Épocas festivas IV: Feliz navidad

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Finalmente, el baile de máscaras daba inicio. En el centro de todo se pudo ver a diversos alumnos enmascarados bailando al son de la música. Por un momento, el evento pareció más adulto de lo que era, quizás era por todo eso de las leyendas de "unidos para siempre".

Shiro miró con incomodidad a los alumnos que se reunían para tener un baile "único" e "inigualable". Si bien se había visto obligado a participar en el último día del festival escolar, no podía encontrar placer en esa clase de circunstancias. Su personalidad huraña y apática siempre fue un impedimento a la hora de convivir con otras personas.

—O... Okami. —Una voz a su costado captó su atención, había una chica de su clase la cual parecía avergonzada y algo tímida—. Me preguntaba si tu...

Antes de que ella pudiese continuar o de que Shiro indague en su mente sus intenciones, la ruidosa voz de Kobato los hizo desviar su atención.

—¡Oh dios mío, un chico guapo quiere invitar a bailar a Kuro!

Al decir aquello, la tensión en el cuerpo del joven se hizo evidente, que se giró hacia el lugar que señalaba la estrafalaria chica con una mirada iracunda.

—Eso de "chico guapo" —murmuró Taiyo, viendo a Kokoroyomi hablando con la chica.

Al percatarse del otro lector de mentes, los gestos del albino se suavizaron, toda la adrenalina que sintió en ese momento se disipó, consiguiendo que volviera a la realidad para notar su mano llena de sangre y chocolate caliente. No se había percatado que con su mano había roto la taza.

—Carajo —bramó, sacudiendo su mano para quitar los restos.

Se sintió un poco avergonzado por la situación en general, era muy inmaduro de su parte jugar al muchachito celoso cuando ni siquiera podía aceptar abiertamente sus sentimientos. Hace apenas unos días se hizo el indignado sólo por escuchar de la boca de otros lo que ya sabía.

Estaba loca y perdidamente enamorado de Kuro y eso era una real mierda.

Al regresar su mirada a la chica que antes le había hablado, se percató que ya no estaba cerca. Probablemente salió corriendo luego de ver la facilidad con la que quebró la taza.

—Ah, odio la navidad —admitió con fastidio, acercándose hacia Kobato, que le dirigía una sonrisa burlona.

—Vaya, me pregunto porque —rió.

Shiro ignoró su malicioso comentario, girándose hacia donde Kuro bailaba con Koko. Siendo él, sabía que no había ninguna intención romántica, no sólo porque no parece interesado en esas cosas, sino porque sus sentimientos aún giraban en torno a cierta chica de rizos rebeldes, aunque tampoco estaba seguro de si era amor o un fuerte cariño.

—Podrías usar el baile para declararte.

—Cierra la boca, Hatsune.

. . .

—¿Te pasa algo, Nobara? —indagó Shin, que en esos momentos estaba parado junto a su compañera a un lado de la pista. Ambos observaban a Hikari bailando con Taiyo, ella usaba una máscara blanca que cubría casi por completo el lado superior de su rostro.

—¡No... no es nada! —negó, sus mejillas estaban un poco coloradas—. La mayoría de los bailarines son parejas... pero a ellas nunca les importa y bailan entre amigos...

—Bueno... para ellas es más importante su amistad que cualquier tipo de romance pasajero —reflexiona, observando a su siempre fría compañera con una sutil sonrisa—. ¿Quieres bailar con Hikari?

—¡¿E... eh?! ¡No, no es eso... es que yo...! —Por la forma en que tartamudeaba y se sonrojaba, eran claras sus intenciones.

Shin no pudo evitar reír por esto, Nobara era una persona bastante dulce y tímida, con dificultades para poner en palabras todo lo que quería decir, estaba claro porque buscaba mucho a la bruja de Hikari, que era más segura, firme y nunca titubeaba al hablar.

Cuando los ángeles se vuelven diablos. [Gakuen Alice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora