Capitulo 12

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Bebí más de la cuenta aquella noche, pero se empeñaron en celebrar mi vuelta. Me sentí en casa. Las chicas, Cris, el bar... el trabajo...todo.
Pero faltaba ella, faltaba Dani. Carol me contó que desde que estaba con Sergio no salía con ellas, que comían juntas pero ya no salía después del trabajo, ni en el fin de semana. Que estaba muy rara, muy nerviosa. Que no parecía estar bien.-
- No está bien. Está muy rara.
- Cuando se tiene pareja la vida cambia,Carol. Es normal que pase más tiempo con él.
- No me gusta.- Lo dijo arrugando la nariz y sonreí.-
- Si te sirve de consuelo, a mi tampoco. Pero es cosa de ella.
- Ya no es la misma.- Lo dijo con aire triste y me preocupó. Me quedé pensativo. Pensar en ellos dos juntos me dolía. Me dolía hasta tal punto de desquiciarme, pero tenía que seguir con mi vida. Me preocupaba realmente lo que Carol me dijo. ¿La trataría bien? ¿sería feliz con él? Puede que me hubiera destrozado el corazón, pero no le guardaba rencor, no quería que sufriera. Los días en la oficina eran un puto infierno, la tensión que nos rodeaba a ambos cuando teníamos alguna reunión, cuando teníamos que trabajar juntos... Lo más frustrante es que yo seguía sintiendo ese escalofrío recorrerme la espalda cuando la veía, cuando estábamos cerca sentía mi cuerpo temblando de anticipación y en más de una ocasión tuve que disimular una erección. Un bolígrafo que se caía; y ella se agachaba coqueta para recuperarlo. Cuando se acercaba a mí silla y se inclinaba para fijar la vista en los informes; yo sin querer y poder evitar miraba de reojo su escote, sus redondos y turgentes pechos parecían llamarme, invitándome a hundir la cabeza en ellos... era difícil para mi trabajar a su lado. Y mucho más verla marchar acompañada de el desgraciado de Sergio, que no había día que no fuera a recogerla al trabajo.
El viernes a última hora de la tarde, mientras firmaba los informes que Dani había traído a mi despacho me armé de valor.-
- ¿Qué tal?
- Eh... ¿bien?.- Sonreí levemente, que buenos recuerdos.-
- ¿Quieres venir a tomar una copa al BMB?.- Levanté la mirada y la vi sorprenderse.-
- No puedo. Gracias.
- Las chicas te echan de menos.
- Tengo planes.
- ¿Con tu novio?
- Sí.- La miré y apreté la mandíbula con tanta fuerza que hasta me dolió.-
- Claro. Otro día.
- Si, otro día.
- Puedes irte ya. Que pases un buen fin de semana.- Ella me miraba nerviosa, perdida, parecía querer decir algo, pero no lo hizo.-
- Gracias. Igualmente.- Salió de mi despacho como alma que lleva al diablo, yo me levanté de la silla y abrí la puerta. Salí a tiempo de verla caminar insegura hasta el ascensor,tras entrar y pulsar el botón, alzó la mirada hacia a mi y con una mirada llena de pena y tristeza,nuestras miradas se encontraron. Hasta que las puertas se cerraron y volví a sentir la sensación de pérdida y abandono. Negué con la cabeza en silencio y me marché al pub en busca de mis amigos. Sonreí al ver a Cris y Marina bailando abrazados una canción lenta que sonaba en el pub, y por un instante sentí envidia. Lo que daría por tener algo así...-
- ¿En qué piensas?.- Carol me sacó de mis ensoñaciones.-
- En Dani.- Ella alzó las cejas expectante.- Tienes razón, está rara.
- Por más que intento averiguar que le pasa, ella insiste en que está perfectamente. Pero yo se que no es verdad.
- Yo también he intentado sonsacarle, pero no suelta prenda. La he invitado a venir esta noche.
- Pierdes el tiempo, yo lo hago todos los días y no consigo nada.
- Ya...
- Oye, ¿qué planes tienes para mañana?
- Ninguno.
- ¿Me acompañarías a un acto?
- ¿Qué acto?
- Una fiesta privada,en la casa de los Hannigan.
- Buff, sabes que odio esos eventos. Ricos presentuosos alardeando de sus riquezas...
- Lo se. Es una gala benéfica,no quiero ir sola. ¿Y has visto a esos dos?.- Señaló a Cris y Marina, que seguían bailando mientras se besaban en la pista de baile. Sonreí y le besé la cabeza a Carol.-
- Será todo un honor ser tu acompañante.- Ella sonrió encantada. Así pues, vestido con un elegante esmoquin el sábado a las nueve, esperaba a Carol frente a su puerta. Le pedí a mi madre su flamante limusina, conducida por Paco, su chófer. Carol se sorprendió al verla.-
- Oh,madre mía...es increíble.
- Los ricos y sus excentricidades...- Le guiñé el ojo a mi amiga a la vez que habría la puerta para que subiera. Estaba realmente preciosa, un vestido de raso rosa fucsia ceñido a su cuerpo, largo hasta los pies y unos zapatos de tacón azules,compañeros a su cartera.-
- Estás impresionante, Carolina Mendoza. Toda una diosa.- Me monté frente a ella y serví dos copas de champán para cada uno. Ella reía.-
- Que zalamero... Tu estás endiabladamente atractivo con ese esmoquin. Hugo, el rompecorazones, ha vuelto.- Sonreí de medio lado. La casa de los Hannigan era todo un espectáculo para la vista, una enorme mansión a las afueras, con aire isabelino y hermosas esculturas hayá donde miraras. Con Carol de mi brazo paseamos entre la multitud del salón, parando de vez en cuando para saludar a algunos clientes. Conocía a casi toda la gente de alta sociedad que allí había presente. Un camarero pasó con una bandeja y sendas copas de champán y yo le hice un gesto y cogí una para mi y otra para Carol. Tras dar un sorbo,lo conocí al instante.-
- Louis Roederer Cristal Rosé 2002...
- Exquisito.
- Los ricos y sus excentricidades de nuevo...- Carol río y nos volvimos hacia la gente. Y entrando por la puerta, acompañada de él, entraba Dani radiante. Un vestido negro hasta los pies, sin mangas, unido solo a su cuello y la espalda al aire, tragué saliva compulsivamente.-
- Madre mía...
- ¿Qué? ¿qué pasa?
- Acaba de llegar Dani con el gilipollas de Sergio.- La velada se me atascó, tuve tan mala suerte de que nos tocó la misma mesa. No realmente cerca,pero en la misma. Podía ver como él le pasaba el brazo por el hombro, como la besaba y luego me miraba a mi. Intentaba provocarme. Yo intenté mantenerme ajeno y rápidamente empecé a hablar con el hijo mayor de los Hannigan. Sergio al otro lado parecía furioso, no se estaba saliendo con la suya y yo le sonreí con prepotencia. Fue entonces, cuando se levantó de la mesa y golpeando el tenedor en su copa de vino, consiguió que todas las miradas estuvieran puestas en él.-
- Buenas noches,señores y señoras. Quiero anunciar en esta magnífica cena, que mi hermosa novia Daniela y yo, vamos a casarnos próximamente.- Se oyeron murmullos de fondo y toda la mesa aplaudió, menos yo.- Por eso pido un brindis para mi bella y hermosa prometida. Por ti, mi amor.- Todo el mundo cogió su copa y brindó gritando "por ellos", yo cogí mi copa y bebí. Esperé que se sentara y me levanté yo, Carol me miró sorprendida y frunció el ceño.-
- Por vosotros, y por las mujeres que no se conforman con un solo hombre.- Todos me miraron anonadados, y tras carraspear también brindaron. Dani me miró un instante y después apartó la mirada. Sergio me miraba con ganas de asesinarme y sonreía con chulería y prepotecia. Tras la cena, Carol y yo abrimos el baile siendo los primeros en hacerlo. Buscaba a Dani con la mirada y la veía cabizbaja, llevándose la copa de champán a los labios. Se veía diferente, no parecía la misma morena motera, alocada y vivaracha que conocí. Ya no la veía ponerse esos pitillos negros que tanto me gustaban, ya no llevaba su moto a trabajar.-
- ¿Te diviertes?
- Lo intento.- Le besé la mejilla a Carol mientras la hacía girar por el salón.-
- Se va a casar con él. Y ni siquiera nos lo ha contado.- Yo no le dije nada, la abracé y seguí bailando. Iba a casarse... pero no parecía ni mucho menos feliz y contenta. Parecía una de esas mujeres floreros, aburridas y sin vida. Sentí pena de que lo hubiera elegido a él. Suspiré y la canción terminó. Fuimos hasta la otra parte del gran salón y cogimos unas copas de champán, cuando al observar la enorme sala, los divisé en una esquina apartada. Parecían discutir, Dani hizo ademán de marcharse de su lado y él la agarró fuerte del brazo y la zarandeó un poco,apreté la mandíbula y todo mi cuerpo se tensó. Ella lo miró con pena y le dijo algo, se zafó de él y salió huyendo por el pasillo. Yo observaba la escena desde la distancia,y tras ver que Sergio charlaba animadamente con un hombre me disculpé con Carol.-
- Disculpa, vuelvo enseguida.- Asintió con una sonrisa mientras hablaba con una mujer joven y fui tras sus pasos. Tarde en dar con ella, cuando la encontré en la terraza,apoyada en la barandilla, cogí dos copas y salí con ella.-
- Una bonita noche, ¿no crees?.- Ella no se volvió, seguramente sabría que era yo antes de incluso hablarle. Le pasé la copa de champán y ella la cogió y asintió. De un trago la vació y yo la observé divertido.- Parece que tienes sed... ¿no lo pasas bien?.- Por fin me miró con sus enormes ojos verdes, que ahora parecían vacíos, sin vida.-
- Este no es mi mundo.
- Entiendo. Por cierto, enhorabuena por tu boda.
- Gracias.
- No pareces muy feliz... ¿no deberías estar contenta?
- Nunca ha sido mi meta.
- Ya...
- Hugo...
- ¿Sí?.- Me miró con intensidad,abrió la boca para decir algo pero volvió a cerrarla.-
- Nada. No importa.
- Pareces triste. Alguien me dijo que a veces es bueno hablarlo.
- No puedo.
- ¿Por qué?
- Es complicado.- Se volvió y se puso de lado frente a mi, miré su cara,luego su pecho y entonces vi su brazo. Aun tenía la marca de sus dedos. Volví a sentir mi cuerpo tenso por la ira.-
- ¿De verdad le quieres?.- Ella me miró con tristeza y tragó saliva.-
- ¿Acaso importa?
- Debería.
- Todo tiene un por qué. Todo tiene explicación. Aun no te has dado cuenta.- Hizo ademán de irse.-
- Dani.- Se paró y volvió a mirarme.- ¿Eres feliz? ¿te trata bien?.- Ella no dijo nada, me pasó las yemas de los dedos por la cara y con su tristeza infinita,se marchó. Me apoyé en la barandilla encendiendo un cigarro y una suave brisa me hizo cerrar los ojos. ¿Qué queda de esa chica alocada? ¿qué queda de esa chica que le gustaba romper reglas y llegar tarde? Su mirada que antes era pura locura y diversión, ahora no era más que tristeza y desolación. ¿Qué estaría pasando? Noté como Carol se acercaba a mi y me ponía la mano en la espalda.-
- Siempre lo supe.- La miré extrañado mientras me quitaba el cigarro y ella le daba una honda calada.- Pero nunca te diste cuenta. Y ella tampoco. La quieres,¿verdad? Te fuiste por ella,¿no es cierto?
- Sí.
- No dejes que se la quede. Lucha por ella, Hugo.
- ¿Que puedo hacer yo? Ella ya lo ha elegido.
- Hay algo raro. Yo estoy segura de que ella siente lo mismo que tú.
- Yo no estoy tan seguro.
- Hugo...
- Basta, Carol. Es demasiado doloroso,no sigas por favor.- Ella asintió y me abrazó con fuerza.- ¿Quién más...?
- Solo yo. Soy muy observadora. Tranquilo,tu secreto está a salvo conmigo.- No volví a verlos,seguramente se marcharían. Carol y yo no tardamos en hacerlo. En la limusina miré a mi amiga.-
- Carol, ¿quieres dormir conmigo?
- Claro que sí.- Aquella noche dormí abrazado a mi amiga Carol como si fuera algo que se me escaparía de entre los dedos. Me desperté sobre saltado, soñé que caía al vacío pero nunca llegaba a tocar suelo. La sensación de angustia fue horrible. Carol dormía profundamente, con una camiseta mía que le llegaba por las rodillas,el pelo revuelto y las mejillas sonrojadas. Era realmente hermosa, nunca la había mirado con detenimiento. Salí al salón y tras mirar el reloj de cocina vi asombrado que eran las dos del medio día. ¿Cuantas horas habíamos dormido? Hacía mucho que no dormía tan relajado y profundo. Desde que Dani... negué con la cabeza y me dispuse a encargar comida china. Me duché y cuando me iba a afeitar, me paré en seco. Recordando la vez que Dani me dijo que me daba un aspecto sexi. Sonreí con mi reflejo en el espejo y tras vestirme, me senté en el filo de la cama.-
- Carol. Carol. Carolina Mendoza, despierta...
- Mmm... cinco minutos más.- Sonreí y sonó el timbre, pensé que sería la comida. Pero no, era Cris con dos packs de cervezas.-
- Hola.
- Aparta capullo, pon la birra a enfriar. ¿Te acabas de levantar?
- Hace poco,si. He encargado comida china,¿quieres?.- Me volví hacia la cocina y metí la cerveza en la nevera. Se encogió de hombros.-
- ¿Qué tal anoche? ¿follaste?
- Joder,Cris. Estás enfermo.- Dió una carcajada que retumbó en la cocina.-
- Tshhh... no hagas ruido.
- Oh, no me lo puedo creer. ¿La tienes ahí?.- Se levantó y fue corriendo por el pasillo hasta mi dormitorio.-
- Mierda, no Cris.- Era tarde. Estaba mirando a Carol dormir con los ojos muy abiertos, y expresión de horror. Me miró y me hizo tanta gracia su expresión que no pude reprimir la risa.-
- ¿Qué has hecho? Dios mío, ¿sigue viva?
- Cris, no hemos echo nada. Solo dormir.
- Sí claro, mira a ver; yo creo que la has matado.- Volvió de camino a la cocina.-
- No seas imbécil, es como mi hermana.
- Pues entonces eso es incesto. O como se llame.
- Solo hemos dormido,nunca haría nada con ella.
- Hombre, es guapa.
- Sí, mucho. Es realmente un monumento. Pero nunca jamás me acostaría con ella,por el amor de Dios. Ni se me ocurriría.- Tras conseguir despertar a la bella durmiente que yacía en mi cama, los tres comimos comida china y vimos el partido de los domingos. Después llevé a Carol a su casa y tras tomar unas copas todos juntos en el BMB me fuí solo a casa.
Aquella mañana me dormí y llegué tarde a la oficina, cuando llegué a mi despacho Dani había dejado mi agenda en mi mesa,pensé que huía de mi. Me evitaba. Lo entendí. Me concentré en el trabajo y no fue hasta después de la hora de comer cuando Carol entró como un ciclón en mi despacho. Parecía furiosa.-
- ¿Qué ocurre,pequeña?
- ¿La has visto? ¿la has visto?.- Una lágrima rodó abundante por su mejilla sonrojada. Me levanté y fui hasta ella, la cogí del brazo y la senté.-
- Cálmate, ¿a quién?
- A Dani...- Sollozaba cabizbaja.-
- No, no la he visto. ¿Qué ha pasado?
- Ella...- Hipaba por el llanto y empezaba a ponerme nervioso.-
- ¿Qué?
- Ella... su cara. Su ojo. Ella... se que es mentira. Se que no es verdad.
- No me estoy enterando de nada.
- Dice que se ha caído por las escaleras. Pero Hugo, se que es mentira. Yo se que es mentira.- Me levanté como si estuviera en trance y abandonando en mi despacho a Carol, salí del mio y entré en el de Dani. Ella levantó la cabeza sorprendida y me miró.-
- ¿Necesitas algo?.- Su ojo izquierdo estaba ligeramente hinchado y tenía derrame de color verdoso tirando a púrpura.-
- ¿Qué..? ¿qué te ha...pasado?
- Ah, eso. Caí por las escaleras. No es nada.- Sentí mi cuerpo arder, sentí como el odio y la rabia se apoderaban de mí cuerpo,de mi mente. Me marché sin decir nada,Carol salió de mi despacho sorbiendo el llanto, pasé de largo sin mirarla.-
- ¿Hugo? ¿donde...? ¡no! Detente, Hugo. ¡Hugo! ¡maldita sea,Hugo Padilla!.- La ignoré completamente y me encaminé furioso hacia el ascensor, que me llevaría al parking. No fui consciente de lo que iba a hacer hasta que me vi aparcando el coche frente al enorme edificio de mármol. Me bajé y entré,me temblaban las manos,mi piel ardía y estaba a punto de sufrir un maldito infarto. Subí en el ascensor hasta la planta diez. La secretaria me paró.-
- Oiga, no puede entrar. No tiene cita. Por favor, no puede...- No la dejé terminar abrí la puerta con furia y la cerré detrás de mi con un sonoro portazo. Me miró de inmediato y sonrió con prepotencia.-
- Te voy a borrar esa estúpida sonrisa...- Me abalancé hasta su mesa, lo cogí del cuello y se desató el caos. Mi puño ardía mientras lo golpeaba una y otra vez, chorreaba sangre por el labio. Me asestó un puñetazo y me tambalee,pero lo cogí de la corbata, y dándole una vuelta apreté con todas mis fuerzas.- Eres un puto mierda, un maricón asqueroso.- No paraba de gemir, se estaba quedando sin aire y yo estaba disfrutando de ello. Le pegué una patada en las costillas, y lo empujé con fuerza, haciendo que cayera de culo en mitad de su despacho.- Si le vuelves a tocar ni un solo pelo, te juro que te mato. No me trago que se haya caído por las escaleras.- Me marché eufórico, viéndolo tendido en el suelo, agarrándose con las manos las costillas y la cara ensangrentada. Ojalá le haya roto un par de costillas,pensé. Me volví sobre mis pasos y salí de las oficinas de López. Conduje entre el tráfico, hasta que llegué al parking. Eran más de las cinco. Cuando llegué en la puerta me esperaba nervioso Cristian.-
- Joder, ¿dónde estabas?
- Haciendo un recado.
- ¿Un recado?
- Entremos.- Entramos a mi despacho y me acomodé en mi silla. Cristian se sentó frente a mi y me miraba preocupado.-
- ¿Qué has hecho?
- Nada. Tranquilo.
- ¡Y una mierda! Viene Carol llorando a mi despacho, que no se le entendía una mierda, y me dice moqueando que está preocupada por que te has ido muy enfadado, y pensaba que podías haber ido en busca de Sergio. ¿Por qué? ¿Qué has hecho?.- No me dio tiempo de contestar, Dani entró en el despacho.-
- Perdón, solo te traía los informes.- Cris la miró y abrió mucho los ojos.-
- No importa, pasa. Los firmaré.
- Joder,morena. ¿Qué te ha pasado en el ojo?
- Me caí. Por las escaleras.- Él frunció el ceño y me miró a mi.-
- Toma, archívalos y vete a casa.
- Gracias. Hasta mañana.
- Dani.- La llamé cuando ya iba a abrir la puerta para salir.-
- ¿Sí?
- Pídete un taxi. Hoy no creo que vengan a buscarte...- Ella me miró extrañada y se marchó en silencio. Cris me miraba inquisitivo.-
- ¿Qué cojones...? Hugo, ¿has visto eso? Eso no se lo hace uno en una caída.
- Yo opino lo mismo, amigo mío...- Los días siguientes, el ojo de Dani pasó por todos los colores posibles. No me dijo nada, esperaba al día siguiente que entrara en mi despacho hecha una furia, reclamándome el haberle pegado a su "prometido," pero no. Nada. Andaba por los pasillos como alma en pena,triste y ojerosa. Y mi paciencia empezaba a agotarse. Vi en el periódico que se casaban en dos semanas. Faltaba una semana para que se casara. Y no pude evitarlo, la hice llamar a mi despacho.-
- ¿Qué necesitas?
- Pasa, siéntate por favor.- Me obedeció, entró y se sentó frente a mi.- Falta una semana, ¿de verdad te vas a casar con un maltratador?
- Hugo, no es un maltratador. Me caí. Me caí por las escaleras.
- ¡Joder,Dani! No lo encubras más, no se lo merece.
- Es la verdad.
- Dani, ¿te vas a casar con él? ¿Con un hombre que te hace infeliz, con un hombre que te pega?
- Basta,Hugo. Es mi decisión.- Se levantó y se marchó.-
- ¡Joder, joder!.- No iba a quedarme para verlo. No quería ver como se casaba con ese hijo de puta. Negué con la cabeza, furioso. Y por suerte, Cris tenía que viajar por trabajo a francia. Una reunión, nada importante, pero me ofrecí voluntario para sustituirle y negociar yo con los franceses. Él encantado,ni siquiera preguntó el por qué y Carol solo me sonrió dulcemente, por que ella si sabía cual era el motivo que me movía para hacer yo ese viaje. Viajaría el jueves, para el viernes estar allí para la reunión y volvería el domingo. Cuando yo volviera ella ya estaría casada y de luna de miel. Aunque aun mantenía la esperanza de que se echara para atrás, aunque fuera a última hora.
El miércoles fue un día horrible, Dani se encargó de todo. Reservas de hotel,de vuelo, la ida y la vuelta... A última hora de la tarde, fui a su despacho. Alzó la vista y me miró.-
- Dame dos minutos que te imprima el informe para los franceses. Ya lo tengo todo listo, billetes,hotel...todo.
- Gracias,Dani.- Ella sonrió dulcemente y se levantó para recoger los papeles que salían de la impresora. Me acerque despacio a ella, me puse cerca,muy cerca. Me inundó su aroma a vainilla y cerré los ojos durante un instante.-
- Cuando vuelva, ya estarás casada.- Se sobresaltó al sentirme tan cerca y se volvió rápidamente mirándome a los ojos. Subí despacio mi mano hasta su cuello, y con el dedo pulgar le acaricie despacio la cara. Cerró los ojos ante mi contacto. Suspiró fuerte y yo acerqué mis labios a los suyos, me moría por poseer su boca con prisa, salvaje y feroz, pero me controlé y solo le dí un beso casto, suave y lento.-
- Hugo...no puedo. Yo...
- Lo se. Cuídate, Daniela Lozano. Cuídate mucho.- Posé mi frente sobre la suya,cerré los ojos y desee que todo fuera diferente. Se me escapaba entre los dedos una vez más, para siempre. Con el corazón a mil por hora, destrozado, me obligué a apartarme de ella, tras pasar el pulgar por su labio inferior, me marché cogiendo todos los papeles para el viaje. No pegué ojo en toda la noche. Daba vueltas y vueltas, estaba inquieto,furioso,dolido...todo a la vez. Por primera vez, lloré desconsolado como un niño. No recordaba a ver llorado así en la vida. Creía que me iba a morir de un infarto, o que me ahogaría con ese dolor en el pecho que amenazaba con quitarme la poca cordura que me quedaba. Simplemente me dormí de un momento a otro, agotado física y mentalmente.
El viaje en avión se me hizo eterno, había dormido poco y estaba de un humor de perros. Cuando llegué, el aire fresco de francia me azotó la cara, inhalé con fuerza y el olor me transportó a un lugar mejor, a un lugar en mi mente donde todo esto no estaba pasando. Yo seguía siendo Hugo Padilla, el aburrido Hugo Padilla; el que no vivía la vida con intensidad, el que no conocía el amor ni tenía intención de hacerlo, el que de vez en cuando tenía sus líos de faldas con mujeres preciosas,pero que no duraban más de un par de noches. Que tranquila era mi vida entonces, hasta que llegó ella y puso mi mundo patas arriba.
Lo primero que hizo fue llamarme viejo, sonreí yo solo mientras caminaba hacia el hotel. Y luego,en mi coche camino de una reunión, me llamó...¿como me llamó? Ah, si... estirado. Volví a sonreír sin querer. "Pues es una pena,Hugo. Te estás perdiendo lo mejor de la vida." ¿Acaso esto era lo mejor de la vida? ¿sufrir? ¿sentir dolor? No, pero vivir con intensidad, si. Tenía que reconocer que por mucho que ahora me sintiera destrozado, nunca me había sentido más vivo en mi jodida existencia. Sus locuras, sus salidas de tono, su carácter fuerte e indomable,su risa, su expresión de sorpresa, la manera en la que se apartaba el mechón de pelo y lo colocaba tras la oreja. La manera en la que se mordía el labio inferior cuando el orgasmo le azotaba, sus mejillas sonrojadas por la pasión, su aroma dulce a vainilla, el lunar que tenia en el pecho derecho...-
- Joder, Dani. ¿Qué me has hecho?.- Llegué al hotel y me fui derecho a la ducha, intentando despejar mi cuerpo y mi mente de Dani. Había cambiado tanto... ella que era todo alegría y diversión, ahora iba por la oficina como un zombi, sus ojos sin brillo, vacíos por completo. Su tez algo pálida y unas ojeras enormes que le recalcaban sus enormes ojos. Eso era lo peor de todo, que encima no era feliz. ¿Por qué cojones se casa con un tío que no la hace feliz? ¿y que encima le pega? Porque lo del ojo no fue una caída, yo mismo lo vi zarandearla en la fiesta en casa de los Hannigan. ¿Por qué? Era algo que no podía entender y que me estaba volviendo loco. Cuando la besé ayer en su despacho, vi como cerraba los ojos, vi como sentía mi tacto,como respondía a mi deseo. ¿Sentirá algo por mi? Que tontería, se va a casar con otro, ¿cómo va sentir algo por mi?
Vi varias películas en la habitación, pedí la cena y cené allí solo, tirado en el suelo frente al televisor. Me levanté temprano y preparé la reunión, que se alargó más de lo que creía, y terminé comiendo en un restaurante con los franceses. Al menos tenía la mente ocupada en los negocios, y no en Dani. La reunión fue bien, aceptarían, estaba seguro. Cristian me llamó para preguntarme como había ido. Ya entrada la tarde me llamó mi hermana.-
- No me lo creo. ¿Cómo ha podido casarse con otro? ¿y por qué tantas prisas?
- No lo se, Alí. Se casa mañana y ya está.
- Pero... no lo entiendo, de verdad que no lo entiendo.
- Ni yo.
- ¿Y tú como estás?
- Bien. Estoy bien.
- Tampoco me lo creo.- Sonreí levemente.-
- Nada puedo hacer ya. Solo intentar olvidarla.
- Te quiero, Hugo. ¿Lo sabes,verdad?
- Claro que sí, enana. Yo también te quiero. Te llamo cuando vuelva.- La conversación con mi hermana me hundió de nuevo. Parecía afectada por la noticia, sabía que apreciaba a Dani y que en su manera joven de ver las cosas, creía que estaríamos juntos y que comeríamos perdices... Pero la vida no es un cuento de Disney, no siempre somos felices y comemos perdices. No siempre terminan los cuentos en bodas,ni felices, ni con embarazos. A veces terminan en dolor, desesperación y tristeza infinita... pero eso es solo en la vida real, los cuentos siempre terminan bien, con los dos casándose,teniendo hijos, siendo felices... malditos libros y cuentos...
Me tumbo en la cama con mi IPhone y aprovecho para ver mi página de facebook, veo varias fotos de Cris con Marina y le doy me gusta, sonrío al ver una etiqueta, es una foto del BMB, estamos todos en la foto, recuerdo que Marcos el dueño nos la hizo. Dani llevaba ese vestidito negro que tanto me gustaba, estaba realmente preciosa y sonreía a la cámara con sus dientes blancos y perfectos, yo en otra esquina, junto Cristian y los dos echándonos los brazos por los hombros. Yo sonreía feliz y relajado,nunca me había visto así. Era el efecto de Dani. Sin querer le dí a la pestañita de subir foto y apareció mi galería de fotos. Dios santo, me incorporé y me senté nervioso en la cama. Había al menos diez fotos mías durmiendo en mi cama, solo con los bóxer, durmiendo en posición fetal, otra con la cara enterrada en la almohada, otra echa desde lejos y yo atravesado en la cama, otra boca arriba durmiendo mientras arrugaba la nariz como un niño, y una maraña de pelo negro extendido sobre mi vientre. No se veía su cara, pero ese pelo negro y brillante solo podía ser de ella. Aparecieron las fotos que nos hicimos con Romeo Santos en su camerino, Dios estaba tan guapa con esa faldita vaquera... la hacía parecer más joven si cabe. ¿Porqué me fotografío durmiendo? ¿porqué una persona que no siente nada por otra se levanta en mitad de la madrugada para verte dormir e inmortalizar ese momento de intimidad entre los dos? Joder Dani, me has destrozado la vida...
Me desperté con un horrible dolor de cabeza, era tarde. Desayuné y me volví a encerrar en la habitación, cuando dieron las una yo me paseaba nervioso por la habitación. Miraba el teléfono a cada instante, esperando una llamada que me dijera que lo había plantado en el altar. Pero no llegó, la llamada no llegó y yo me hundí en la miseria. Acabé con el minibar y me dormí vestido en la cama. Me despertó el sonido de mi teléfono. Bostezé y me estirazé en la cama,palpé la mesita de noche y agarré el teléfono.-
- ¿Sí?.- Mi voz sonaba ronca y pastosa. Estaba oscureciendo, ¿cuanto llevaría durmiendo?.-
- ¿Hugo?
- ¿Carol?
- ¿Estás bien?
- Eh...si. Perdona, estaba durmiendo.- Se hizo el silencio. Carol carraspeó.-
- Lo ha hecho.
- Imagino.- Sabía bien a lo que se refería, ella también tenía la esperanza de que lo plantara.-
- Está loca.
- O enamorada.
- No, loca. Si la hubieras visto... parecía que iba a un puto entierro,Hugo.
- Bueno, Carol tenemos que respetar su decisión. Ella lo ha elegido, y por algo será.
- Tenemos que hablar, he oído algo...
- ¿El qué?
- Cuando vuelvas. Mejor en persona.
- No me asustes. ¿De que se trata?
- Nada, seguramente me esté montando una película. No es importante, no te preocupes. ¿Como estás?
- Bien. Bueno, supongo. Vuelvo mañana, nos vemos el lunes en la oficina.
- ¿Comemos juntos?
- Claro que sí. Eso está hecho.
- Te quiero bombón.
- Y yo a ti, pequeña. Y yo a ti.- Al menos alguien me quiere, pensé. El vuelo de vuelta se me hizo más corto, y al día siguiente fui a la oficina con un sueño de mil demonios. Cuando entraba en mi despacho, me paré de inmediato y miré la puerta de al lado. Sentí un cosquilleo y abrí la puerta. La persiana estaba medio bajada, no había mucha luz, estaba vacío, pero el perfume de Dani aun permanecía. En una percha a la izquierda, un fular azul turquesa colgaba, debió de olvidársele. Me acerqué y lo toqué, era suave, de seda. Lo cogí y me lo acerqué a la nariz,inhalando su aroma a vainilla, cerré los ojos y la imaginé entre mis brazos,jadeando, mordiéndose el labio inferior con fuerza...-
- Se hace raro.- Carol me pilló infraganti y me dió un susto de muerte.- Que no esté aquí,digo.- Yo la miré y asentí.- Oh,Hugo.- Vino hacia a mi y me abrazó con fuerza. Yo le agradecí y me aferré a ella con fuerza. « No llores,no llores,no vayas a llorar. Espera a que nadie te vea. No llores.» Me lo decía una y otra vez, como si fuera un mantra.- No soporto verte así, Hugo.
- Estoy bien. Puedo superarlo, se que puedo. Con un poco de tiempo... Salgamos de aquí, Carol, por favor.- Me guardé el pañuelo en el bolsillo de atrás y deshicimos el abrazo. Entramos en mi despacho y Carol se sentó en frente de mi.-
- ¿Y ahora?
- Pues nada. A seguir con nuestra vida.
- ¿Volverá después de la luna de miel?
- No lo se.
- Seguramente no la deje volver...
- Yo también lo creo.
- ¿Recuerdas que te dije que había algo que te quería contar?.- Yo asentí.- Verás, el día de la boda, en el banquete escuché a Sergio hablar con alguien por teléfono. Le decía que pronto llegaría el momento, y que el primer paso ya lo había dado, que ya se había casado. Y...dijo algo como... operación Siegestor en marcha.- Fruncí el ceño y la miré extrañado.-
- ¿Y eso que quiere decir?
- No tengo ni idea, Hugo. Pero todo esto es demasiado raro...
- Vale, no te preocupes, pequeña. Lo averiguaré, pero no lo hables con nadie más. ¿Vale?.- Ella asintió y dimos el tema por zanjado.-
- ¿Vas a buscar otra secretaria?
- Por ahora no. Esperaré los quince días que ha pedido, y si no viene...- Me costaba asimilar todo lo que estaba pasando.- Si no viene buscaré otra secretaria,si.
- Yo te puedo ayudar en todo lo que necesites,mientras...vuelve o busques otra persona.
- Gracias,Carol. Te tomo la palabra, necesitaré un poco de ayuda, si.
- Aquí estaré para todo lo que necesites.- Yo le sonreí dulcemente y la entendí a la perfección. No solo hablaba de trabajo...

TENTACIÓN SIN LÍMITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora