CAPÍTULO 5

6.4K 384 15
                                    

Doy vuelta sobre mi cama una última vez, no he dormido bien, la emoción y los nervios se encargaron de mantenerme despierta la mayor parte de la noche, me rompí la cabeza pensado en formas de presentarme y qué tipo de sonrisa usar; pensé en ser sociable, o simplemente evitar socializar como acostumbro y leer algún libro para evitar cualquier intención de los demás de hablarme.

Miro el reloj y noto que falta una hora para que suene la alarma; me tomo unos minutos para pensar de nuevo qué tan difícil sería salir y huir hacia otro país, detengo mi plan maestro cuando reparo en que no tengo suficiente dinero para sobrevivir de esa forma. Estoy tan cansada que me gustaría quedarme en la cama todo el día, pero no puedo porque mi mente se encarga de distraerme. Decido levantarme a tomar una ducha fría para estar lista, tomo mi ropa rápido y entro corriendo al baño, abro la regadera y comienzo la tarea de desnudarme; entre saltos y equilibrios miro rápidamente el espejo, me veo reflejada en él y aprovecho para buscar alguna imperfección en mi rostro, pero lo que más sobresale son mis interminables ojeras. Mido la temperatura del agua con la mano y cuando ya está perfecta sin dudarlo me adentro en ese pequeño espacio para comenzar con mi rutina, shampoo por aquí, jabón por allá y un rato sin moverme debajo de la cálida agua toman mi tiempo. Salgo de la regadera y tomo la toalla, comienzo a secar mi cuerpo y llego a mi cicatriz, justo debajo de la clavícula, en mi mente se arremolinan los recuerdos de aquél hecho que me dejó marcada, me da un escalofrío y muevo la cabeza de un lado a otro para alejar aquellos pensamientos.

Saliendo del baño me encuentro con Natsu quien parece haber acabado de despertar pues está sobre su cama mirando fijamente la pared, perdido en sus pensamientos; voltea y me atrapa mirándolo, rápidamente giro la cabeza para fingir buscar algo pero ya es muy tarde, pues él ya sabe que lo estaba mirando.

-Si me miras así siempre, pensaran que sientes algo por mi rubia.- Me dice y sonríe de lado, prefiero ignorar su comentario así que voy a mi escritorio, tomo uno de los libros en mi lista de "por leer" y paso el dedo por su portada para contornear con él las esquinas algo maltratadas por el viaje. Decidida a comenzar a leer y con aproximadamente una hora antes de tener que salir me siento en mi cama y comienzo con mi tarea favorita.- ¿En serio tienes una hora libre antes de clases y lo que decides hacer es leer?- Lo miro de reojo y hago una mueca de desaprobación por su comentario, él se vuelve a tirar en su cama y cubre su rostro con sus cobijas, lo único que se puede apreciar de él es su despeinado cabello con aquel peculiar color rosa.

-¿No piensas asistir a clase?- Cierro el libro y volteo a ver a mi roommate, él asoma su cabeza y me mira con diversión, yo me incorporo y le miro con curiosidad; creo que el pelirosa no estaba seguro si me dirigía a él pues aún no responde mi pregunta así que presiono un poco más.- ¿Natsu?

-No pienso ir hoy preciosa, ya me sé la rutina, habrán chicos fumando y en sus celulares por todos lados, las chicas estarán perdidas y mandando miradas con deseo a cualquier chico guapo que se les atraviese.- Se sienta en su cama de nuevo y me mira por varios minutos.- Además, hoy es el primer día lo que significa presentaciones de profesores y nada de trabajo.- Se levanta.

Algo confundida me levanto tras él y lo sigo por la habitación mientras él busca algo en sus cajones, parece algo desesperado en encontrar eso así que me ofrezco a ayudarle pero me responde rápidamente con un simple "no" y yo evito volver a ofrecer mis servicios. La plática no me tomó más de diez minutos, pero curiosamente me desconcentro y ahora no puedo retomar mi lectura; paso las páginas de aquel viejo libro, sin embargo mi cerebro parece ignorar mis intenciones y decide prestarle atención a los ágiles y rápidos movimientos de Natsu en la habitación. Decido que, como me ha molestado gran parte de mi corta instancia en la Universidad, me puedo dar el permiso de mirarlo porque... el chico no es feo. Debido a la poca ropa que lleva sobre él puedo notar que ha dedicado horas de trabajo a su cuerpo, pues su espalda que parece ancha por naturaleza se ve bastante grande, su torso está adornado con notables líneas que lo dividen las cuales son sus músculos, sus piernas son largas y fornidas; y finalmente noto el contraste de su acaramelada piel con sus feroces ojos verdes, su perfecta sonrisa y su divertido cabello rosa.

¡No soy tuya!-NaLu Fairy TailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora