Capítulo 17: Empieza la Busqueda

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Gunther

Estaba acostado en mi cama dentro de la cabaña y Otto estaba hecho una bolita a un lado de mi pierna. Quirón me había enseñado la palabra en griego para hacerlo transformar, era algo tan simple como la palabra cambio en este idioma. O sea <<αλλαγή>> que se pronunciaba "Allagí" o algo similar.

Miré mi reloj, eran las 5:21 de la mañana. No había dormido nada en toda la noche más que todo por culpa de la preocupación de la misión y las pesadillas que tenía. Cada vez que cerraba los ojos me veía cayendo de una gran altura o me veía peleando contra un cíclope o huyendo de un oso.

Me levanté de la cama y me quedé observando la pequeña fuente junto a la ventana. El agua corría pacíficamente mientras se empezaba a crear un pequeño arcoíris ya que el sol estaba saliendo.

Eso me recordó a los dichosos mensajes iris de los que hablaba el Señor D. Según Elliot, con sólo arrojar un dracma al arcoíris y decir una plegaria a Iris, se podía hablar con quien quisieras de forma instantánea. Claro, con un límite de tiempo de diez minutos más o menos.

Saqué un dracma (moneda grande de oro) de la fuente, en donde casualmente habían muchos de estos y lo arrojé con suavidad hacia el arcoíris.

-Oh, Iris diosa del Arcoíris, por favor acepta mi ofrenda- recité de la manera más poética que pude. Me sentí patético hablándole a un arcoíris, pero en un mundo donde los dioses del Olimpo existen, nada es imposible.

-Dana Pena- dije y de la nada el arcoíris se difuminó y se transformó en la imagen de mi madre mirando al suelo. Estaba sentada en el borde de su cama vestida con un pijama.

-¡Mamá!- exclamé haciéndola voltear rápidamente.

Ella me observó por un momento, mientras una pequeña lágrima le caía por la mejilla y finalmente habló.

-¡Gunther!- gritó -¿Estás bien? ¿Dónde está tu hermana? ¿Y Aria?- empezó a preguntar todo rápidamente.

Así que le conté todo sobre los monstruos de la escuela, Elliot siendo un sátiro, el verdadero nombre del señor Cortez, el Campamento Mestizo, Helena, Poseidón, Hefesto, Zeus y todo lo demás de la forma más detallada posible. Pero al mismo tiempo de forma rápida.

-Yo siempre supe que Sophie, Aria y tú eran especiales. Pero no tanto- admitió con una sonrisa mi madre.

-Bueno, quiero que les mandes saludos a las dos y les des un abrazo de mi parte. Dile a Aria que le mande un... ¿cómo se llamaba esto?- preguntó ella.

-Mensaje Iris.

-Eso. Un Mensaje Iris a Iah, debe estar muy preocupada. Igual le contaré todo, pero querrá escucharlo de Aria- dijo mi madre.

-Bien. Adiós, mamá. Nos veremos pronto- me despedí y la comunicación se cortó, dejando el cuarto un poco oscuro.

...

-Bueno, hagamos un inventario rápido- sugirió Helena al yo terminar de poner las cosas en la mochila.

Ella había venido a ayudarme con los últimos preparativos para la misión. Estábamos ambos en la sala de mi cabaña sentados en el piso.

Disaster I: El Mensajero PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora