Capitulo 18

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La cabeza me va a explotar, anoche bebí más bourbon de la  cuenta, y el dolor martilleante en mis sienes, me está enfureciendo. Llego a mi despacho con paso firme, suelto el maletín y me siento en mi silla.-
- Dios mío, llévame ya...- Hundo la cabeza entre mis brazos apoyados en la mesa y cierro los ojos. Por la noche no puedo dormir pensando en Dani, por eso bebo hasta la madrugada, es la única manera de dormir un par de horas, cayendo en coma etílico.-
- Lo siento. No pensaba que estuvieras aquí.- La voz de Dani me hace levantar la cabeza, no la he sentido entrar.- ¿Estás bien? Tienes un aspecto horrible...
- Vaya, gracias.- Ella sonríe levemente.-
- ¿Resaca un día laborable?
- Fue Cris. Marina lo ha dejado.- Si, soy un cabrón embustero. Pero no le voy a decir la verdad...-
- Si, lo se. Ella está echa polvo.- La miro ceñudo.-
- Lo ha dejado ella, ¿por qué debería estar echa polvo?
- No lo se. Pero realmente está mal. He pasado la noche con ella.
- ¿Ah, si?
- Si.- Esto es realmente incómodo. No se de que más hablar con ella, si es que lo único que quiero es tumbarla en mi mesa y hundirme en ella.- Tengo un remedio buenísimo para la resaca, te lo conseguiré en cuanto pueda. Toma tu agenda de hoy.
- Gracias.- Se marchó pero quince minutos después volvió con un vaso de plástico, de esos que usan las cafeterías para el café de llevar.-
- Bebe.
- ¿Qué lleva?
- ¿Qué importa? Venga, te sentirás mejor en cuanto te lo tomes.
- No se...- Estoy dudando, una vez Cris me dio algo para la resaca y no solo no me la quitó, es que encima sabía a rayos.-
- No seas crío, bebe.
- Vale, vale.- Cogí el vaso que miraba con recelo, olfatee y comprobé que olía a café y a algo con alcohol, algo dulzón... Dani resopló impacientándose y yo sorbí el líquido oscuro, no estaba tan mal. Oye, estaba bueno... café, anís... y algo más que no se que será.-
- Está bueno, ¿eh?
- Mmm... si, ¿qué es?
- Receta familiar. Secreta, por cierto. No insistas. Me llevo estos informes. Estaré en mi despacho, por si necesitas algo.
- Gracias.- Ella sonrió levemente y asintió mientras se marchaba. Diablos, hoy estaba preciosa, una falda negra de tubo y una camisa abotonada gris perla... ¿por qué tiene que estar tan buena, joder? Así no hay quien se resista...
El día mejora, el remedio de Dani a echo efecto y me encuentro de maravilla. Logro concentrarme en el trabajo y adelanto gran parte, hasta que Cris viene a incordiar, claro está.-
- Hola, capullo. 
- Hola Cris, pasa y ponte cómodo.-Pierdo el tiempo, ya lo ha echo.-
- ¿Tienes planes para hoy?
- ¿Cómo es posible que no tengas resaca?
- Soy un X-Men...
- Lo que eres es un gilipollas.
- Ya veo que tu humor a mejorado, me alegro.- Llaman a la puerta. Es Dani.- Hola bombón... cada día estás más buena.- Yo aprieto la mandíbula y aprieto los puños por debajo de la mesa. Se que es absurdo, pero no puedo evitar sentir estos celos incontrolables.-
- Cristian, no cambiarás nunca...- Ella sonríe y ríe sin darle importancia.- Hugo, venía a colocarte los informes en el archivador, pero puedo volver luego.
- No molestas en absoluto, haz lo que tengas que hacer preciosa.- Yo fulmino con la mirada a mi amigo y él vuelve a ponerse derecho en frente de mi,encogiéndose de hombros ante mi mirada, dejando a Dani colocar los informes. Entonces desvío la mirada y veo a Dani agachada en el último cajón, la tela de su falda se le ajusta como un guante y su precioso culo en pompa me hace imaginar que estamos solos. Que me acerco a ella y la embisto fuerte por detrás.-
- Serás gilipollas...- Cris me hace volver a la realidad, aparto la mirada del apetitoso culo de mi secretaria y lo miro con cara de póquer.-
- ¿Qué?
- ¿Donde estás? Estás empanado, tío...
- Perdona. Me he... distraído.
- Que si tienes planes, te he dicho.
- Ah, eh... Si.
- ¿Con quién? ¿una mujer?
- Si, bueno pero no es lo que tu...- Joder, no quiero hablar de esto con Dani escuchando. A veces es insufrible.-
- ¿Toca noche loca?
- Que no, joder. Es con Cristina. Hemos quedado para tomar una copa, nada más.
- Claro,claro...
- Es solo una amiga. No hay nada entre nosotros.
- A mi no me engañas, la conocistes en las vacaciones esas que te cogistes cuando estabas deprimido, a saber lo que hicisteis en la playa...- A Dani se le caen varias carpetas y se apresura a cogerlas y guardarlas.-
- Te digo que no. Solo somos amigos. Y además puedes venir, ella estará encantada.
- El encantado seré yo, no veas lo buena que está la niñata.
- Hasta luego.- Dani se despide tímidamente y sale rápidamente del despacho.-
- Bueno, no quiero a sujetar las velas...
- Cris, no hay nada entre Cristina y yo.
- Pues está de escándalo y está soltera.- Yo lo miro mal.- No se si me entiendes...
- Demasiado bien, si.
- ¿Sigues viéndote con ella? 
- No. Si, vernos si. Pero estoy intentando no sucumbir.
- Pues buena suerte.
- La necesito. La verdad es que la necesito.
- ¿Tanto?
- Si, joder.- Me paso la mano por el pelo exasperado.- Cada vez que la veo, solo puedo pensar en empotrarla contra la primera pared que vea.- Cris silva.-
- ¿Es guapa?
- Una diosa.
- ¿Joven?
- Veinticinco.
- Pues estás jodido.
- Lo estoy.
- ¿La conozco?
- Puede. No me hagas hablar más, por favor. Ya ha sido suficiente.
- Es más de lo que esperaba. Me voy contento.
- Cabrón...
- Capullo...
- Hablaré con Cristina. Te mando un mensaje.
- Vale, te dejo trabajar. Nos vemos.- Por supuesto, en cuanto hablé con Cristina aceptó de inmediato, nos fuimos sobre las siete, procuré no cruzarme con Dani. Tras ducharme y vestirme con ropa limpia, recogí a Cristian. Y luego recogimos juntos a Cristina en su hotel, fuimos a un club de moda, la cola llegaba hasta la otra calle, pero me quedé a cuadros, cuando Cris le hizo  un gesto al portero, y éste levantó el cordón rojo, ante la atenta mirada de la gente que se agolpaba, esperando su turno. Nada más entrar, una rubia medio en pelotas se nos acercó, nos dió unas tarjetas y nos indicó que fuéramos al piso superior, apartado dieciséis. La música era atronadora, Cristina y Cristian iban delante, charlando animadamente y riendo a carcajadas, no se de que, no les estaba prestando mucha atención. Accedimos por las escaleras al piso de arriba y nos adentramos en un reservado, descorrimos la cortina granate y entramos. Una mesa baja y varios sillones alrededor, paredes negras y luz rojiza. Nos sentamos y un camarero nos trajo las copas, yo pedí una botella de bourbon. Me sentí totalmente fuera de lugar, no estaba cómodo y se me notaba en la cara.-
- ¿Qué pasa, capullo?
- Nada.
- ¿Estás bien,Hugo?
- He estado mejor. Pero prefiero beber a hablar.
- Buena idea.- Dijo Cristina alzando su copa y chocándola con la nuestra.- Por los abandonados.- Y reímos a carcajadas, luego después de varias copas, charlas y varios... gestos raros entre Cris y ella, se empeñaron en salir a bailar, fuera del reservado. Yo simplemente me fui hacia la barra, bailar no es lo mio. Pedí un bourbon al camarero y los observé bailar durante un rato, estaban muy pegados, rozándose el uno con el otro. Bufé, ya sabía como acabaría la noche. Una mujer morena, ojos azules se acercó a la barra. Era preciosa, llevaba un vestido de brillantes cortísimo y unos tacones de infarto. Me miró mientras esperaba que el camarero reparara en ella, sonrió dulcemente.-
- ¿Qué desea tomar?
- Un martini.- Yo silbé y el camarero me miró, vino hacia a mi.-
- Un martini para la señorita.- Asintió y volví a mirarla. El parecido era asombroso, de haber tenido una hermana, sería ella sin duda. Aunque sus ojos azules son bonitos, no son los ojos verdes de Dani.-
- Vaya, gracias. Soy Natalia.
- Yo Hugo.- Nos estrechamos las manos, y mientras bebíamos charlamos un rato. Alcancé a ver a Cris y Cristina meterse en el reservado, no creo que a nada bueno. La botella de bourbon que nos habíamos bebido entre Cristian y yo, empezaba a hacer su efecto, noté como la cabeza me daba vueltas, la vista se me nublaba...-
- ¿Te encuentras bien?.- Mi acompañante se dió cuenta. Yo la cogí fuertemente del brazo, la arrastré tras de mi, miré a ambos lados y andé con prisas hasta quedar en un rincón oscuro, poco iluminado. La empujé con fuerza contra la pared, quizás con demasiada, y empecé a besarla como si me estuviera ahogando y la necesitara para respirar. Cosa, por otro lado incorrecta. Fue... frustrante, necesitaba sentir, perder el control, sentir placer. Fue algo frío y poco agradable. Conclusión; después de haber probado a Dani, el sexo ya no volverá a ser lo mismo. Mismo lugar, mismo fin, distinto en la esencia. Metí las manos bajo su vestido y acaricié su clítoris por encima de las bragas, la chica gemía y me  susurraba. No puedo. No puedes. Para ahora, Hugo, páralo ya. Dejé de besarla y ella me miró confusa, mientras mis manos salían de debajo de  su vestido.-
- Lo siento. No puedo.
- ¿Por qué?
- He bebido de más.- Mentira, lo de haber bebido de más no, lo de no empalmar es mentira,  si estuviera con Dani estaría a punto de explotar.-
- Entiendo. ¿Me das tu número?.- Sonreí y asentí. Le di el teléfono.- Te llamaré.- Yo me quedé viendo como se marchaba hasta la barra de nuevo, por supuesto que no le dí mi número, le di el Cristian. Sonreí, lo hacíamos a menudo, cuando salíamos con alguna chica y creíamos que merecía la pena. Ideas de Cristian. Andé con dificultad hasta el reservado, descorrí la cortina granate y me encontré a Cristian sentado en el sofá, con los pantalones por los tobillos y Cristina con el vestido por la cintura, sentada a horcajadas encima de él. Abrí los ojos como platos, ninguno reparó en mi, yo cerré de nuevo la cortina y me encaminé hacia las escaleras, bajé con mucho cuidado y no sin dificultad, fui hasta la puerta. Salí a la calle y el aire fresco me dio en la cara, no debería conducir, pues soy consciente de que estoy un poco pedo, pero lo hago. Me monto en el coche y arranco.
Quince minutos más tarde no se por que, estoy frente a la casa de Dani.
¿Qué hacer para que deje de doler? ¿qué puedo hacer para olvidarla y no sentir todo lo que siento?

TENTACIÓN SIN LÍMITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora