Gunther
Salimos del bosque lo más rápido que pudimos, no queríamos ser atacados por Frank el oso de nuevo. Más aún cuando estaba obligado a comer cereales.
-¿Me quieren explicar qué pasó?- dije yo finalmente mientras salíamos del bosque.
-Derrotaron a una asistente de Hades, genio- dijo Martha desde mi mochila; yo había puesto el caduceo ahí de forma en que las cabezas de George y Martha quedarán al aire libre.
-Sí, pero normalmente sólo los golpeamos y ya. Esta vez pasaron cosas raras- se excusó Aria mirando a la serpiente.
-¡Ratas!- exclamó George.
-¡Cállate, George!- dijo Martha
-¡Jamás!
-Te daré ratas si te callas.
-Gracias, Martha.
-De nada, George.
-¡Hey! Concéntrense en lo que pasa. ¿Cómo hicimos eso, "serpientes guías"?- preguntó Aria recalcando el serpientes guías de forma sarcástica.
-Son hijos de los dioses, zoquetes. Algo tenían que heredar ¿no?- explicó George agitándose como loco.
-Eso tiene mucho sentido- soltó Sophie sarcásticamente.
-Dame ratas- ordenó George.
-Cállate, George- dijo Martha.
-Este será un largo día- murmuré para mí mientras las serpientes seguían discutiendo sobre las ratas.
Cuando llegamos a la ciudad, fuimos de nuevo a la terminal de autobuses a buscar uno con dirección a Los Ángeles. De vez en cuando George y Martha hacían comentarios como "Quiero comer ratas" o "Apúrate y busca al señor Hermes" entre otras cosas.
Ellos eran muy graciosos, pero se volvían más fastidiosos que Navi en The Legend of Zelda aunque nada superaba el "HEY LISTEN" que todos los jugadores de Zelda odiamos/amamos.
Pasamos unas horas en la terminal ya que el autobús que iba a Hollywood tuvo un retraso por quedarse sin combustible. Aprovechamos para asearnos un poco, comer y hablar con George y Martha para que todos los mortales nos mirasen mal. Me pregunto cómo verán el caduceo ¿Lo verán como un palo? O quizá como un tubo de metal pequeño. De igual manera era raro ver a tres chicos hablando con lo que sea que vean los mortales.
Luego de esperar por mucho tiempo nos quedamos dormidos todos, fue Sophie quien nos despertó muchas horas después diciendo que el autobús se había ido y que ese era el último del día que saldría hacia Los Ángeles. Suplicamos a la recepcionista para que nos dijera que sí habría otro autobús que nos llevara hacia nuestro destino, pero nos dijo que tendríamos que esperar al día siguiente.
Tuvimos que ir a un hotel de mala muerte que se encontraba a unas dos cuadras de la terminal y pasamos la noche ahí. Por suerte las habitaciones costaban muy poco y entre todos teníamos el dinero para poder quedarnos.
Al día siguiente, cuando fuimos a la terminal, el autobús había llegado así que los tres nos subimos. Sophie había puesto el Caduceo de Hermes en su mochila de la misma manera en que yo lo tenía cuando estábamos en el bosque. George y Martha estaban cada vez mas entusiasmados por rescatar a Hermes, aunque siendo franco; no tenía ni idea de cómo haríamos eso.
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Disaster I: El Mensajero Perdido
Fantasy¿Qué pasaría si en una escuela hubieran tres semidioses a la vez? Nada bueno, eso es seguro. Somos Sophie, Aria y Gunther. No habíamos pensado que nos ocurriría algo así como ser hijos de dioses griegos; pero ha pasado, señores. Hemos sido expulsado...