Capítulo 18 Zoe

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Desperté aturdida en una habitación blanca. Me di cuenta de dónde estaba al instante. Me levanté rápidamente y corrí hacia la puerta. La dí varios golpes con los puños. "Otra vez aquí no."— pensé. Un collar metálico y grueso apretaba mi cuello. Era oscuro y emitía una luz intermitente. A un lado de la puerta había dos botones, el sistema no había cambiado. Di una secuencia de botones, para ver las demás celdas de mi alrededor y escuchar lo que ocurría. Todas ellas estaban vacías. La puerta que daba al pasillo se abrió. Pulsé los botones para apagar lo que antes había activado. Mi puerta se abrió, era James Connor, también conocido como el hombre del parche, o el de la bata negra. Junto a él había dos soldados armados. Venían a por mí.

—No esperábamos que fuera tan fácil capturarte.— río fríamente.

—Donde están mis compañeros.—

—Tranquila, están a buen recaudo.—

Algo me decía que no tenía que estar aliviada ante eso.

—Aunque...— añadió James. -Algo malo podría pasarles si te niegas a hacer unas cosas.-

Ahí estaba, sabía que tendría que hacer el trabajo sucio de nuevo. Necesitaba pensar un plan rápido, el elemento de tener que ocultar mi pasado ya no era necesario.

—Si te niegas a venir con nosotros.— los soldados que estaban a su lado me apuntaron con sus pistolas láser. —Creo que ya lo comprendes.—

Cerré mis puños, estaba furiosa. No podía hacer nada.

—Adelante.— dije.

—Bien, atadla para que no pueda darnos más problemas.—

Los guardias me ataron las manos y me empujaron hasta la salida.

✳✳✳✳

Desperté de nuevo desorientada en una extraña habitación. Tenía un extraño casco en la cabeza cabeza que aunque intentase quitármelo, era imposible hacerlo. También llevaba una extraña vestimenta llena de electrodos. La habitación parecía infinita.

INICIEN EL MODO CONTROL REMOTO

las luces se apagaron.

✳✳✳✳

—¿Donde están?— me preguntaba a mi misma angustiada.

Corría rápidamente por los pasillos, desviaba las llamas y los disparos y buscaba el sitio en el que todos mis compañeros estaban. Las habitaciones estaban vacías, y varios soldados me perseguían. Hace poco que desperté, me siento como si alguien me hubiera dado una paliza. Pero continuar era lo que tenía que hacer, si no, mi vida y la de mis compañeros corría peligro. Me paré delante de la sala de experimentos, en ella había una pantalla gigantesca y varias contenedores con las criaturas de las que sacaban los líquidos multicolores que insertarían a su ejército malvado. Lancé un pulso que agrietó y rompió la puerta con una fuerte explosión. Había una gran jaula, en ella se encontraban mis amigos atrapados. Estaban asustados y no todos estaban en condiciones de luchar. Esta estaba insonorizada, porque podía deducir que gritaban que no me acercara allí.

—Que sorpresa.—

—Dios, otra vez no. ¿No podrías desaparecer de una vez?—

—Desapareceré cuando termine mi plan exitosamente.—

Odio con toda mi alma a ese hombre. Ojalá pudiera encontrar la manera de deshacerme de él, pero si su vida terminase así de rápido, todo el sufrimiento que ha causado a las muchas personas que han pasado por Genodex no sería vengado.

—Tu sabes nuestros planes, tu quieres desbaratarlos y TU eres necesaria para que los planes sigan adelante. Podría haberte destruido hace tiempo.— andaba por la habitación, explicándome todos sus pensamientos. Dió una palmada —¡Y ahora puedo hacerlo!— rió emocionado.

—¿¡Que!?— exclamé

—Así es. Te presento a tu nueva amiga.—

La silueta femenina de una persona apareció de detrás de uno de los grandes contenedores de la gran sala. Caminaba lentamente, pero con un paso seguro, admiraba sus manos, su ropa, se colocaba su pelo. Aspiró una bocanada de aire y sonrió.

—Que bien poder respirar al fin.—

Lucid Soldier [COMPLETA]Where stories live. Discover now