"Mariposa negra" (P.1)

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Atrapado, entre las interminables y voraces fauces de la lujuria, que me tienen besando cada centímetro del monumento que para mi es tu cuerpo desnudo, por más ínfimo que pueda llegar a ser. Soy tu dueño y el sonido incesante repleto de placer, que suavemente es exhalado de entre tus labios, junto a tus muñecas atadas, me lo confirman. Puedo hacer lo que me plazca con tu cuerpo y sigues pidiéndolo, por más que mis caricias parecen ser infinitas; al mismo tiempo parece ser que cada roce de nuestros cuerpos es único, culminando cada uno de ellos en el suave éxtasis de tu aroma que me enloquece.

Y aunque entre gemidos me lo pides, no es tiempo aún de acabar con este dichoso juego perverso del cual somos parte, pues no me cuesta nada encontrar esa mirada perdida en el deseo, para saber qué es lo que necesitas. Me tienes bailando en el fuego apasionado de entre tus piernas, sólo enredalas alrededor mi cintura y no pararé hasta que lo pidas; porque yo soy quien te tiene aquí, con tu bebida morada al lado de tus tacones altos y tus dientes que a la par de tus uñas se aferran fuertes a mi colchón, tal cual mis mordidas a tus seductores labios, porque aunque todo el mundo te mira, y lo acepto, podrías tener a cualquiera, tú ya sabes que soy sólo yo, quien te da lo que necesitas.

Y voy a tocarte bien, eso lo sabes, siempre he conservado mi viejo hábito de no poder hacerte el amor lento y aunque lo intentara, no es algo que sepa hacer, déjame quemarte lento al oído para que por debajo te derritas, déjame hacerte sudar a ti y a tus amigas, déjenme escuchar a sus cuerpos hablar.

Pero una vez más estoy donde siempre, mintiéndome a mi mismo, tratando de convencerme de que terminaré con esto de una vez, que te tomaré por última ocasión, porque el pasar del tiempo me ha mostrado la profundidad de tu indiferencia y en lo que nos hemos convertido, yo estaba enamorado de tu misterio, pero ahora conozco tu rutina y sólo tomo lo que puedo de ti, pues jamás había sido tan desvergonzado desde que te conocí, pues no me importa en lo más mínimo ser quien tu quieras que sea, cuando necesites que lo sea, porque a diferencia de ti yo no tengo nada que ocultar, yo no pretendo fingir y mucho menos, seguir engañando a mi arruinado corazón con todas tus mentiras que permanecen inertes en una caja invaluable; pero a pesar de eso, sé perfectamente que siempre seré tu "llamada equivocada" preferida, ésa misma llamada que haces cuando te encuentras completamente sola, ésa misma llamada que te arrepientes de haber hecho cuando acabamos de hacerlo. Pero puedo notar que estás agobiada, tu tan aclamado "hombre" te tiene tragando pastillas extra al día... pero no te preocupes por mi, sólo desahógate, sé a lo que he venido, estaré callado, esto no es nada para mi; pero tú, que cuando sale el sol estás buscando un amor verdadero, aunque tu corazón no te guíe hacia a nadie: vas a odiarlo, entonces me amarás, después vas a extrañarlo y entonces me odiarás, yo sé en lo que te conviertes cuando el sol cae, cariño te conozco tan bien, conozco tu rutina.

"Entre sollozos y estrellas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora