Capítulo 32

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Tenía a Mason en mis brazos. Era el bebé más adorable en este planeta. Tenía ojos claros, como los de Marie, pero su tono de piel era más parecido al de su padre del cual había heredado sus cabellos color azabache. Me preguntaba cómo sería tener un hijo con Cole. ¿Sus ojos serian claros como los de él u oscuros como los míos? ¿Cómo sería su color de piel? Sus cabellos tenían que ser oscuros, marrones o negros. ¿Tendría mi nariz o la suya? ¿Se parecería a los Vlad o a los McWilliams? Bueno, no soy una Vlad, pero me siento como una.

“Sería hermoso” dijo Cole en mi mente.

Sí, hermoso, igual que el lazo que estoy cerrando en este mismo instante. Subí la vista y vi el ceño fruncido de Cole. Unos días: eso era lo que nos quedaba para la reunión de alfas en la que se nombrarían a los guerreros. Unos malditos días: eso era lo que me quedaba con mi alge y aun no nos hablábamos. Solo unos días…

— ¿Y cuál era el segundo nombre?— dije mirando a Marie.

Ella estaba sentada en el sofá contrario al mío, acurrucada al lado de Jason que la miraba con adoración. Estaba vestida con un traje de playa rosa que llegaba al suelo y unas sandalias. ‘No tuve tiempo llamar y avisar’ me dijo cuando llegó. ¿De verdad un bebé toma tanto tiempo que no podía llamarme y decirme que ya era tía?

—Cole— dijo Jason.

—Mason Cole Grace… ¿En qué demonios estaban pensando? Pobre niño— dijo Rick que estaba sentado a mi lado.

—M de Marie, ason de Jason, Cole de, obviamente, Cole y bueno, no podíamos hacer nada con el apellido— dijo Marie.

— ¿Si tuvieras un niño, que nombre le pondrías tú?— le dijo Jason a Rick enarcando una ceja.

—Ricardo— dijo sonriente y Lilith le dio un manotazo.

—Ni loca— dijo ella.

— ¿Y tú?— le preguntó Jason a Cole.

Miré a Cole expectante y me devolvió la mirada.

—Mateo— dijo sin duda alguna.

Sentí un nudo en mi garganta y tuve que mirar a otra parte. Me enfoqué en el bebé, que me miraba con curiosidad. Definitivamente era más grande que un bebé de una semana de nacido.

—Así que…— dijo Marie, rompiendo el silencio que se había creado en la habitación— ¿ya tienen planes para mañana?

—Sip, fiesta en el lago— dijo Lilith.

No sabía cómo, ni porque, ambas se habían vuelto enemigas. Simplemente no se soportaban. Yo no lo podía creer, yo que pensaba que se iban a hacer las mejores amigas del mundo.

— ¿Quiénes van? Ya enviaron invitaciones, ¿cierto?— dijo Marie.

Alges: La AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora