Haciendo amigos. Parte I

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—Muy buenos días a todos —saludó Mikan cuando ingresó al aula, tan enérgica como siempre. Algunos de sus compañeros respondieron al saludo. Ella se dirigió a su lugar satisfecha.

—Un poco antes de la hora, nada mal, Sakura —mencionó Natsuki terminando de comerse una barra de chocolate. Rebuscó en su bolsa, pero una mueca de inconformidad se hizo presente cuando no encontró más de aquel dulce.

—Buenas tardes, Sakura, Ito —saludó Ruka Nogi, llegando a su lado y sentándose en medio de ellas.

—Buenas Ruka-pyon —hablaron al unísono, el joven suspiró resignado ante el apodo, pensó que era algo de unos días, parece que de ahora en adelante será llamado de ese modo.

—¿Y el amargado pervertidiota?* —preguntó la pelinegra, curiosa.

—Rara vez verás a Natsume en una clase de Narumi, menos si es a la primera hora. —Trató de explicar, mostrando una mueca de descontento que le dio risa al par de chicas—. Por cierto... Ito, ¿no ha pasado nada?, algunos alumnos dijeron que escucharon una explosión desde tu cuarto —cuestionó con cautela y preocupación.

La joven le miró en silencio, aunque no tardó en formar una sonrisa despreocupada—. Lancé el despertador contra la pared del baño y cayó al retrete. —Tanto el rubio como la castaña le vieron con reproche.

—Ito, ya es el tercero —regañó Ruka.

—No puedo creer lo violenta que eres —bufó Mikan cruzándose de brazos.

—A este paso te quedarás sin plata —comentó la joven de aspecto emo, llegando al lugar de los tres, Natsuki se encogió de hombros.

—No te alcanzará ni para comprar lo básico. —Del mismo modo que Yami, Taiyo llegó donde ellos, metiéndose en la conversación.

—Ni modos.

—Te quedarás sin chocolate. —Le recordó Hotaru Imai desde su lugar, donde estaba revisando y corrigiendo unos planos, ella tenía un alice bastante curioso, el de invención. Ella tiene la capacidad de, valga la redundancia, inventar aparatos inusuales, pero bastante útiles.

La chica pareció meditarlo por unos momentos, hasta que finalmente procesó toda la frase. Grito de terror, llamando la atención de todo el salón y asustando a Ruka, Mikan y Taiyo, que la tenían al lado.

—¡No, no, no, mi chocolate! —lloriqueó, llevando sus manos a su cabeza mientras se levantaba de su lugar. Giró la cabeza y comenzó a hablar directamente a los lectores—. Quiero dejar en claro una cosa, si tuviera que elegir entre salvar a Mikan o a los chocolates de un incendio... me alegra haberla conocido. —Finalizó con un rostro pensativo, llevando las manos a su cintura.

—¡Oye! —exclamó la castaña, bastante ofendida por su elección.

—¿A quien le habla? —preguntó Ruka, Taiyo y Yami se encogieron de hombros.

—Es muy temprano para tus escándalos. —El comentario había salido de los labios del inigualable Natsume Hyuuga, quien recientemente ingresaba al aula, para sorpresa de varios.

—Milagro —mencionó el rubio—. Narumi te cortó el internet, ¿cierto?

—Lo odio —declaró, Natsuki comenzó a reírse, ganando una fulminante mirada asesina.

Ya sé que se sienten un poco perdidos, déjenme explicarles, debemos regresar un poco en el tiempo, ¿una semana?

. . .

Mikan ingresó tranquilamente al aula, siendo seguida por Taiyo y Yami, las tres actuaban como si lo ocurrido el día anterior no hubiese sido nada; fue la castaña quien, estando ya en su lugar, se volteó para hablar con su pareja de clases.

Cuando los ángeles se vuelven diablos. [Gakuen Alice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora