Capitulo 3

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El pitido infernal del despertador me despierta, lo apago de mala gana y me estirazo en la cama y me noto húmedo. Me miro los bóxer.-
- Venga ya, joder...- Empezamos bien. Me voy a la cocina y me preparo un café, me lo bebo de un trago y me voy a vestirme. Me pongo un vaquero y una camisa negra. Llego el primero a la oficina y me voy a mi despacho. Cinco minutos después llaman a mi puerta. Dani entra con paso firme, su pelo suelto parece tener vida propia, lleva una camisa negra desabotonada, sus pechos se ven magníficos y un pantalón vaquero ceñido con unos zapatos negros de tacón. Me sonríe discretamente.-
- Buenos días, señor Padilla. Aquí tiene su agenda para hoy, a las once tiene una reunión con el señor García.
- Buenos días, señorita Lozano,llega pronto. Hoy tendrá que acompañarme a la reunión.
- Claro, señor. Como usted quiera.
- Bien, toma estos informes, repásalos.
- Claro, señor. ¿Algo más?
- No. Por ahora no.
- Bien.- Sale con las carpetas en la mano y se va. Está realmente guapa hoy, el señor García va a flipar cuando me vea aparecer con ella, sonrío. Intento concentrarme en el trabajo y milagrosamente lo consigo,hasta que viene Cristian a incomodarme.-
- Hola capullo, ¿qué haces?.- Viene y se sienta.-
- Trabajar. Lo que deberías estar haciendo tu.
- He venido a visitarte,con la esperanza de ver a tu sexi secretaria...- Aparto la vista del ordenador y lo fulmino con la mirada.-
- Ni se te ocurra. Déjala en paz. Las relaciones aquí están prohibidas y lo sabes.
- Vale,vale...Tranquilo. Joder, ni que la quisieras para ti. ¿Comemos juntos?
- Hoy tengo una reunión fuera, no creo.
- ¿Vienes al BMB? - ¿Hoy también invitarán a Dani? Iré solo por si acaso.-
- Si, claro. Si no tengo mucho trabajo.
- Vale, nos vemos allí. Necesitas urgentemente un polvo,tío.
- Pero, ¿qué dices?
- Estás alterado, estás raro.
- ¿Y crees que es falta de sexo?
- Todo se soluciona con sexo. Me largo. Nos vemos.- Sí. Puede que necesite sexo, sexo con una motera morena que me pone a cien. Que largos se me van a hacer estos puñeteros seis meses... tocan a la puerta.-
- ¿Otra vez vienes a decirme que necesito sexo?
- ¿Como?
- Oh, mierda. Perdón. Pensaba que eras Cris.- Se ríe.-
- Lo siento.- Yo me río también en respuesta.- Son las diez y media, ¿nos vamos?
- Sí,claro. Tenemos el tiempo justo. Voy a apagar el ordenador.
- Bien yo voy a coger mis cosas.- Cuando salgo de mi despacho,sale ella con su casco en la mano.-
- ¿Donde vas con el casco?
- A la reunión.
- No, no. Vamos en mi coche, no es necesario que lleves tu moto.
- Eh...bueno,vale. Espera, lo suelto en el despacho.- Bajamos al parking en el ascensor, parece nerviosa. Una parte de mi quiere creer que es por que vamos a estar a solas... Vamos hasta mi coche y pulso el botón.
- ¿Me dejas conducir?
- Por supuesto que no.
- ¿Porqué?
- Por que no. No te conozco y no acostumbro a dejar mi coche a cualquiera. Le tengo mucho cariño. Sube.- Ella pone los ojos en blanco y se sube de mala gana.-
- Odio que me lleven.
- Ponte el cinturón.
- ¿Y si no quiero?.- La fulmino con la mirada.- Cris tiene razón, si que necesitas echar un polvo...- La miro y no puedo evitar reírme a carcajadas. No lo esperaba de ella,precisamente. Es con ella, con la que quisiera tener aunque fuera media hora de sexo salvaje.-
- Ponte el cinturón.
- Vale.- Me obedece y se lo pone, yo arranco y salgo del parking.-
- ¿Siempre eres así?
- ¿Así como?
- Tan...estirado.
- ¿Estirado?
- Sí, estirado. Frío y perfeccionista. - La miro un segundo.-
- Sí, casi siempre.
- Pues es una pena, Hugo. Te estás perdiendo lo mejor de la vida.
- ¿Hugo?.- Me está tuteando, y lo que es peor oír mi nombre de sus labios me provoca una sensación extraña.-
- Técnicamente no estamos en la oficina...
- Ya...- Sonrío ante su rapidez mental.-
- ¿Nunca haces nada divertido?
- Claro que si. Salgo con mis compañeros.
- ¿Y ya está? ¿No haces nada más?
- Pues...
- ¿Nunca rompes las reglas?.- Mi bragueta da una sacudida en respuesta, ¿qué sabe ella de las reglas? ¿acaso quiere que rompa alguna en concreto? Esa idea me gusta.- No se, hacer locuras...
- ¿Qué clases de locuras?
- ¿Has visto resacón en las Vegas?
- Sí.
- Pues algo así, pillarte un pedo de la ostia y no acordarte de nada.
- No. No suelo hacer esas cosas, ¿tu sí?
- No me importaría... Pero me gusta vivir al límite,romper las reglas, llegar tarde, no tener planes...
- A mi me gusta tener planes, y no llegar tarde.
- Aveces los mejores momentos no se planean... Deberías probarlo.
- No. Creo que no.
- Eres...muy estirado. Muy perfeccionista y muy pulcro.
- ¿Y eso es malo porque...?
- Por que es aburrido.
- ¿Yo soy aburrido?.- Se encoge de hombros.- Ya hemos llegado, es ahí.- Aparco el coche y salimos. Entramos en las oficinas y nos llevan hasta la sala de reuniones, ella me sigue al lado, con su pelo negro y brillante, moviéndose de un lado a otro, y su sonrisa traviesa y encantadora. Entramos y el señor García nos espera, tras las presentaciones no me pasa desapercibida su mirada lasciva a Dani, ella no parece darse cuenta. Empezamos con la reunión, y yo le explico mi proyecto, pero en un momento de la reunión, casi en el punto clave, a Dani se le cae un boligrafo y se inclina a mi lado para cogerlo, sin querer mi mirada se va directa a sus botones desabrochados, a su escote y a los magníficos pechos que tiene. Mierda. Me quedo blanco. El señor García me mira esperando a que prosiga, pero yo estoy totalmente perdido. Dani me mira con el ceño fruncido, yo la miro fugazmente y ante mi sorpresa ella comienza a hablar. Expone y rectifica, apunta, saca papeles de la carpeta... Yo lo veo como a cámara lenta, y el señor García asiente una y otra vez. Damos por finalizada la reunión y se queda muy contento.-
- Os daré una respuesta muy pronto, pero ya te digo que la reunión ha sido muy favorable... - Salimos de allí y en cuanto salimos por la puerta me relajo.-
- ¿Qué me ha pasado?
- Te has quedado en blanco. Tranquilo, es muy normal.
- No, a mi no. Yo... nunca me había pasado.
- Alguna tenía que ser la primera.
- Oye, Dani. ¿Cómo... Cómo sabías todo...?
- Esta mañana repasé el informe, tengo memoria fotográfica.
- Uauh. Gracias, ha sido impresionante.
- De nada. No es para tanto.
- Oh, si que lo es. Te has hecho cargo de la situación,perfectamente.
- ¿Eso es un cumplido,señor Padilla? Para la próxima, piense mejor en un aumento de sueldo, se lo agradecería más.
- ¿Llevas dos días y ya quiere un aumento de sueldo?
- ¿Porqué no? He de intentarlo.- Y me guiña un ojo. Yo no puedo evitar reír a carcajadas en mitad de la calle.- ¿Ve? Cuando se ríe no parece un viejo aburrido, parece un hombre de su edad.- Me quedo estupefacto, la miro y niego con la cabeza.-
- La invito a comer antes de ir a la oficina, si usted quiere...
- ¿Paga usted?
- Claro.
- Entonces sí.- Y hecha a andar hacia el coche, que descarada es, maldita sea. Y me encanta. Se arrodea.- ¿Se va a quedar ahí plantado?.- Sonrío y empiezo a andar a su lado. Hay un restaurante cerca, y dejamos el coche donde está aparcado,y seguimos hasta el restaurante andando. Nos sentamos en una mesa libre y pedimos la comida.- ¿Puedo preguntar la causa de tal bloqueo?
- ¿Como?
- Que que le ha pasado para quedarse en blanco. Iba muy bien, pero de repente se ha quedado sin palabras...- Ni de coña le pienso decir que le estaba mirando las tetas.-
- No lo se. Ha pasado sin más.- Ella asiente.- Hábleme de usted.
- ¿Que quiere saber?
- No se... que la ha hecho venir aquí a trabajar. Tengo entendido que eres de fuera.
- Sí. De Granada. El trabajo, señor Padilla. Me llamaron para trabajar y aquí estoy.
- ¿Y tiene familia?
- Claro.
- Cuénteme, ¿a qué se dedican sus padres?
- Mi padre es camionero. Mi madre trabaja en una ONG. Y mi hermano es periodista en una revista deportiva.- Vaya, sus padres no tienen grandes trabajos, pero ella y su hermano tienen una carrera.- Yo no he nacido entre seda y algodones,como usted. Siempre he tenido que esforzarme al máximo, y mis padres han hecho esfuerzos sobrehumanos para que mi hermano y yo pudiéramos tener un buen futuro. - Joder. Que directa.-
- Yo no nací entre seda y algodones.
- ¿Ah,no?
- Bueno, si es cierto que no he tenido problemas económicos,pero también me he tenido que esforzar para llegar hasta donde estoy.
- No es lo mismo. La presión es mayor.
- Bueno, puede. ¿Y ha dejado a su novio en Granada?
- No tengo novio. Me gusta ser un alma libre.
- Ah.
- ¿Y usted?
- No yo tampoco. También me gusta ser un alma libre.
- Pues brindemos por eso.- Alza su copa de vino y yo la imito, chocamos las copas y bebemos. No voy a poder despedirla. No ahora que se el esfuerzo que le ha costado llegar hasta la empresa. Me cago en mi puta vida, por que coño me tiene que excitar tanto...si no tiene nada que ver conmigo. Es todo lo contrario a mi.-
- ¿No tenía trabajo en Granada?
- Sí, pero el sueldo era una miseria. A si que aquí estoy.
- Trabaja bien, señorita.
- ¿Otro cumplido?.- Sonrío.-
- Sí, eso parece.- Comemos y charlamos de cosas triviales, de la universidad, de las asignaturas... y volvemos a la oficina. Le doy otra torre de carpetas y se va a su despacho. Yo no consigo despejarme y concentrarme. Mi plan se ha ido al garete. Pensaba esperar seis meses para no renovarle el contrato, pero ahora francamente no puedo hacerlo. Al menos sin motivos. Y no los tengo. Me ha salvado el culo en la reunión, y trabaja perfectamente bien, ¿cómo la voy a echar? Pero quiero tener algo con ella... me excita, me gusta, me encanta... está como una puta cabra, pero es divertida y a la vez responsable. Llaman a la puerta. Y Dani entra muy deprisa. La miro extrañado.-
- Disculpe las formas, señor Padilla. Hay una mujer fuera que exige hablar con usted, no tiene cita y no la he dejado. Pero se ha puesto histérica.
- ¿Como se llama?
- Alejandra, ale...
- ¿Alexa?
- Eso, eso. ¿Qué hago? ¿la dejo pasar?
- No. Ya me hago cargo yo. Vuelve a tu despacho.- Salgo fuera y la veo. ¿Qué coño quiere? Viene corriendo hacia a mi.-
- Hugo esa horrible secretaria no me quería dejar verte.
- Alexa, vamos fuera. Por favor.- Bajamos hasta la recepción.- Te he dicho que no quería volver a verte, que me olvidaras. ¿Qué haces aquí?
- Solo quería salir contigo esta noche, a tomar algo. Como amigos.
- No somos amigos. Y no voy a salir contigo. Márchate. Y no vuelvas.- La veo salir y me paso una mano por el pelo. Hablo con los de seguridad para que no la dejen pasar más. Vuelvo al despacho con un cabreo de narices. Maldita loca, no me deja en paz. Tocan a la puerta. Es Cristian.-
- Eh, capullo. ¿Otra vez Alexa?
- Sí. Otra vez.
- Tío, te lo dije. Está loca.
- Ya he hablado con los de seguridad para que no la dejen pasar.
- Has hecho bien. ¿Y la reunión?
- Bien. Muy bien.
- Nos vemos luego, ¿estás bien?
- Si.- No estoy bien, todo se me viene encima. Estoy agotado física y mentalmente. No consigo concentrarme el resto de la tarde. A las seis viene Dani al despacho. La facilidad con la que trabaja me sorprende. Le digo que se puede marchar, me mira extrañada. Pero no dice nada. Firmo los informes y voy a buscar a Cristian. Nos vamos al BMB, como siempre. En cuanto entro busco a las chicas con la mirada, las encuentro en nuestra mesa, pero me decepciona no ver a Dani. Pedimos unas cervezas y nos sentamos, yo estoy distraído, mirando al frente,con la mirada perdida. De pronto siento un cosquilleo por todo el cuerpo, noto como se me eriza la piel y un escalofrío me sacude todo el cuerpo.-
- Hola señor estirado, ¿qué,disfrutando de la velada?.- Me vuelvo y unos ojos verdes me penetran en lo más hondo.-
- Señorita Lozano...
- Estamos fuera de la oficina. Puedes tutearme.- Se sienta frente a mi, al lado de Marina. Me mira de vez en cuando, pero está enfrascada en una conversación con Marina y Carol. Yo aprovecho para repasarla una y otra vez... Nunca había estado tan excitado, nunca una mujer me había enloquecido como ella. Solo puedo pensar en desnudarla, acariciar el moreno de su piel una y otra vez,saciarme de ella y hacerla gritar mi nombre entre jadeos.-
- Vamos a bailar.
- Yo no, ahora después.- Carol Marina y Cristian se van a la pista a bailar, ella se retrepa en el sofá negro de cuero y le da un trago a su jarra de cerveza. Me mira y la miro, pero no decimos nada. Se levanta y se va a la barra. Doy el último trago a mi cerveza y me levanto detrás de ella. Me quedo a su lado y ella pide dos jarras más. Me mira y sonríe y yo sonrío levemente.-
- ¿Estás bien?
- Sí. ¿Y tú?
- Puedes engañar a los demás, pero a mi no.- No lo esperaba y me deja fuera de juego. Suspiro sonoramente.- Puedes contármelo, si lo deseas.- Siento su mano en mi brazo, y siento un escalofrío. La miro, me mira dulce, esperando a que hable, pero no salen palabras de mi boca. Me tiende una jarra de cerveza, y agarra otra y se vuelve a la mesa, la sigo detrás como un perrillo faldero y nos sentamos. La miro.-
- No estoy acostumbrado a hablar de mis cosas con nadie.
- No tienes porqué, solo quería ayudar. A veces hablar con alguien te ayuda a desahogarte.
- Es que...
- Tranquilo. No importa. Si alguna vez necesitas hablar, puedes contar conmigo.- Se levanta y da un trago a la cerveza, coge el casco y se saca las llaves de la moto.-
- ¿Te vas?
- Sí. Tengo hambre. Buenas noches,Hugo.
- Buenas noches.- La veo ir hacia la puerta, la veo marcharse. Miro hacia la pista y veo a esos tres locos bailando. No lo pienso y me levanto. Voy hacia la puerta y salgo, la veo junto a la moto y cruzo la calle. Me mira arqueando una ceja.-
- ¿Tienes hambre?
- Sí.
- Toma.- Me tiende el casco.-
- No. Póntelo tu.
- Como quieras. Venga sube.
- ¿Podrás con los dos?
- Por supuesto.- Sonrío y me monto detrás de ella.- Agárrate.
- ¿Donde?
- A mi cintura.- Yo suspiro despacio y pongo mis manos a cada lado de su cintura. Arranca y echamos a andar, el viento fresco me da en la cara y sonrío, aumenta la velocidad, bastante. La sensación de libertad es sobrecogedora, nunca había montado en moto, mi madre siempre me lo había prohibido, era peligroso decía. Suelto una carcajada sin pensarlo y noto como ella sonríe. Paramos y aparca, me bajo y ella con una maña increíble, pone la patilla para que se aguante de pie. Se quita el casco y me sonríe.- ¿Te ha gustado?
- Sí, bastante.
- ¿Es la primera vez?
- Sí.
- No me puedo creer que nunca hayas montado en moto. Pero me alegro de ser la afortunada, tu primera vez conmigo.- Yo ladeo la cara mirándola.- Se como ha sonado...- Nos reímos a carcajadas los dos.-
- ¿Donde vamos?.- Ella me señala con la cabeza,me vuelvo y miro.-
- ¿Una hamburguesería?
- ¿Es poco lujoso para usted?
- No. Está bien.- Cruzamos y nos sentamos fuera mientras nos traen una hamburguesa con patatas. Si mi madre me viera...-
- No montas en motos, no haces locuras, no comes comida basura... ¿en qué mundo vives?
- No lo se... Supongo que trabajo demasiado. O quizás sea por la manera en la que me han educado.
- ¿Como son tus padres?
- Muy...estrictos. Conservadores y chapados a la antigua. Mi padre murió hace unos años.
- Lo siento.
- Han sido unos buenos padres, pero creo que me hubiera gustado equivocarme. Cometer mis propios errores y aprender de ellos...- Ella me escucha atenta, no me juzga, no se burla, solo me escucha atenta y asiente.-
- Mis padres siempre han sido más liberales. Nos han dado libertad a mi hermano y a mi en todo. Explorar nuestros límites y equivocarnos. Caer y volver a levantarse.
- ¿Y te has equivocado mucho?.- Me mira seria, vale me he pasado.- Lo siento,no he querido incomodarte.
- No. No,tranquilo. Si, alguna vez que otra. No soy perfecta, también me he equivoco.
- ¿En qué?
- Bueno, en el instituto estuve saliendo con un chico. A mis padres les gustaba, era un chico de buena familia...y fuimos novios.
- ¿Mucho tiempo?
- Seis años.
- ¿Seis años?
- Sí, hasta hace un año.
- ¿Y qué pasó?
- Supongo que se acabó el amor. Un día me levanté, y me di cuenta de que no era feliz. ¿Y tú?
- Yo nunca...
- No me creo que seas virgen, así que ahórratelo.- Me río y dejo que el camarero deje nuestras bandejas.-
- Claro que no soy virgen... pero nunca he tenido una relación seria.
- ¿Y la chica que ha venido hoy a verte?
- Es una amiga.
- ¿Una amiga?
- Nos acostábamos.
- ¿Y ya no?
- No. Ya te he dicho que no tengo relaciones serias.
- ¿Porqué?
- Buena pregunta... pero no lo se.
- ¿Nunca te has enamorado?
- No. ¿Tú sí?
- Antes creía que si, pero me he dado cuenta de que no. De que me he estado engañando a mi misma seis años.
- ¿Porqué?
- Por miedo.
- ¿Por miedo?
- Sí. Pero no quisiera hablar de eso.- Vaya, un tema de conversación que quiere evitar. Se ha puesto muy seria, de repente.-
- ¿Crees en el amor?
- Antes sí, ahora no.
- ¿Ahora no?
- No. Ahora no quiero nada de sentimiento, nada de amor. Nada para siempre.
- ¿Solo sexo?
- Solo sexo. ¿Como tú, no?
- Sí, como yo.- Mi móvil suena.- Perdona.- Lo cojo, es Cristian.- Dime.
- Eh, capullo. ¿Donde estás? Te has largado sin decir nada.
- Ya, lo se. Perdona. ¿Estás en el BMB?
- No capullo, estoy de camino a casa. ¿Y tú?
- Me moría de hambre. Nos vemos mañana.- Cuelgo.- Era Cris.
- ¿Te llevo a casa?
- No, no importa. Tengo el coche en el BMB.
- Te llevo. Venga vamos.- Terminamos de comer y montamos en la moto de nuevo, ahora me aprovecho un poco, me agarro con fuerza a sus caderas,
acerco la nariz a su pelo e inhalo. Dios, huele de maravilla. A vainilla, o algo así, es delicioso. Para la moto y me bajo.-
- Gracias. Lo he pasado muy bien, tengo el coche ahí.
- Bien. Buenas noches.
- Buenas noches,ten cuidado.- La veo arrancar y alejarse. Voy hasta mi coche y me siento, pero no arranco. Me ha contado muchas cosas de ella, y yo también, cosa que no he hecho nunca jamás. Siempre me ha costado confiar en la gente, pero con ella... soy un libro abierto. Las palabras salen de mi boca sin darme cuenta, con tanta facilidad... Dios santo, ¿Que tiene esta mujer? ¿qué me ha hecho? Conduzco distraído a casa. Tras darme una ducha me hecho en la cama y me duermo.
Dani está encima de mí, a horcajadas, se ríe y se quita la camiseta. Sus pechos son grandes y redondos, es tan jodidamente perfecta... Su pelo negro, largo le cae sobre los pechos y ella se balancea hacia adelante y atrás, haciendo que su pelo me roce la cara, haciéndome cosquillas, se ríe una y otra vez y se acerca a mi boca. Me besa, me besa con pasión, con fuerza, yo intento saborearla con mi lengua,puedo notar mi erección creciendo debajo de ella. Ella se inclina, guía mi erección dentro de ella y jadea.-
- Oh, sí Hugo... yo sabía que no eras inmune a mí. Así, así...- Abro los ojos y de un empujón la tiro de culo al suelo.-
- ¿¡Qué cojones haces!? ¿¡Como has entrado aquí!? ¡Me cago en mi puta vida! ¡Estás loca!.- Alexa se ha atrevido a entrar en mi casa, no se como, en mi habitación, estaba encima de mi, me estaba follando dormido... Y yo como un gilipollas ni me doy cuenta. No. Soñaba con Dani, creía que era ella, por eso parecía tan real. Joder. La policía se la lleva,llora y me grita. Me visto y voy a la oficina bastante tarde. Joder con Alexa, Cris tenía razón,está loca. Como una puta cabra, joder. Llego y me voy derecho a mi despacho, estoy irritado. Muy cabreado. Muy muy cabreado. Tocan a la puerta y aparece Dani, radiante como siempre, hoy lleva una falda por encima de la rodilla y una camisa blanca. Joder no he visto unas piernas como esas en mi jodida existencia.-
- ¿Señor Padilla? ¿rompiendo las reglas?.- Me sonríe y se acerca a la mesa.-
- No estoy de humor para sus chistes.
- Perdone. Volveré más tarde.- Mierda, parece seria. Se va.-
- No, espere. Lo siento Dani, lo siento.- Se arrodea y me mira.-
- ¿Está bien?
- No, no estoy bien. No me apetece nada estar aquí.
- Pues váyase.- La miro boquiabierto.-
- No es tan fácil...
- ¿Acaso no es el jefe? ¿no es suya la empresa?
- Sí, pero...
- Pues haga lo que le de la gana, no deje que nadie le diga lo que debe o no hacer.
- ¿Sabes? Tienes razón.
- Tenga su agenda, hoy no tiene ninguna reunión. Márchese.
- Sí, que cojones. A tomar por culo.- Ella sonríe. Cojo el teléfono. Y marco.- Hoy estaré fuera todo el día, tengo una reunión fuera, ah por cierto, me llevo a mi secretaria a la reunión, desvía mis llamadas a alguien del departamento.-
- ¿Pero qué ha echo?
- Hoy tenemos el día libre, ¿dónde quieres ir?
- Eh... no se...- Salimos de la oficina y bajamos al parking, cuando estamos llegando al coche nos miramos y sonreímos.-
- Eh. - Le tiro las llaves al aire y ella las coge al vuelo.- Hoy conduces tú.
- Como mola...- Está entusiasmada, yo me siento al lado y nos ponemos los cinturones.- No se donde vamos.
- Yo te iré indicando el camino.
- ¿No me lo vas a decir?
- No. Lo verás cuando lleguemos.- Ella sonríe y arranca. Conduce despacio atenta a mis indicaciones.-
- ¿Salimos por carretera?
- Ajá.
- ¿Donde vamos?
- ¿Confías en mi?.- Ella me mira y asiente.- Mira a la carretera. A la primera a la izquierda.- La hago parar en una gasolinera, entro y compro refrescos y patatas fritas.- Sigue conduciendo hasta llegar a ese carril, luego tuerce a la derecha y sigue por el puente.
- A sus ordenes, señor. - Sonrío y sonríe. Estamos llegando.-
- Aparca, aparca aquí.- Bajamos del coche. Y ella mira alrededor.-
- Hugo, aquí solo hay campo. Estamos muy alejados.
- ¿No confiabas en mi?
- Sí pero...
- Ven.- La cogo de la mano y cruzamos la calzada hasta el otro lado. Le tapo los ojos con las manos.-
- ¿Qué haces?
- Anda hacia adelante.- Comienza a andar despacio.- Un poco más, un poco más. Bien. ¿Lista? .- Asiente y yo le quito las manos para que vea la hermosa vista que hay justo frente nosotros.-
- Uauh...es precioso.- Un inmenso lago de aguas claras, una pequeña cascada que no cesa de chapotear agua y el cantar de los pájaros. Es impresionante, hacia tiempo que no venía. Saco del coche los refrescos y las patatas y bajamos con sumo cuidado la pendiente, hasta llegar a unos merenderos de madera. Ella se sienta en la mesa y yo hago lo mismo, ponemos los pies en los bancos y le paso un refresco y abro la bolsa de patatas.- Esto es increíble. ¿Vienes mucho?
- La verdad es que no. Hace bastante que no venía. De pequeños, mis padres nos traían aquí los fines de semana.
- ¿A quiénes?
- A mi y a mis hermanos.
- ¿Tienes hermanos?
- Sí, Daniel, mayor que yo dos años, y Alicia, la benjamina de la familia,que tiene casi diecisiete.- Hablamos y recordamos cosas de cuando éramos pequeños, de nuestros hermanos... Estábamos fumando un cigarro cuando me hizo la pregunta.-
- ¿Viene mucha gente por aquí?
- Pues no se, creo que no mucha. ¿Porqué?
- Por que tengo calor, y me apetece darme un baño.
- No hablas enserio, ¿verdad?
- Por supuesto.- Se levantó y empezó a desabrocharse la falda, yo tragué saliva compulsívamente y la miré atento. Se quitó las medias y los zapatos planos que llevaba. Se quedó en braguitas, unas minúsculas braguitas azul celeste con encaje. Mi bragueta se sacude en respuesta. Ella sonríe y se empieza a desabrochar los botones de la camisa. Joder. Se la quita y la deja junto a la falda y las medias. Tiene unos pechos preciosos, grandes y redondos, el sujetador a juego de las braguitas, y esas malditas piernas tan largas que parece que nunca vayan a acabar. Lo que daría por tenerlas enredadas en mi cintura... Se va despacio hasta la orilla del lago, se da la vuelta y me mira, me guiña un ojo y se zambulle en el agua.-
- A tomar por culo.- Me levanto y me desabrocho los vaqueros, me quito los náuticos y la camisa y la sigo hasta el agua. El agua está caliente, o quizás sea yo. Nadamos haciendo una carrera, la gano y se enfada. Me empuja hasta el fondo y sale corriendo a la orilla. Se sienta en la mesa en ropa interior y deja que el sol le seque la piel. Yo la imito y me siento a su lado. La miro y me mira, estamos muy cerca el uno del otro.-
- Lo he pasado muy bien.- El ambiente a nuestro alrededor cambia, nos embriaga y nos acercamos un poco más, creo que vamos a besarnos, pero ella rompe el contacto visual.-
- Yo también. Pero deberíamos irnos. ¿Qué hora es?.- Miro el reloj-
- Son las cinco de la tarde. Sí, deberíamos irnos. Tardaremos un buen rato en volver.- Nos vestimos empapando nuestras ropas y subimos hasta donde está el coche. Ahora conduzco yo. Al poco rato Dani se duerme, está realmente preciosa, con la cabeza pegada a la ventanilla, el pelo enmarañado y la falda se le ha subido,dejando expuestas sus piernas, y parte de sus muslos. Su piel es tan morena... y parece tan suave... lo que daría por acariciarla y comprobar su suavidad... Dios, Hugo. Mira a la carretera. Conduzco en silencio durante todo el camino.-
- Eh, Dani. Despierta. Estamos llegando.- Ella abre los ojos y me mira.-
- Vaya, lo siento. He dormido todo el camino.
- No pasa nada, pero me alegro de haber conducido yo.- Sonreímos los dos.- ¿Donde quieres ir?
- Me muero de hambre, pero con estas pintas...
- Podemos ir a mi casa y pedir algo de comer.
- ¿Quieres aprovecharte de una pobre mujer indefensa?.- Sonrío y pienso que no me importaría.-
- No, claro que no. Cenamos y después te llevaré a tu casa.
- Vale. Quiero pizza.
- ¿Pizza? ¿no prefieres sushi? Conozco un sitio...
- ¿Pescado crudo? Ni de coña.
- Vale, pizza entonces.- Conduzco hasta mi casa, la hago pasar y ella se mete en el cuarto de baño mientras yo llamo y encargo una pizza barbacoa. Cuelgo y ella sale y anda distraída observando mi casa.-
- Tienes una casa muy bonita. Y está muy limpia.
- Me gusta el orden.
- No haces falta que lo jures.
- ¿Te apetece una cerveza?.- Ella asiente y voy al frigorífico, saco dos botellines y le tiendo uno. Ella se acerca curiosa a la estantería.-
- Tienes mucha musica. ¿Puedo poner algo?
- Claro, pon lo que quieras.- Ella mira entre los discos, buscando algo que le guste. Y yo no me puedo creer que esté aquí, en mi casa, en mi salón. En el lago a habido un momento en el que casi nos besamos. ¿Le gustaré? ¿sentirá lo mismo que yo? Dios, la deseo tanto, es tan sensual, tan atrevida y alocada, nunca había echo pellas en el trabajo, siempre he sido muy responsable, no he hecho más que trabajar. Y aparece ella, y pone mi mundo patas arriba. Podría alargar la velada, y pedirle que se quede a dormir. ¿Aceptaría? La voz sensual de Rihana, cantando work me saca de mis pensamientos.-
- ¿Te gusta Rihana?
- Algunas canciones, si.
- ¿Ésta?
- Sí, una de ellas.
- Es muy...
- ¿Muy qué?
- Sensual.
- Sí, lo es.
- ¿Es música para follar?.- Se me pasa la cerveza para el otro lado y espurreo y toso bruscamente. Ella sonríe y permanece de pie.-
- No, bueno... Nunca lo había pensado.
- A mi me parece perfecta.
- Puede. No lo he probado.
- Pues pruébala y luego me lo cuentas.
- ¿Para ponerla en práctica tu también?
- Obviamente.- No entiendo porque, pero una punzada de celos me atraviesa al imaginarla con otro hombre.- ¿Qué?
- ¿Eh?
- Te has quedado callado.
- Perdona, pensaba en la oficina.
- Todo está bien, si hubiera pasado algo te hubieran llamado.
- Sí,supongo.- Llaman al portero y me levanto, veo en la pantallita al repartidor y le abro. Le pago y dejo la pizza en la mesa del salón.- ¿Otra cerveza?
- Por favor.- Cuando vuelvo está sentada en el suelo.-
- Puedes sentarte en el sofá, si lo deseas.
- Estoy bien aquí.- Comemos tranquilamente y suena el portero, me levanto y veo a Cris en la puerta.-
- Mierda. Joder.
- ¿Qué pasa, es tu madre?
- No, es Cris. Venga, rápido escóndete.
- ¿Cómo? ¿Por qué?
- Por que si. Por favor.
- Ay la ostia...- Se levanta de mala gana y se va al cuarto de baño.-
- No, al dormitorio. Por si acaso. No hagas ruido.- Ella se mete en mi dormitorio y me fulmina con la mirada. Yo voy corriendo y le abro. Vuelvo y tiro el botellín de cerveza de Dani y vuelvo otra vez corriendo a la puerta, respiro hondo y abro.-
- Hola, Cris.
- ¿Hola? ¿dónde cojones llevas todo el puto día,capullo?
- Una reunión fuera.
- Aparta coño, ¿no me dejas pasar?
- Eh... sí, si claro. Pasa.
- ¿Estás cenando pizza? ¿desde cuando comes tu pizza?
- ¿Qué quieres,Cris?
- ¿Qué te pasa? Estás muy raro...
- Nada. Estaba cenando y quería acostarme, estoy muy cansado.
- ¿Me estás echando?
- No por Dios, claro que no. ¿Una cerveza?
- No. Me voy, es tarde. ¿Nos vemos mañana en la oficina?
- Claro.- Se va frunciendo el ceño, no se ha quedado muy convencido. Sabe que le oculto algo. Nos es tonto. Yo voy hacia el dormitorio y abro la puerta. Dani está sentada en la cama y me mira sorprendida.-
- ¿Eres gay?
- No, ¿por qué?
- Me escondes para que no me vea Cris...
- ¿Creías que estábamos liados?
- Joder, que quieres que piense...
- Es que... Tengo prohibidas las relaciones en la oficina.
- ¿Y...?
- Que Cris podría haber pensado... que tu y yo...- Se ríe a carcajadas.-
- ¿Porqué iba a pensar eso?.- Sigue riéndose a gusto, y yo me siento...¿dolido?.-
- Tampoco sería tan raro,¿no?.- Nos miramos a los ojos, ya no se ríe, ahora está seria. Estamos cerca, muy cerca y casi en penumbras, solo con la luz del pasillo. Me hormiguean las manos, de las ganas que tengo de acariciarla. Siento el impulso de agarrarla fuerte y pegarla hacia a mi, y besarla y saborearla como en mis fantasías. Es otro momento como el del lago, estamos a punto de besarnos, estamos muy cerca, yo subo mi mano y le acaricio la cara con los nudillos.-
- Es tarde. Tengo que irme.
- Eh... claro. Te llevo a tu casa.- Andamos por el pasillo y ella coge el bolso.-
- No. Gracias, pero cogeré un taxi. Gracias por la cena.
- Espera, Dani.- Mierda, se ha ido. ¿La he asustado? ¿qué cojones he hecho?

TENTACIÓN SIN LÍMITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora