Gunther
Resulta que la diosa cara de tabla no era nadie más y nada menos que Hera, señores: la "queridísima" y "amigable" esposa de Zeus. En pocas palabras, la madrastra de Aria y ella estaba muy entusiasmada al respecto (nótese el sarcasmo bestial).
-¿Así que estos semidioses te han rescatado?- preguntó una diosa pelirroja sentada al lado de Apolo Evans. Se trataba de Artemisa, la diosa de la caza.
-Exactamente y lamento informar que el ser detrás de todo este alboroto es Urano- dijo Hermes mientras George y Martha tenían una pequeña discusión en susurros.
En ese momento todo el salón quedó en silencio absoluto. Mis hermanas y yo estábamos ahí parados viendo la escena, todos los dioses estaban boquiabiertos ante la noticia que recién dio Hermes.
-¿Urano? ¡JÁ! Oh, vamos. No me digan que se han tragado esa mentira- soltó de repente un hombre de cabello negro corto estilo militar, corpulento con lentes de sol y una chaqueta de motociclista.
-¡Ares! ¡Esto no es un juego! Hades fue poseído por Urano, por eso me ha secuestrado y metido en un cofre- insistió el señor de los mensajeros cruzándose de brazos.
-¿Urano? ¿Vivo? Eso es un ultraje, ¡Un escándalo!- exclamó Zeus. El señor llevaba una traje formal con corbata y esas inutilidades varias que yo odiaba. Llevaba el cabello corto marrón y tenía barba. Sus ojos azules destilaban un poco de luz.
Lo que falta es que me digan que tiene electricidad en lugar de sangre.
-Hermano, si Cronos y Gea lograron volver hace muchos años atrás; creo que Urano no tendría problemas en volver también- replicó mi padre, Poseidón. Tenía el cabello negro y los ojos color mar (o algo así) como yo, lo único en lo que no nos parecíamos era en el resto del físico, porque él parecía uno de esos actores por los que todas las mujeres/chicas se morían y yo... Bueno ese es otro tema. También llevaba una camisa estilo hawaiana y bermudas de traje de baño.
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Disaster I: El Mensajero Perdido
Fantasy¿Qué pasaría si en una escuela hubieran tres semidioses a la vez? Nada bueno, eso es seguro. Somos Sophie, Aria y Gunther. No habíamos pensado que nos ocurriría algo así como ser hijos de dioses griegos; pero ha pasado, señores. Hemos sido expulsado...