¡No soy tuya!-NaLu Fairy Tail

CAPÍTULO 9

Aún no termino de comprender la situación. A ver, recapitulemos, llegué a la fiesta con Sting y los demás, me encontré a Natsu y Lissana haciendo sabe Dios qué y salí huyendo del lugar; Lyon nos invitó a jugar verdad o reto, juego al que se unieron los tres idiotas. Me tocó bailar con Natsu, bueno él me eligió para eso, y al terminar la pieza me dejó plantada en medio de la pista con todos alrededor viéndome y burlándose de mí. Tal vez sea muy paranoica pero al final ¡No entiendo cómo llegué a un violador!

-Por favor, no me toque.- Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos. Pataleaba y gritaba, sin embargo la calle estaba vacía, ni un alma deambulaba. Desesperada por salir de la situación liberé un brazo de su fuerte agarre y atiborré al hombre de golpes, uno tras otro sin descanso. Mi poca fuerza fue, de nuevo, la causa de mi rendición, no lograba nada, él era más fuerte y no podía evitarlo.

Escuché el sonido de mi vestido rasgarse; miré rápidamente la zona afectada y por suerte, si es que así se le puede llamar, sólo logró partir un poco del costado dejándome con la poca tela que aún cubría mi cuerpo. No quiero que me haga daño, no quiero estar aquí, quiero irme a casa, por favor. Inevitablemente las lágrimas comenzaron a resbalar por mi rostro, siento cómo poco a poco voy quedando más desprotegida delante del violador. Me mantengo rígida; siento su desagradable tacto, su necesidad y excitación, todo combinado con una gran cantidad de éxtasis.

No sé cómo describir lo que sucede a continuación. Alguien toma del hombro a mi asaltante y lo empuja tan fuerte que no me da tiempo de ver ningún rostro, sólo veo cuerpos luchando, uno encima de otro. Mis ojos llenos de lágrimas no vuelven más fácil de comprender la situación. Comienzo a llorar con más fuerza de lo que esperaba, el porqué de mi reacción es desconocido, me siento desprotegida, ultrajada y débil; cubro mi rostro con las manos, trato de formar una barrera entre la realidad y yo, no quiero saber más de esto.

Siento como sobre mis hombros cae una tela brindándome calor y protección, la tomo y trato de envolverme completa con ella. No quiero moverme, no quiero hacer notable mi presencia en el lugar; quiero hacerme chiquita y dejar de existir. Me hago bolita, cubro mis piernas desnudas con mis brazos, escondo mi rostro en el hueco entre mis piernas y mi torso y trato de entrar en calor. Siento como unos brazos me levantan, cosa que me alerta para tomar una posición de defensa.

-¡Bájame ya!- Grito, no quiero que alguien más me toque, no quiero sentirme débil ni expuesta de nuevo. No logro que me deje pero, sí logro que pierda el equilibrio y por consecuencia ambos caemos hacia el frío suelo. Cierro los ojos esperando un impacto fuerte contra alguna parte de mi cuerpo, pero ese momento nunca llega. Abro lentamente los ojos y me encuentro con el rostro de Natsu, y en él una mueca de dolor. Si él está aquí conmigo ¿significa que él fue quien me salvó de ser violada?

El dolor de lo sucedido hace unos momentos vuelve y se apodera de mi mente, sin poder evitarlo comienzo a llorar de nuevo. Me aferro a Natsu, a su cálido cuerpo y la protección que me brinda. Tomo el borde de su camisa y escondo mi rostro en su pecho. Dejo que las lágrimas lleguen, que me liberen y dejen a mi alma descansar en paz. Natsu coloca su mano en mi cabeza dando pequeños y suaves golpecitos intentando calmarme.

-Estaba muy asustada.- Digo sollozando y lo abrazo con fuerza. De alguna forma su presencia me da tranquilidad, me siento bien bajo sus brazos, con su cuerpo cubriendo al mío. Natsu me devuelve el abrazo y espera a que me calme.

-Ya pequeña, olvida lo que pasó.- Susurra a mi oído, relajo mi cuerpo y poco a poco dejo que Natsu me pegue más a él. Puedo sentir en su contacto cómo realmente siente lo que sucedió y trata de calmarme sin decir ninguna palabra, cosa que agradezco pues usualmente usan las típicas frases de "todo estará bien". Él no hace eso, él no niega lo sucedido, es consciente de lo que pasó y pretende lidiar con eso.