CAPÍTULO 18

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-¡Lucy!- Levy y Juvia se encontraban sentadas en la mesa de la esquina de la cafetería. El cabello de Levy había crecido en los últimos dos años, y Juvia había decidido cambiar de look cotando su cabello a la altura de sus hombros. Sentadas una al lado de la otra realmente parecía un grupo de chicas atractivas.

Me senté frente a ellas. Levy me ofreció un frappé de chocolate a lo que yo respondí con una sonrisa.

-¿Aún no sabes nada?- Juvia me mira con tristeza. Ella logró ir de intercambio a Reino Unido por dos meses y a penas regresó ayer por lo que decidimos quedar hoy para salir juntas. Después de aquella llamada que recibió Natsu hace dos años nunca lo volví a ver. Gray y Gajeel han mencionado algo su partida a Francia, sin embargo, ninguno de ellos ha logrado brindarme alguna forma para contactarlo. Se fue sin despedirse, nunca más me buscó. Los primeros meses mantenía la esperanza de su regreso, aún estaba dispuesta a perdonarlo. Pero al llegar el quinto mes decidí dejarlo ir, se había largado y no había nada que pudiera hacer.

Obviamente me costó demasiado el olvidarlo, mis amigas trataban de contentarme y yo simplemente lo ignoraba. Todos evitábamos el tema, pero tuve que enfrentar la realidad cuando mi padre me dijo que había un chico que estaba interesado en casarse conmigo para beneficio del negocio familiar.

Claramente me negué a conocerlo ¿Cómo podía casarme con alguien cuando aún no olvidaba a Natsu? Pero un día mi padre me tendió una trampa y terminé saliendo con el chico. Vaya sorpresa me llevé cuando vi a Sting con un ramo de rosas frente a la puerta de nuestra habitación. ¡ah, lo había olvidado! Después de la partida de Natsu, al dormitorio se mudó una chica peliroja, se llama Erza Scarlet. No es una chica muy sociable, sin embargo, el hecho de compartir habitación nos ha unido bastante.

Resulta que Erza, Gray y Natsu se conocían desde la infancia, pero Erza perdió contacto con ellos cuando se mudó a España. Dice que ahí conoció a su actual novio Jellal Fernandes, ambos extranjeros. Por lo poco que he hablado con el chico sé que definitivamente están enamorados, aunque Erza a veces puede ser un poco impulsiva. Es por eso que se complementan tan bien.

Llevo saliendo alrededor de un año con Sting, nuestro matrimonio está planeado para cuando ambos nos graduemos de la Universidad, estoy bastante emocionada y aterrada por ese hecho. Pero por lo que he pasado con él estoy segura de que seremos felices juntos. Juvia y Levy insisten en que no consideran que sea una buena decisión el casarme con alguien a quien no amo. Pero estoy segura de que después de un tiempo de vivir con él terminaré amándolo.

Niego con la cabeza a la pregunta de Juvia y darle una sonrisa triste para que supiera que debe dejar de recordarme a ese chico. Tomo un sorbo de mi delicioso frappé y me estiro para relajarme un poco.

-Saben, creo que es hora de olvidar completamente lo que sucedió entre nosotros. Sé que él siempre estará presente porque al final todos terminamos siendo amigos, pero creo que ustedes más que los chicos pueden entender cómo me siento respecto a él. – Juvia aprieta sus labios y baja su mirada.

-Gray me dijo que él. – Traga saliva y juguetea con el waffle que se está comiendo. Aclara su garganta y continúa. – Él ha vuelto Lucy. - Tapo mi boca con mis manos para ahogar un grito. Las miro y siento como mis mejillas se humedecen. – Dice que regresó a Japón. No lo ha visto, pero dice que sabe de su regreso por su padre.

-¿Es en serio?- Es lo único que consigo decir. Levy y Juvia asienten y cada una toma una mano mía.

¡Su regreso no debe afectarte en nada Lucy! Él ya es pasado, ya no debes de pensar en él. Sabías que algún día regresaría. Sabías que algún día lo ibas a tener que enfrentar, que se iban a encontrar. Es hora de terminar con todo.

Pasamos la tarde en la plaza comercial que queda a las afueras de la universidad. El próximo fin de semana la facultad de Negocios dará una fiesta a la cual hemos sido invitados gracias a Gray. Como las chicas quieren impresionar a sus parejas decidimos salir a comprar ropa y algunas cosas que hacían falta en la habitación.

-¡Lu! ¡Mira esta linda taza en forma de gatito! – Levy aparece en mi campo de visión con una tasa azul en forma de gatito. La tomo y la examino para darle un pulgar arriba como aprobación.

-¿Ya cuánto tiempo llevas saliendo con Gajeel, Levy? – Mi pregunta la sorprende, pero se apura a responder.

-Dos años y tres meses Lu. – Me lanza una mirada herida dándome a entender que ya debería saber la respuesta. Comienzo a sentirme culpable por no saber ese dato. Vaya, casi dos años de no saber nada de Natsu.

Después del largo día con mis amigas todas regresamos a nuestra respectiva habitación y al entrar a la mía me encuentro a Erza y Jellal en una posición algo comprometedora.

Aclaro mi garganta y digo. -Siento interrumpir. - Los dos se separan rápidamente con la cara y el cuello rojos de vergüenza. Es una escena bastante cómica teniendo en cuenta que hace unos segundos estaban a milímetros entre ellos y ahora se han alejado varios metros el uno del otro. Me siento algo mal por interrumpir su momento, pero definitivamente sus expresiones son una joya.

-Lu... Lu..cy.- Erza a penas logra articular las palabras.- No es lo que parece. – Esto lo dice algo calmada, pero aún así noto algo de nerviosismo en sus palabras.

-¡Oh! Seguro fue mi error. – Digo y me golpeo ligeramente la cabeza con el puño derecho sacando un inocente "Teh-he", como lo hacen algunas chicas del anime. Mi comentario parece molestar a Erza quien rápidamente pasa de vergüenza a enojo y se acerca a mí imponente.

Ante mí tengo dos opciones.

1.- Correr con todo lo que pueda y escapar de el posible ataque de Erza, lo que podría ocasionar que se moleste más y termine en la enfermería.

2.- Quedarme en mi lugar sin hacer nada y esperar a que Jellal me salve de ella.

Decido que la segunda es mejor opción, busco a Jellal y le lanzo una mirada pidiendo su ayuda. Él se limita a alzar los hombros dándome a entender que me metí sola en el problema y ahora tengo que salir sola. Le lanzo una mirada de odio y con el poco tiempo que me queda antes de ser atrapada salgo corriendo de la habitación.

Gran error. Ahora tengo a una Erza mucho más enojada persiguiéndome por todo el campus. Si esto sigue así llegaré a mi límite y cabe aclarar que ella es mucho más atlética que yo por lo que me atraparía de inmediato.

En mi campo de visión aparece Sting quien venía saliendo de la ¿librería? ¡vaya que corrí por mi vida! Ahora estoy al otro lado del campus. Decido voltear hacia atrás para ver cuánto tiempo me queda de vida, Erza está a pocos metros de mí. Su expresión es más relajada, incluso caería en divertida.

Decido esconderme detrás de Sting para seguir con el juego y espero a que Erza se acerque más. Cuando ella está frente a Sting puedo ver que realmente logré que se cansara, está sudada y roja, cosa que no sé si es por el ejercicio o porque aún no logra librarse de la escenita que montó con Jellal en la habitación.

-No se vale esconderse detrás de tu novio, Lucy. – Erza dice esto señalándome y cuando termina de decirlo coloca sus manos en las rodillas para descansar un poco de todo el ejercicio. Como respuesta yo simplemente sonrío, tomo la mandíbula de Sting y lo volteo para plantarle un beso. Sting me devuelve el beso y me sonríe burlonamente.

-Hola, amor. – Dice y sin más todos empezamos a reír.

La risa de Erza se detiene rápidamente y se queda mirando fijamente a un punto detrás de Sting y mío. Sorprendida por su cambio de actitud volteo y me encuentro a Natsu, con el cabello un poco más largo de lo que lo traía antes y con una expresión de enojo con las manos en puños.

-¿Natsu?- Erza, Sting y yo decimos esto al mismo tiempo.

¡No soy tuya!-NaLu Fairy TailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora