Capítulo 37

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~*~Cuatro Meses Después~*~

Todo pasó. El tiempo, la rabia, la distancia. Nos graduamos de la escuela, Cole llevaba cuatro meses fuera, yo tenía aproximadamente cinco o seis meses de embarazo y las millas entre mi alge y yo iban de largas a cortas y de cortas a largas una y otra vez.

En este tiempo todos definimos nuestras vidas y las moldeamos en lo que deseábamos para nuestro futuro: Rick se había vuelto un beta ejemplar, Troy era un delta reconocido a través de las manadas, Clyde se había asegurado un puesto en el corazón de todos al convertirse en el principal entrenador de la manada, en el centro que ya habían terminado de construir, acompañado por la instructora Megan y el manejador principal, Avery, Lilith era la encargada de decidir quienes iban a ser entrenados, cuándo y por quien, mamá cuidaba de Cameron, de Matthew, de mí, y ayudaba a Ediel con los intercambios de miembros entre manadas y Zeva y Aquarius se habían dedicado de lleno y con una pasión insufrible a cuidar de la embarazada.

Yo era la que dirigía todo eso y hacia alrededor de un mes me habían nombrado la representante oficial de tres manadas: la manada Vlad, la manada Grace y Blood Moon. Habíamos formado una alianza, lo que era de esperarse. Éramos Kamilo, Jason y yo contra el resto, que también habían formado alianzas y escogido representantes, como nosotros. Mateo estaba creciendo rápidamente dentro de mí, Ediel sospechaba que en un mes y medio ya iba a estar con nosotros. Cole... Cole había sido nombrado el líder de los guerreros inmediatamente. Se encargaba del resto de los chicos y de decidir qué problema de que manada atender primero. Resulta ser que no solo se encargaban de los fugitivos, si no que de los asesinos sin encontrar y los sucesos extraños. Al parecer estaba satisfecho con su vida actual, pero su tono de voz era distinto. Me llamaba en cualquier ocasión que podía aprovechar, mínimo una vez cada tres días, y cada vez que tenía tiempo extra hablábamos por video, pero aun así no era lo mismo. Ambos estábamos cambiando, para bien o para mal, y lo sabíamos.

Todo parecía estar en su curso y la manada estaba mejor que nunca, según Zeva, pero aún faltaba algo muy importante y esa era la razón por la que Aquarius y yo estábamos en una cafetería en los predios de Blood Moon a las dos de la mañana.

-Esto me pone los pelos de punta- dijo sentándose. Aquarius era una guardiana que no se separaba de mí hasta el punto en que había puesto su hamaca mágica (porque las camas "son cosa de Lucifer" y "traen malas vibras" y no olvidemos que también "la tuya tiene un aura impura, ¡pecadora!") en mi cuarto.

-No te preocupes. Nos hemos reunido aquí antes, ¿recuerdas?

- ¡Para comer Isobelle! No para encontrarnos con tu tío psicópata.

-Trevor no me va a lastimar- dije mordiendo el pastelillo que me había traído.

-Dice la chica a la que le dispararon en la frente.

No contesté. Sí, Trevor junto con sus secuaces me habían disparado y si quería lo podía volver a hacer, pero teníamos un pacto, además de un lazo de sangre, que él no iba a romper. Además, una vez me dijo que si quería matarme lo hubiera podido hacer desde antes de que pisara Blood Moon, algo totalmente cierto.

-Wow, para un mes sí que aumentaste de tamaño.

Las manos de Aquarius inmediatamente brillaron de color azul. Le daba gracias a Dios que los ojos humanos no podían ver las luces mágicas de las hadas porque esta chica no tenía ningún reparo en encenderse en medio de la calle.

-Tranquila, Tinker Bell-dijo Trevor alzando las manos-. Era solo un comentario, no un intento de asesinato-. Me miró-. De hecho, pienso que te vez adorable con barriga.

Alges: La AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora