter, ¿gran combinación verdad?
Lo que más me atemoriza sobre dar este gran paso no es el hecho de tener que conocer gente nueva, es que en mi universidad los dormitorios son mixtos, es decir chicos y chicas viven juntos sin ningún tipo de restricción o vigilancia. Honestamente espero que no me toque compartir habitación con algún hombre, no me sentiría para nada cómoda así que esperemos esto no suceda.
Para mi suerte mi padre decidió darme total libertad sobre mis decisiones, es decir, ya tengo dieciocho años y soy lo suficientemente capaz de decidir qué hacer con mi vida. En mi cumpleaños me regaló un hermoso auto color rojo que justo ahora estoy conduciendo para llegar a mi Universidad. En la cajuela están mis maletas repletas de ropa y cosas que probablemente necesite durante mi periodo educativo, y en los asientos traseros traigo mis libros más preciados.
Finalmente, después de largas horas de recorrido, llego a la Universidad, estoy segura de que aún me falta distancia para ingresar, pero desde aquí puedo mirar a lujo de detalle los ostentosos adornos de las puertas principales, las oxidadas rejas que protegen la universidad e incluso noto algunas banderas con el logo de la misma.
Llegando a la gran entrada un amable policía me da instrucciones sobre cómo llegar al estacionamiento para los alumnos y sobre dónde se encuentran las oficinas de administración. Aparco mi carro cerca de la entrada a las oficinas y tomo los papeles necesarios para sacar mi horario, habitación y credencial.
Al bajar del auto requiero de algunos segundos para darme cuenta de la gran cantidad de alumnos que hay en la institución, justo como lo pensé, cada alumno tiene un estilo único y una gran presencia. A lo lejos noto una pequeña joven de cabello azul cortado en capas hasta los hombros y con una cinta entre amarilla y naranja sobre su cabeza. Parece algo perdida pues mira para todos lados, y cuando menos me doy cuenta aquella chica ya ha chocado con un ¿hombre? ¿Por qué es tan alto? Con un hombre de gran estatura y musculosa complexión.
Mi primera reacción es correr a ayudar a aquella joven para ver si no se ha herido, pero cuando llego junto a aquella chica noto que es más pequeña de lo que parecía. También puedo sentir una fuerte mirada sobre mi así que rápidamente volteo y veo cómo aquel chico se aleja sin más mirando a la pequeña peliazul.
-Disculpa, ¿te encuentras bien?- Le digo mientras le tiendo mi mano para que se pare.
-Ah, sí, muchas gracias, parece que andaba tan fascinada con la Universidad que no me fijé por donde pisaba.- Dice mientras toma mi mano y se levanta con un pequeño salto.- Me llamo Levy Mcgarden, soy nueva alumna así que no pude evitar mirar al campus como novata.- Suelta una pequeña risa.
-Lucy Heartfilia, también soy nueva y comprendo totalmente a lo que te refieres, la estructura del campus es tan imponente que tampoco puedo resistirme a echarle una que otra mirada olvidándome de mi entorno.- Digo y comienzo a caminar junto a ella.- Justo ahora iba a los edificios de administración para registrarme y obtener mi habitación, ¿vienes?
-¡Claro! Yo también iba para allá antes del incidente.- Dice y se toca la cabeza en un signo de pena. Caminamos hacia el los edificios mientras Levy me platica un poco sobre su vida y cómo llegó a Fairy Tail; yo también le cuento sobre la mía y sobre mi gran amor por la lectura a lo cual ella responde con un gran grito mientras me dice sus libros favoritos. Llegamos a una zona donde en un escritorio se encuentra una chica albina con el cabello largo hasta la cintura y con unos despampanantes ojos azules.
-Bienvenidas a Fairy Tail, mi nombre es Mirajane Strauss ¿las puedo ayudar con algo?- Nos dice mientras nos brinda una cálida sonrisa.
-Bueno, somos nuevas en el campus y queríamos registrarnos para saber qué habitación nos toca, nuestros horarios y que nos dieran nuestras credenciales pues aún no las tenemos.- Digo mientras le tiendo mis papeles a la peliblanca.
-Lucy Heartfilia ¿verdad?- Dice tras darle una ojeada a mis papeles.- ¿Y tú eres?- Pregunta a la pequeña Levy.
-Levy Mcgarden, mucho gusto.- Le da sus papeles a Mirajane. Ella, tras tomar los datos de Levy comienza a teclear varias cosas en su computadora. Sonidos de la impresora comienzan a ambientar el lugar y Mirajane abre un cajón donde aparentemente busca nuestras credenciales.- Aquí tienen chicas, sus habitaciones están prácticamente al lado una de la otra, aunque sus compañeros son barones.- Tras decir la última palabra me quedo estática y por mi mente comienzan a aparecer varias señales de alerta. Levy y yo agradecemos a Mira y salimos a zancadas del recinto. Cada una se sube a su respectivo auto y conducimos hasta el otro lado del campus donde se encuentran nuestros dormitorios y con el corazón en la mano nos armamos de valor para conocer a nuestros compañeros.
Antes de bajar nuestras cosas para completar la mudanza decidimos echar un rápido vistazo a la habitación. La mía es la #208 y la de Levy es la #209; justo como nos dijeron, una al lado de la otra, bueno, en nuestro caso, una frente a la otra. Tomo un gran respiro e inserto mi llave en el cerrojo, abro la puerta con cuidado y tomo unos segundos para tratar de entender lo que sucede.
Un chico de cabello color rosa bastante atractivo, acostado sobre una de las dos camas de la habitación, sin playera, con el cabello desordenado y sobre él hay una chica albina muy parecida a Mirajane, pero la que está aquí se ve un poco más joven, la chica tiene su camisa desabrochada y me mira con algo de odio.
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¡No soy tuya!-NaLu Fairy Tail
FanfictionLucy Heartfilia has soñado con su vida universitaria desde que tenía ocho años. Como hija de una adinerada familia siempre fue criada en casa y por primera vez estudiará fuera de ella al haber sido aceptada en la prestigiosa universidad Fairy Tail. ...