"Entre sollozos y estrellas"

"Siete treinta"

Estoy encantado con la manera en la que ignoras a tus sentimientos y miras hacia otro lado, abandonando con gracia la habitación cada jueves, dejándome sólo con el olor de tu cuerpo y dos cabellos sobre mi almohada que son la única prueba factible de que realmente me amaste por última vez; tu regalo de indiferencia, nunca nadie antes me hizo enamorarme de esta cantidad de tacto, pero no soy ningún idiota, jamás podría amarte, solamente me encanta el hecho de que estás muerta por dentro, pero no te preocupes, no estás tan sola como podrías llegar a pensarlo, yo también estoy muerto.

Y sé que debería hacer lo mismo de siempre. Sé que debería dejarte. Sé que debería aprender a maltratarte de otra manera. Sé que estoy diciendo mucho, cuando debería de contener mi lengua. Pero te abrazaré fuerte, aferrándome a cada momento hasta que mi tiempo acabe. Esto no está bien, tu has sido la única que me ha hecho sonreír en mucho tiempo, pues hace años que me he rendido ante lo que me he convertido, nunca he sido del tipo de ir con todo y mucho menos por una chica como tú.
Perteneces a la soledad de complacer cada deseo efímero.
Perteneces a los momentos temporales de un sueño vacío. Y acepto que soy parte de tu juego perverso.

Pero te confieso que he estado ansioso todo el día desde que llamaste, cariño son las siete treinta y me tienes esperando en mi cama, tengo que sentirte, ahora mi cuerpo arde y comienzo a sudar, sólo imagina chica lo que te voy a hacer, la imagen de tu cuerpo me tiene atrapado en el deseo y aunque no pueda sentir una maldita cosa, te voy a tocar bien, cariño desnúdate, cabeza abajo, muñecas atadas y boca cerrada, sólo quiero escuchar a tu cuerpo hablar.