—Belle, Belle, aguanta— dijo Rick. Me ayudó a sentarme en el sofá mientras Zeva y Aquarius vigilaban por la ventana. Estaba agradecida de que Cameron estaba de viaje, el abuelo no iba a poder aguantar la tensión que sentíamos todos.
— ¿Qué vamos a hacer?— Dijo Aquarius, arrodillándose a mi lado.
—Aguantar lo suficiente hasta que Belle dé a luz— dijo Zeva. Mis ojos se llenaron de lágrimas con la próxima contracción y grité. Rick se quitó su camisa y me tapo la boca.
—Cada vez que sientas que vas a gritar, muerde— dijo corriendo hacia la ventana.
Los aullidos y los gritos llenaban el aire. No podía creer que esto estuviera pasando. Alguien les había avisado a los Montenegro, era imposible que supieran que iba a dar a luz en este momento sin que alguien se los confirmara. Sabía que tenía que ver con el apellido Strauss, pero… ¡un momento!
—Zeva Strauss…— Susurré—. ¡Tú!— Dije tratando de alejarme—. ¡Tú eres la traidora!
— ¿Qué?— Dijo Rick con los ojos abiertos.
— ¿De qué hablas?— Preguntó ella mirándonos.
—Tú eres la que les ha informado a Los Hijos Del Sol todo este tiempo. Mi padre murió por tu culpa, mis padres, ambos, por ti. ¿Cómo pudiste?— Dije y otra contracción vino, haciendo que mordiera la camisa con fuerza.
— ¿Zeva?— Dijo Rick, posicionándose entre nosotras.
Zeva no sabía qué hacer, su rostro lo decía todo. Me miró y su rostro cambió hasta que cambió a loba. Antes de que pudiera reaccionar se impulsó hacia mí, pero Aquarius fue más rápida. Se interpuso al mismo tiempo que la loba abría su boca. Un baño de sangre cubrió el rostro de Rick que cambió igual de rápido. Atacó a Zeva, mordiendo en lugares estratégicos, mientras la loba atacaba sin pensar bien.
—Aquarius…— Dije mirando el cuerpo inmóvil de la hada a solo centímetros del mío— Aquarius…
Por estar mirándola no me di cuenta de lo que acababa de suceder hasta que fue demasiado tarde. La sangre brotó del costado de Rick como una fuente, pero eso no lo detuvo. Se movió con tanta rapidez que parecía poseído. Con una sola zarpada alcanzó el cuello de Zeva, terminando con ella en un abrir y cerrar de ojos. Se giró hacia mí y cambió con dificultad.
—Rick…— dije mirando su costado. Ahora, en su forma humana, notaba la severidad: Zeva le había arrancado una buena parte de su torso—Rick, vas a estar bien.
—Lo dudo— dijo dejando al descubierto la herida. Los bordes estaban negros—. La perra loca tenía dos colmillos de plata.
—No…
—Hey, ¿cuida de mi Lith por mí, si?— dijo riendo.
—No, Rick, no…
—Y de Troy, el idiota necesita una alge urgentemente—. Esta vez, cuando se rio salió sangre. Un río salía de mis ojos. Sus parpados se cayeron poco a poco—. Cuida de ese bebé también…
—Rick, no hables más.
—Hey, si voy a morir debo hablar lo más que pueda— me dio una media sonrisa sangrienta—. Dile a Lilith que la amo y que pensé en ella hasta el último momento. Adiós, Bells…— Sus ojos se cerraron.
— ¿Rick?— Dije, moviéndome con dificultad hasta él. Toqué su hombro—. ¿Rick? No. No. Rick, no. ¡Rick! ¡Rick!

ESTÁS LEYENDO
Alges: La Alfa
WerewolfYo: Isobelle Vlad. Soy una chica de diecisiete años con problemas para controlar mi ira y una obsesión con los vampiros y hombres lobo. El: Cole McWilliams. el es un hombre lobo temperamental de diecinueve años que se cree que le pertenezco. Asi qu...