Épocas festivas V: Bola de selección

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La división media sólo se la pasa entre rumores que a los alumnos les encanta. De todos los rumores, hay uno en particular que lleva años de boca en boca: "Lo extraño del director de secundaria".

—Hii-sama. —Una voz femenina y joven irrumpe el momento de meditación de la elegante y misteriosa directora, que parece contemplar un punto que es inespecífico para su acompañante—. Los preparativos para la fiesta se están haciendo como estaba planeado.

«Al parecer nadie conoce su edad...». «Se dice que tiene la posición más respetada en todo el mundo». «Ella trata a las chicas que le gustan como si fueran sus muñecas».

—Soy... muy feliz.

. . .

El día comienza en una escuela completamente normal, de estudiantes completamente normales que viven su día a día de una manera completamente normal.

—¡Maldición! Dejen de vagar, ¡ayúdenme a colgar estos adornos! —reclamó una chica de lentes que conoce los cómics pornográficos más salvajes que puedes imaginarte.

—Dios, relájate, ¿quieres? —El chico de aspecto rudo que secretamente era gay restó importancia a su compañera.

¡No me pondré esa mierda!

—¿Qué fue eso? —preguntó una chica de aspecto inocente que en realidad se tira al novio de su mejor amiga, el grito se había oído lejano pero claro.

—¿Deja vú? —dudó el nerd que ya había planeado su tiroteo escolar.

. . .

Volviendo a nuestra academia para niños especiales, en esos momentos los chicos estaban reunidos para celebrar el año nuevo junto a la clase E.

—Vamos, Yami, hazlo sólo por hoy —pidió Kuro, intentando poner una carita de corderito a medio degollar.

—Lo siento, hoy no. —Para evitar sucumbir ante la ternura Pyuma, Yami se había colocado el flequillo de modo que cubriera sus dos ojos, ya sabes, típico peinado folla...

—Sólo es un kimono —regañó Mun.

—¿Sabes lo incómodo que es pelear con eso? ¡No, no lo sabes! —reclamó, señalando el precioso kimono rosado que Mikan le ofreció.

Yami —advierte Hikari con voz firme, nadie necesitaba más palabras para captar el mensaje.

—No... no, ¡no lo haré! —aseguró, sin poder evitar tartamudear. La única persona que podía intimidarla con menos de dos palabras era, definitivamente, Hikari Suta.

. . .

—Te ves bien, Yoru —comentó burlonamente Natsume, la chica ya estaba arreglada con el kimono puesto y su cabello recogido en un moño trenzado.

—Cierra tu perro hocico, Pervertidiota —gruñó, siendo observada con diversión por el resto de los presentes. Era gratificante ver a la verdugo siendo torturada.

—Todas se ven muy lindas —adula Iinchou con su rostro ligeramente sonrojado, mirando a todas sus compañeras usando encantadores kimonos.

—"La tela hace al hombre" —recitaron Koko y Kitsune con voz "sabia".

—¿No es "la ropa hace al hombre"? —dudó Mochiage.

—¡Wow, todos se ven muy bien! —exclamó Mikan, que junto a Anna y Nonoko estaban cepillando el enmarañado cabello de Natsuki, que lucía adormilada mientras las otras tres batallaban con su greñero.

Cuando los ángeles se vuelven diablos. [Gakuen Alice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora