Aria
-¿Ahora qué es lo que pasa?- insinuó Gunther mirando con cautela a Helena y Jordan, que parecían matarse con los ojos.
-¡YO ME QUEDO CON ATENEA!- explotaron ambos y empezaron a correr al mismo nivel empujándose hacia la cabaña seis, la que es como de metal y se parece a la versión enana del Empire State.
-¿Me quieres explicar...- estaba diciendo yo hacia los gemelos, pero no estaban en la puerta. Segundos después salían por ella tropezando con cajas en manos de las que sobresalían fuegos artificiales y plumas rosa.
-Uhmm... Será luego, nuevita- pasaron a mi lado ignorándome y uno de ellos me revolvió el cabello.
-¿Y los raros somos nosotros? ¿Es en serio?- reclamó Sophie alzando una ceja y solté una carcajada por su gesto.
-Relájense, esta es una gran familia de integrantes disfuncionales. Un día serán iguales y se reirán de esto- salió Roger de la nada y palmeó amistosamente el hombro de Gunther antes de dedicarme una mueca burlona.
Veo venir que ese maldito me va a molestar con lo del imbécil oxigenado por un largo tiempo, gente. Qué asco.
-Son a penas las doce ¿Qué hacemos ahora?- dijo Gunther mirando su reloj de mano.
-No sé tú ¡Pero yo quiero usar esa moto de agua!- exclamé lanzando mi mochila en algún rincón del interior de la cabaña once y escondí mi teléfono en un hoyo de entre la madera de las paredes antes de correr hacia el lago que teníamos en frente.
-¡Yo quiero!- gritó Sophie imitándome.
Mientras nos acercábamos al agua me saqué los zapatos y los tiré por algún lugar indeterminado a mi espalda (supongo que le dio a alguien, porque escuché una queja). Me lancé sobre la moto y la encendí haciendo rugir el motor.
. . .
-Esto parece zona de guerra y estás claro que no exagero- solté a Gunther sin mirarlo, estaba atónita por lo que estaba frente a mí.
Un bando a la izquierda del comedor y otro a la derecha. Helena estaba junto a una chica más alta de cabello marrón y ojos oscuros, que parecía ser la capitana mientras que el imbécil oxigenado estaba junto a un rubio como de la altura de la otra capitana que parecía líder del otro bando.
Sophie, Gunther y yo estábamos en medio de eso. Yo tenía la cabeza echada para atrás y parpadeaba como en shock.
Quirón de repente se alzó sobre sus patas traseras y se dejó caer, resonando en todo al comedor. De alguna manera todos los campistas le prestaron atención. Es mi nuevo ídolo ¿ok?
-Hoy haremos un captura la bandera después de la cena en honor a los recién llegados- anunció el centauro -Se llaman Sophie, Aria y Gunther.
Nos señaló a cada uno al tiempo que mi hermana saludaba con la mano, mi hermano alzaba la barbilla y yo sonreía sin mostrar los dientes.
Noté a dos chicas susurrando mientras me miraban con odio. ¡Miren! ¡Ya tengo admiradores!
Normalmente eso no pasa hasta que cuando hablo con ese tipo de chicas demuestro mi brillante y sarcástica personalidad. Tal vez robe su maquillaje o algo.
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Disaster I: El Mensajero Perdido
Fantasía¿Qué pasaría si en una escuela hubieran tres semidioses a la vez? Nada bueno, eso es seguro. Somos Sophie, Aria y Gunther. No habíamos pensado que nos ocurriría algo así como ser hijos de dioses griegos; pero ha pasado, señores. Hemos sido expulsado...