Cuando los ángeles se vuelven diablos. [Gakuen Alice]

[Extra] Como perder/ganar un juego de rol

Un chico de cabello oscuro y ojos marrones con la piel ligeramente bronceada llega al lugar, se para durante unos segundos a mitad del escenario y finalmente se acerca a una escritorio metálico donde se posan algunos papeles y un micrófono. Se arregla un poco la camisa del uniforme antes de carraspear su garganta.

—Bienvenidos sean todos a nuestro programa "Cómo perder/ganar un juego de rol" —presentó—. Como bien ya saben, la primera parte del este segmento será una recopilación de los alumnos perdiendo, mientras que la segunda, serán escenas de los pocos jugadores que consiguieron la victoria. Nuestra primera víctima será el señor lector de mente, Kokoroyomi.

—No me pagan lo suficiente —expresó el joven con sonrisa eterna.

. . .

Para la chica de los espejos no fue difícil quitarle la cinta a Kokoroyomi, en realidad ni siquiera dio pelea e ignoró por completo ese hecho, continuando con su camino hasta el final.

Estando en la salida, a punto de ser declarado como perdedor, el joven empezó a recitar en voz alta todas las decepciones amorosas de la joven, sus inseguridades, miedos y su fuerte deseo por encontrar a alguien que la ame con la intensidad de mil soles.

Renunciando a sus propias convicciones, la joven se limitó a darle la cinta mientras lloraba, bajo la escéptica mirada de Youichi.

—¿Están seguros que Nanami es el demonio? —dudó, sin dejar de mirar sospechosamente al compañero de su hermana.

Con la segunda estación no tuvo problemas, leyendo un poco de la mente del menor, usó la misma técnica que Ruka y otros anteriormente habían usado, logrando pasar la tormenta de brillos.

El problema era ella...

—¡Bien, pedazo de basura sin futuro! ¿Podrás luchar contra mis llamas? —exclamó la bruja del fuego con una amplia sonrisa en el rostro, con grandes llamaradas a su alrededor, dándole un aspecto temible.

Koko nuevamente iba a leer su mente, buscando sus pensamientos vergonzosos para convencerle de dejarle pasar, sin embargo, se encontró con escenas horribles, sangrientas, pensamientos terribles, sentimientos asfixiantes, como si una guerra mundial estuviera pasando en la cabeza de la joven.

Los alumnos de la entrada podían observar al lector de mentes correr y gritar diciendo algo acerca de querer a su mami, papi y osito Kuma.

Los hermanos sólo se observaron mutuamente antes de encogerse de hombros.

Final malo 1: Recuerdos de Vietnam.

. . .

—Oh, mi señora, debemos cruzar por este lugar aún con la lluvia —explicó la joven campesina, con su mirada puesta en una preocupada Anna—. Si caemos será una muerte segura. Yo soy demasiado torpe en estas cosas, no creo poder lograrlo.

—E... eh... —La chica cocinera no sabía bien qué hacer, ni siquiera ella se creía capaz de cruzar por su cuenta; pero el que no arriesga no gana. Con pasos lentos empezó a cruzar esa delgada viga, sintiendo las gotas de lluvia mojarle.

Lo que todos pensábamos sucedió, ella resbaló y cayó a "Una muerte segura" con un grito de pavor.

—¡Paren! —gritó Mikan, consiguiendo que poco a poco la lluvia cesara. Cuando todo se calmó, unos compañeros llegaron con una escalera para poder sacar a la chica, quien había caído en el agua bajo ella, sana y salva—. ¡Anna! ¡¿Estás bien?!

—... quiero un psicólogo —pidió la chica temblando asustada.

—Yo igual, amiga, yo igual —murmuró para sí misma aliviada de que no se lastimara.