Gunther
Abrí los ojos y la criatura había desaparecido, se escuchaban gritos por doquier en toda la escuela. Podía escuchar gente diciendo que habíamos matado a Tanika y que éramos unos monstruos.
-¡Ustedes!- exclamó Peter en la multitud -¡¿Qué le han hecho a mi Tanika?! ¿Qué hacen con esas cosas? ¿De dónde sacaste esa palanca?- hacía preguntas muy rápido y no entendía nada de lo que decía.
De repente apareció el señor Cortez muy apurado y con la respiración agitada, se paró en frente a la multitud que nos acusaba de haber matado a Tanika. Cortez levantó la mano, todos tenían la atención en el hasta que chasqueó los dedos y las miradas de todos se habían perdido. Parecían Zombies.
-Aquí no ha pasado nada, nunca existieron Gunther Pena, Aria Da Costa y mucho menos Sophie Pena. Ahora todos volverán a sus clases correspondientes como si nada hubiese pasado- dijo en voz alta a la multitud y sin chistar todos obedecieron.
A los pocos minutos sólo quedábamos Elliot, Cortez, Sophie, Aria y yo en el patio. Nadie más.
-¡Exijo una explicación pero ya!- exclamó Aria.
-¿Espadas? ¿Arcos? ¿Cuchillos? Espera un momento... ¡¿VAMOS A SER NINJAS?!- exclamó Sophie y Aria tuvo arcadas por la risa.
-¡¿Y cómo hizo que todos se fuesen sin decir nada sólo chasqueando los dedos y qué demonios era esa cosa?!- pregunté yo.
Los tres estábamos muy asustados, confundidos y con demasiadas preguntas mientras que Elliot y Cortez estaban neutrales. Incluso me atrevo a decir que un poco relajados.
-¡Estamos esperando!- Dijo con exasperación mi hermana postiza.
-Les explicaremos de camino al campamento, este lugar es muy peligroso- dijo Elliot lanzando las muletas al piso y quitándose el pantalón.
Por instinto corrí hacia Sophie y le tapé los ojos, me sorprendí mucho cuando noté que no había nada que tapar. Las piernas de Elliot estaban cubiertas de pelo por todos lados y en vez de tener pies, tenía pesuñas de lo que parecía ser una cabra.
Miré hacia Aria alterado para ver si ella estaba viendo lo mismo que yo y al parecer era verdad, tenía la boca abierta y los ojos como platos observando a nuestro amigo.
-Eres... Eres un... ¡¿qué demonios eres?!- gritó Alice apuntando con la espada a Elliot.
-Soy un sátiro, amiga. Tranquila que no muerdo- dijo con una sonrisa despreocupada.
-¿Por qué es mitad oveja?- preguntó Sophie quitándose mis manos de sus ojos y observando a Elliot.
-Tiene mitad cabra. Vamos, repite conmigo: CA-BRA - corrigió Cortez.
-Dime que esto es un sueño, una loca pesadilla- supliqué a Cortez y este negó con la cabeza.
-Esto no está taaan mal. La verdad amé esto- dijo Aria moviendo la espada en cámara lenta, imitando el sonido de los sables de luz de Star Wars.
-No hay tiempo para explicar, vamos- dijo Cortez y se encaminó hacia el estacionamiento de profesores.
-Ya va. Acabamos de matar otra de esas cosas asesinas, nos estamos desangrando y ¿USTEDES NOS QUIEREN SACAR DE AQUÍ? ¿QUÉ PASA SI TAMBIÉN USTEDES SON MURCIÉLAGOS CON ESTEROIDES? No voy a ir a ningún lado- empezó a reclamar Aria, pero ya Sophie y yo seguíamos al profesor. Mi hermana postiza se contradijo de la manera más brutal.
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Disaster I: El Mensajero Perdido
Fantastik¿Qué pasaría si en una escuela hubieran tres semidioses a la vez? Nada bueno, eso es seguro. Somos Sophie, Aria y Gunther. No habíamos pensado que nos ocurriría algo así como ser hijos de dioses griegos; pero ha pasado, señores. Hemos sido expulsado...