— ¡Déjenme salir!— Gritaba, pero nadie respondía.
Terminé en la esquina de la celda golpeando la cama sin cesar. Necesitaba salir, necesitaba tener a mi hija, necesitaba saber de mi familia, de mi manada. Esto era irreal. No podía concebir la idea de que diez meses habían desaparecido de mi memoria tan fácilmente.
— ¿Belle?
—Si no piensas ayudarme, vete— dije sin mirar hacia arriba.
—Si entro, ¿me atacarás?
—Obviamente.
—Me arriesgo. No sería la primera vez.
—Sigues diciendo que esto ha pasado antes, pero si ha sucedido entonces sabes que no recuerdo ni un segundo de ello.
La puerta de la celda se abrió y yo no lo pensé dos veces. Salí corriendo con el alma en un hilo hacia la puerta- o lo que pensaba que era la puerta ya que de ahí había venido- pero no había podido poner un pie en la escalera cuando ya estaba contra las barras de plata.
—Ni lo intentes. Podrás salir de aquí, pero no darás dos pasos antes de que los guardias te detengan— gruñó Viktor. Estaba demasiado cerca para mi gusto, pero había algo que me impedía alejarlo. No sabía si era una ilusión o si sus ojos habían cambiado a azul realmente. ¿Era imposible, no? ¿Era su lobo?
—Suéltame— dije.
El dio un paso atrás, se pasó la mano por el rostro.
—Aquarius está bien. Abigale, mi hermana, quedo completamente enamorada de ella, con eso de que no ha podido tener hijos, y la ha cuidado cuando yo no estoy— dijo. Me miró con tanto dolor en los ojos que se me fue el aire—. ¿De verdad no recuerdas nada, ni tan siquiera lo presientes?
Yo negué con la cabeza. Él cerró sus ojos con fuerza y luego los abrió- revelando dos esferas azules. Mi corazón se detuvo.
—Tus ojos…— dije. El suspiró.
—Los ojos de mi lobo se parecen a los de Cole, me lo habías dicho antes. Me lo dices cada vez— dijo.
—Viktor…
—No puedo ayudarte, Belle. No más de lo que estoy haciendo. Si mi padre se diera cuenta de tan siquiera un cuarto de lo que siento por ti las cosas no serían muy bonitas.
— ¿De lo que sientes por mí?— dije frunciendo el ceño.
—Tengo una alge— dijo antes de que me pudiera hacer ideas—, pero hay algo sobre ti que me pide protegerte— se encogió de hombros.
—No te estoy entendiendo.
—Te he ayudado lo más que he podido, incluso me lleve a Aquarius cuando me lo pediste.
— ¿Yo te pedí que te llevaras a mi hija?
—Últimamente estas muy inestable, bueno, Isobella está muy inestable. Tenías miedo de lastimarla.
Di un paso atrás cuando un destello de un recuerdo me hizo perder la vista. Pestañee par de veces antes de volver a mirarlo.
—Hay algo que te tengo que advertir antes de que papá venga— dijo y señaló la celda— y deberías entrar, la última vez que te vieron fuera no te fue muy bonito que digamos.
Como si supiera de lo que me estaba hablando me pase una mano por el muslo, solo para mirarlo con los ojos llenos de pánico cuando me dolieron. No…
—No…— dije mirando los moretones frescos, tenían que haber sucedido hoy mismo porque aún no se habían curado.
—Eso fue anoche— dijo negando con la cabeza—. No estaba aquí, estaba en casa, así que no pude hacer nada. Lo siento.

ESTÁS LEYENDO
Alges: La Alfa
WerewolfYo: Isobelle Vlad. Soy una chica de diecisiete años con problemas para controlar mi ira y una obsesión con los vampiros y hombres lobo. El: Cole McWilliams. el es un hombre lobo temperamental de diecinueve años que se cree que le pertenezco. Asi qu...