Gunther
Desperté por culpa de mi amada alarma, eran las 6:30 de la mañana, tenía que ir a soportar el infierno una vez más, o mejor dicho la escuela Baydrop.
Me levanté de mi cama y me dirigí al baño, me lavé los dientes y me quedé mirándome un segundo en el espejo. No había cambiado mucho mi rostro con las años; seguía viéndome casi igual. Ojos medió asiáticos, mi cabello negro, ojos marrones oscuros. Seguía siendo el mismo.
Volví a mi habitación y me cambié. Ya podía escuchar los gritos de mi madre, Dana. Ella estaba despertando a Sophie, mi hermana menor. La verdad no nos parecemos mucho, ella tiene el cabello castaño casi rubio, y su piel es un poco menos bronceada que la mía. Lo único que teníamos medio similar eran los ojos y la nariz.
Una vez con mi suéter de color azul oscuro, mis jeans negros, mi gorro y mis converse del mismo color salí a la sala del apartamento.
Llevaba toda mi vida viviendo allí, nada cambiaba a excepción de la posición de algunos muebles y la pintura. El resto seguía igual.
En ese momento Sophie seguida de mi madre salieron del cuarto de la última, seguro mi hermanita había tenido pesadillas. Ella frecuentaba esa clase de sueños y terminaba pasándose a la cama de mamá. Claro que por suerte ella seguía siendo una niña de nueve años y cabía en la cama con mi madre. Si yo que tengo quince hiciera esa gracia mi madre me mandaría a lavarme el trasero.
-Chicos, van a llegar tarde a la escuela. Apúrense, pero pasen por casa de Aria antes de irse- nos ordenó mamá a Sophie y a mí.
-Sí, mamá- dijimos ambos al unísono y nos dispusimos a salir del apartamento.
-Y por favor, ya les quedan pocos días de clases. No lo estropeen ¿de acuerdo?- dijo mirándonos con sus penetrantes ojos verdes.
-Lo que digas- respondí y ella vino a besarnos en la mejilla a mi hermana y a mí.
-Los quiero, pórtense bien- dijo con una sonrisa. Sophie y yo salimos de casa.
Subimos el ascensor hasta el piso 6 en donde se encontraba nuestra hermana postiza, Aria.
Sé lo que están pensando. No, nuestra madre no consiguió un novio ni Aria era su hija. Ella simplemente es nuestra mejor amiga y es hija de la mejor amiga de nuestra madre.
Una vez arriba fuimos al apartamento 6-J y tocamos el timbre. Pocos minutos después salió Iah, la madre de Aria.
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Disaster I: El Mensajero Perdido
Fantasía¿Qué pasaría si en una escuela hubieran tres semidioses a la vez? Nada bueno, eso es seguro. Somos Sophie, Aria y Gunther. No habíamos pensado que nos ocurriría algo así como ser hijos de dioses griegos; pero ha pasado, señores. Hemos sido expulsado...