Bebía de una de las bolsas de sangre que restaban en la enfermería de Ediel. Acababa de descubrir que aunque era el omega era el doctor de la manada, y su hermana era su ayudante. En pocos segundos terminé la bolsa y el me pasó otra. No gasté tiempo y hundí mis colmillos en la bolsa otra vez. Él estaba parado a unos pocos pies, revisando a Rick.
El muy inteligente había intentado brincar una cerca, todo para quedar colgando del alambre de púas que tenía arriba. Se le desgarró la pierna, una cosa asquerosa, y si no hubiese sido por Avery, que lo encontró a punto de desmayarse, se hubiese quedado allí por un buen rato.
Así que aquí estaba. Dando apoyo moral, y tratando de bloquear los pensamientos de Lilith que estaba dando vueltas alrededor del lugar mientras su alge era atendido.
—Por lo menos la mayoría ha sellado ya—dijo Ediel vendando la pierna ensangrentada—. Dale dos días de descanso y te aseguro que quedará como nueva. Si no, tendré que coser la herida y se te quedará la marca por unos buenos años.
— ¿Me puedes decir por qué demonios trataste de brincar la cerca?—dije dejando a un lado la bolsa de sangre, ya vacía.
Rick me miró algo avergonzado y se ruborizó. ¿Rick ruborizándose? ¡No puede ser!
—Vi a una pareja caminando hacia el bosque…y pensé que la chica era Li.
Lo miré tratando de mantenerme seria, pero al escuchar la risa de Troy desde afuera me empecé a reír yo también.
—Tu…—trataba de hablar y la risa me volvía a callar.
¿De verdad pensaba que Lilith la iba a engañar? ¡La tenía en la palma de su mano! ¡Además de que en el momento que supuestamente la vio estaba en clase a mi lado!
— ¡Lilith te adora!— dije entre risas.
—Sí, pero no es difícil pensar de que como eras un mujeriego tu alge se las va a querer cobrar de alguna forma— dijo.
—Esos días ya pasaron, ella sabe que tu solo tienes ojos para ella— dije rodando los ojos y poniéndome de pie—. Bueno, me voy. Voy a decirle a Lilith que puede entrar, ¿está bien?— dije mirando a Ediel y el asintió.
—Ya casi terminamos, ya puede entrar—contestó.
—Mejórate— le dije a Rick, dándole un beso en la frente.
—Oye—dijo antes de que pudiera salir—. Damián llamó, dijo que no podía ayudarte.
Yo suspiré y asentí antes de salir. Sabía que no iba a poder hacerlo, pero tenía la esperanza.
Cuando salí me encontré con Troy, que estaba sentado en la pequeña sala, completamente relajado.
— ¿Cole?—dije y el señalo afuera.
—Te está esperando—dijo.

ESTÁS LEYENDO
Alges: La Alfa
Serigala JadianYo: Isobelle Vlad. Soy una chica de diecisiete años con problemas para controlar mi ira y una obsesión con los vampiros y hombres lobo. El: Cole McWilliams. el es un hombre lobo temperamental de diecinueve años que se cree que le pertenezco. Asi qu...