Cuando los ángeles se vuelven diablos. [Gakuen Alice]

Épocas festivas VI: Flores

—¡¿Por qué la bola de selección para la fiesta del jardín de flores estaba en el paquete rojo de Sakura?! —Sumire y otros alumnos estaban incrédulos.

—Entonces... Mikan, ¿ha sido elegida para estar entre los miembros del club? —Las palabras de Nanami hicieron que el resto se acercara a la chica, asombrados y fascinados.

—¡Eso es genial!

—¿Cómo es qué...?

—¿Por qué? —Se preguntaron Tsubasa y Misaki, que lo hubiesen esperado para cualquiera... menos para Mikan.

Por su parte, ella estaba fascinada por la idea, aunque a su vez no podía terminar de creerlo, mientras que Natsume lucía sorprendido y a su vez extrañado por dicho suceso. Definitivamente la joven castaña no cuadraba con el tipo de chicas que hasta ese momento habían sido invitadas a la velada.

Nobara, quien durante todo ese tiempo había permanecido en silencio, contemplando cómo transcurrían las cosas, se giró a ver hacia dónde Hikari y Shin estaban. Su asombro salió a relucir cuando notó la expresión frustrada en la rubia, que parecía inquieta mientras observaba a la feliz castaña.

—¡Hikari! ¡Mira! —Mikan se acercó a la rubia, mostrándole la bola de selección—. ¡Vamos a poder ir juntas a la fiesta! ¿No es genial?

Su única respuesta fue a la rubia chasqueando su lengua, para sorpresa del resto.

—¿Por qué te emocionas tanto? —Un breve silencio se produjo en la sala, nadie entendía el porqué de su actitud hastiada.

Sin importarle las miradas inquisitivas del resto, ella se dirigió hacia el televisor, dejando caer su cuerpo frente él sin importarle arrastrar a Shin con ella. Su expresión malhumorada podía leerse a kilómetros de distancia.

—Hikari... —Taiyo se acercó preocupada.

"En últimas noticias siguen desapareciendo niños de varias zonas de Japón. Un grupo de investigación ha estado tratando de localizar algún lugar donde estos se encuentren, pero parece todo un camino sin salida..."

Las palabras del presentador hicieron que se congelase justo cuando iba a sentarse a lado de la rubia, sus ojos parecieron perder su brillo, mientras giraba su rostro hacia la pantalla que enseñaba la imagen de cuatro pequeños.

—Esto ya tiene tiempo —murmura Misaki consternada.

—Irá para largo —susurra Mun, casi inaudible.

—¿Por qué lo dices? —Kokoroyomi, que estaba cerca de ella, cuestionó sus palabras.

—Corazonada...

—Olvidemos el tema. —Natsuki aprovechó para tomar el control, cambiando de canal, de todos modos, en cualquiera iba a estar la bendita cuenta regresiva.

"En últimas noticias: El emperador anunció en la fiesta de año nuevo... ¡Se va a casar... Otra vez!"

—Y esta es la décima. —Todos suspiran.

. . .

Ya había pasado casi una hora desde que los jóvenes se vieron atrapados en esa broma asquerosa de parte de Tsubasa y, en esos momentos, aconteció una escena penosa alrededor de la mesa donde los afectados y sus allegados pasaban el rato.

—¡Odio esto! ¡Odio mucho más a Natsume! —gritó Mikan, intentando alejarse del chico, sólo para volver a ser arrastrada hacia él como si fueran los polos opuestos del imán.

—Ya fue tres veces al baño, no puedo soportar más a esta mujer —vociferó el de ojos carmín.

—¡¿Crees que fue mi culpa?!