Capítulo 19: El bosque

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Gunther

Volvimos a Central Park rápidamente, la gente estaba observándonos de mala forma. Pero eso era lo que me esperaba ya que si yo viese a tres chicos saliendo de una tienda que acaba de explotar con camisas en la mano yo no los miraría exactamente con una sonrisa.

Escuchaba susurros como "Ladrones" "Llamaré a la policía" y cosas así pero no le preste atención. Lo menos que me importaba ahora era enfrentar a un come-donas de traje azul.

Llegamos a la parte central del parque y ahí nos encontramos al Capitán Solecito mirando hacia el infinito, supuse que nos estaba esperando. Nos acercamos más hasta que notó nuestras presencia y nos saludó con la mano.

-Hola, Semidioses- saludó Apolo Evans -¿Han traído la camisa?

-Verá, Cap aquí le traemos varios modelos. Observe- le dije enseñando las prendas.

Yo tenía en la mano la camisa de color rojo mientras que Aria tenía la gris y Sophie la negra.

-¡Esa es!- exclamó señalando la camisa que traía Sophie en la mano -¡Dámela! ¡Debo tenerla!- decía el dios estirando las manos como niñito y usando un tono algo maniático.

Sophie obedeció y le entregó su preciada camisa a Apolo. Este se emocionó tanto que terminó abrazándonos a los tres al estilo Roger.

-De tal palo tal astilla...- murmuré mientras el Capitán Ameri... Digo, Solecito nos apretaba fuertemente.

-Está bien, todo amor y paz ¿Cuál era la pista que nos iba a dar?- preguntó Aria directa al punto una vez que el dios nos soltó.

-Oh, cierto. Esperen un segundo- nos ordenó. Apolo comenzó a poner su mano en la camisa, de alguna manera esta la atravesó con un brillo cegador como si fuese un fantasma y luego de 5 segundos, tenía un mapa en la mano (que había sacado de la camisa) y en la otra tenía su preciada camisa negra.

-Las malas lenguas dicen que Hermes está encarcelado en el Inframundo, así que de cortesía les regalo un mapa que les enseñará el camino exacto hacia el reino de mi tío- informó Apolo y le dio el mapa a Aria.

Esta lo abrió rápidamente para ver qué contenía; era un mapa de los Estados Unidos en general, habían unos puntos señalados en rojo y el trayecto que los unía, en azul. Tres para ser específicos; uno en Nueva York que ponía "Central Park", otro en Georgia que decía "Kennesaw" y el último en Los Ángeles.

Los nombres parecían flotar sobre el papel, proyectando una sombra y todo.

-¿Por qué hay una parada en Kennesaw?- pregunté pero no obtuve respuesta. Miré hacia donde se encontraba Apolo, pero este ya no estaba. Había desaparecido.

-¿Apolo? ¿Señor Evans?- lo llamó Aria pero nadie respondió, definitivamente se había esfumado.

-¿Por qué hay que ir a Georgia?- preguntó Sophie.

-¿Crees que sea eso de los reptiles?- pregunté mientras ojeaba de nuevo el mapa.

-Sea lo que sea, según Apolo hay que ir hacia allá- sentenció mi hermana postiza mientras guardaba el mapa en su mochila.

-Qué emoción- dije con sarcasmo.

-Diversión sin fin- canturreó ella con su usual tono sarcástico y un movimiento de cabeza en retraso fingido.

Disaster I: El Mensajero PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora