Me levanté muy contento aquella mañana. Fuí de los primeros en llegar, incluso antes que Dani. Esperé ansioso en mi despacho con la puerta abierta, verla a aparecer. A las nueve en punto pasó de largo y se metió en su despacho. Me levanté y entré sin llamar, estaba soltando el casco cuando entré y sin poder remediarlo, la abracé y la besé en los labios, llevaba toda la noche imaginándolo.-
- Hugo, para. Para, pueden vernos.- Mi manos ascendían por su cuerpo y la empujé ligeramente hasta el borde de su mesa.-
- ¿Qué importa? Te deseo...
- Para. Aquí no. No quiero.- De mala gana aparté mis manos de su cuerpo y dí dos pasos atrás.-
- ¿Te arrepientes?
- No, no es eso. Yo también te deseo. Pero necesito dejar las cosas claras antes.
- Joder...- Me pasé nervioso las manos por el pelo.- Vale. Vale, te dejo sola. Voy a mi despacho.- Pasé la mañana trabajando como pude, pero no paraba de pensar en Dani. ¿Quiere dejar las cosas claras? ¿a qué se refiere? Después de comer,hice llamar a Cristian y a Marina a mi despacho. Cuando aparecieron estaban blancos, y nerviosos.-
- Pasad, sentáos. Quiero hablar con vosotros.- Se sentaron frente a mi y antes de que pudiera decir nada, Cristian se adelantó.-
- Se lo que vas a decir.
- No lo sabes...
- Sí que lo se.- Me interrumpió.- Pero no voy a dejar que pase. El único culpable de esto soy yo, yo le insistí a ella. Yo la seduje y la convencí para acostarnos, así que ahórrate el despido, dimito. Con la condición de que Marina no pierda su empleo.
- Cállate, Cris.
- Soy el único culpable...
- No voy a aceptar tu dimisión,ni voy a despedir a nadie.- Pude ver desde mi silla como ambos relajaban los hombros en tensión y casi suspiraban con alivio.- Desde hoy, queda anulada la estúpida regla que puse en su día.
- ¿Cómo?.- Cristian parecía sorprendido. Me conocía bien y sabía lo que me gustaba seguir las reglas.-
- ¿Estás sordo? Ya no tenéis que fingir, ni esconderos. Tenéis vía libre para hacer lo que deséis. Queda totalmente anulada la única norma que existía en la empresa.- Se fueron de mi despacho con una sonrisa, ambos contentos por poder iniciar una relación, no voy a mentir, no solo lo hice por ellos. También por mi y por Dani. Esta noche hablaríamos de nosotros, y sin la norma de por medio, teníamos vía libre nosotros también. Pasé el resto de la jornada de trabajo imaginando infinidad de cosas, y todas eran con Dani. Nunca había tenido una relación seria, nunca había sentido la necesidad de compartir mi vida y mi tiempo, pero Dani hacía que me lo replanteara todo. Sentía una conexión extraña con ella, una afinidad y un deseo que nunca había sentido. Pero no era solo físico y sexual, iba más allá de lo carnal. Pero puestos a hablar, me gustará escuchar quien era el hombre con el que la vi en el BMB y que tipo de relación los une. No he dejado de pensar en eso desde que los vi... El día pasa demasiado lento para mi gusto y a las cinco y media ya no aguanto mas y me dirijo a su despacho, llamo y entro. Ella esta sumergida en informes y papeles cuando alza la vista hacia a mi.-
- ¿Que necesitas?
- Nada, solo quería saber si estas lista para irnos.- Su expresión me acojonó hasta cierto punto, la verdad... no parecía feliz, ni mucho menos ilusionada. ¿Nerviosa tal vez?.-
- Ehhh... si claro, dame diez minutos que termine con esto.
- Había pensado que podíamos ir a cenar a algún restaurante bonito, o intimo.
- No, nada de restaurantes. Nos vemos en tu casa o en la mía.- Debió ver mi cara de perplejidad y se apresuró a decir.- Más íntimo que eso...
- Bien, vamos a mi casa. Prepararé la cena allí.
- Bien, pero yo iré más tarde. Tengo...tengo... he quedado con alguien y no puedo faltar. Y quiero pasar por mi piso, a darme una ducha y eso...- Me sentó como una patada en las pelotas, que fuera a verse con otro tío, y tras su nerviosismo, estaba claro que era un hombre, aun así, intente disimular mi leve ataque de celos.-
- También te puedes duchar en mi casa...
- Y ponerme otra vez ese horrible chándal enorme... prefiero pasar por mi casa. ¿Nos vemos a las nueve allí?
- Bien, te estaré esperando.- Un poco desmotivado me dirigí a la puerta y cuando estaba apunto de salir.-
- Hugo.
- ¿Si?
- Barbacoa.- Y me premió con su enorme sonrisa, mostrándome sus perfectos dientes blancos, yo no pude más que devolver la sonrisa y asentir. Me marché a casa nervioso, tuve que lidiar con Cris en recepción.-
- ¿Vienes al BMB ?
- No hoy no, estoy muy cansado. Me voy a casa.
- Venga, una cerveza.
- No de verdad, mañana.
- ¿Estás enfadado?
- No.
- Si, es porque eres un maniático del control y yo te he hecho deshacerte de tu norma.
- Ya te he dicho que no. No te preocupes.
- Hugo...
- Joder, Cris... he quedado con alguien. Punto.- Aveces es capaz de sacarme de quicio con tanta facilidad...-
- Vas ha echar un...
- Por favor, no seas vulgar.
- ¿Con quién? ¿Olivia?
- Eh... si, efectivamente. He quedado con Olivia.- Por ahora preferí mentir a mi amigo, no podía decirle lo que había entre Dani y yo, por que ni siquiera yo lo sabía. ¿De eso iba esta noche ? ¿Hablaríamos de... una posible relación? Estaba nervioso y a la vez impaciente, la primera mujer que me hace querer algo más que un simple revolcón, aunque claro el revolcón también lo quería... y ya puestos... ¿porqué no hoy? A las ocho y media pedí una pizza barbacoa, contando con media hora, que es lo que suele tardar el repartidor en llegar. El repartidor llego puntual, a las nueve como yo había predicho, pero Dani no. Empecé a pensar toda clases de cosas; que su cita fuera con un hombre como yo mismo había pensado, y que la cita le hubiera ido tan bien que estuviera con él todavía. Miré mi reloj, eran las nueve y media. La llamé y su preciosa voz tan sensual me pidió un mensaje en su buzón, maldición. A las diez ya empecé a preocuparme de verdad, pensé que le podría haber pasado algo malo. Pensé en atracos, accidentes mortales con su enorme moto e infinidad de cosas peores que empeoraban conforme la mesa se llenaba de botellines vacíos. Eran las once y ya no esperaba que apareciera, me bebí seis botellines de cerveza y empezaba a estar un poco achispado,casi me estaba durmiendo en el sofá cuando escuché el timbre de casa, ¿sería ella? Me levanté del sofá un poco tambaleante y fui a duras penas hacia la puerta. Me miró y sonrió, yo dejé la puerta abierta y sin ni siquiera decirle hola me fui al sofá de nuevo. Ella entró recelosa, cerrando la puerta tras de si.-
- Hugo, siento el retraso...
- ¿De verdad lo sientes? ¿dónde y con quién has estado? ¿has estado con un hombre,verdad?
- Voy a contestarte solo por que te he dejado tirado, en otras circunstancias te mandaría a la mierda y me iría. Pero si, he estado con un hombre.- Mi corazón se encogió y el pulso se me aceleró, lo había admitido, había estado con otro hombre.- Mi hermano, está aquí por trabajo, se está alojando en mi casa y aunque he intentado venir antes, nos pusimos a hablar y... lo siento, se me fue el santo al cielo, casi me olvidé.- Dios, ha estado con su hermano, suspiré con cierto alivio.-
- Lo siento, no debería haberme enfadado. ¿Quieres beber algo?
- No, gracias. ¿Te apetece hablar, o lo dejamos para otro día? Es tarde y estarás cansado...
- No, no, hablemos. Siéntate, por favor.- Se sentó a mi lado en el sofá, se sacó un cigarro del bolso y me tendió el paquete,yo lo cogí agradecido, ojala pudiera calmarme un poco la nicotina.-
- Verás Hugo, es complicado. Eres mi jefe, y no quiero cuchicheos en el trabajo. Dicho eso, tengo que reconocer que se me hace difícil trabajar contigo.
- ¿Porqué?
- Por que... te deseo. Me excita verte sentado en tu silla, manejando tu imperio desde ese despacho y... me gustas, creo que casi desde el primer día, aunque quisieras echarme solo por ser morena, no lo entendí, pero...
- Quería echarte para no tener que infligir mi norma. No mantener...
- Relaciones con compañeros de trabajo, lo se.
- Te deseaba tanto que solo quería echarte para poder estar contigo...
- ¿Y qué hacemos con la norma? Si nos dejamos llevar...
- Ya no existe.- Me miró sorprendida.- Tenías razón, fui tan egoísta que no me di cuenta de que dos de mis mejores amigos estaban completamente enamorados, y a su vez sufriendo por mi estúpida norma, a si que... ya no existe esa regla.
- Ah, me alegro por ellos.- ¿Sólo por ellos? Me pregunté...-
- Dani yo... no puedo soportarlo, cada día que pasa te deseo más...- Ella se levantó y se fue hasta la ventana, se puso de espaldas a mi y comenzó a hablar.-
- Ya te dije que no quiero tener una relación.- Sentí que ahí quedaría todo, en un pudo ser pero no fue...- Te deseo y yo tampoco puedo soportarlo, por eso yo creo que lo mejor es...bueno... Ser solo amigos.
- ¿Cómo, amigos?
- Amigos y compañeros de trabajo, para los demás. En la intimidad cada uno...
- ¿Quieres que nos veamos a escondidas?
- No, bueno, si. Algo así. Quiero que seamos... esa clase de amigos.
- Amigos que follan. Dilo claro.- Me sentí morir, yo que nunca había querido una relación seria, me sentía totalmente decepcionado al oírla hablar.-
- Sí.
- Solo sexo.- No era una pregunta.-
- Sin sentimientos, sin reproches,sin problemas.- ¿Qué iba a decirle? ¿Qué yo sentía algo más y arriesgarme a no tenerla de ninguna manera? No, no quiero eso. Quiero estar con ella, en la forma que sea.-
- Vale. Solo sexo.- Me sonrío dándose la vuelta.-
- No quiero que nadie del trabajo...
- No se enterarán por mi.- Ella se dio la vuelta y me sonrió.-
- No he podido darme esa ducha que tanto deseaba.
- Puedes hacerlo aquí, si lo deseas.
- Solo si vienes conmigo.
- Con mucho gusto.- Nos dirigimos al cuarto de baño, y ella empezó a quitarse las converse y los calcetines, y se desabrochó los vaqueros,yo me quedé embobado observándola. Se bajó los vaqueros y se quedó en bragas, unas minúsculas bragas negras de encaje, yo me acerqué despacio a ella, mirándonos el uno al otro posé mis labios en los suyos, y eran tal y como recordaba, suaves y cálidos. Sentí la erección en el pantalón y apreté contra su vientre, el beso nos calentó de inmediato y yo agarré su trasero y la cogí en brazos para depositarla en el lavabo, besando su cuello y tras la oreja, se deshizo de su camiseta y se quedó en sujetador, sus enormes tetas quedaron expuestas ante mi y yo me relamí, fui a quitárselo y ella no me dejó.-
- ¿Y tú?.- Yo aun seguía vestido, me quité los zapatos y la camiseta y luego me desabroché los pantalones, de un tirón me los bajé junto con los bóxer y ella se deshacía del sujetador.-
- Joder, que tetas...- Ella sonrío y me miró el miembro erecto.-
- Lo mismo digo...- Yo me lancé hacia ella y la besé con brusquedad, mientras mis manos acariciaban su cuerpo, sin dejar ningún rincón por tocar, atrapé sus pezones erectos entre mis dedos y los pellisqué mientras ella gemía, bajé la cabeza y empecé a succionarlos por tiempos, metí la mano por entre sus bragas y empecé a acariciar despacio su clítoris.-
- ¿Tienes condones?
- Sí, a tu derecha, en la puerta del armarito.- Aproveché que ella se inclinaba para coger los condones y le bajé las bragas,se las quité y le abrí los muslos y hundí mi cabeza en su entrepierna.-
- Oh, joder...- Sentí el ruido de varios frascos cayéndose, pero estaba demasiado ocupado succionando su hinchado clítoris, ella no paraba de gemir y arquearse, con los condones en la mano y la otra agarrándome del pelo, lamí su apertura con pericia e introduje un dedo dentro de ella, mientras devolví la atención a su clítoris con mi lengua.- Hugo...
- Lo se, estás cerca. Déjate ir, córrete para mi...- Y con un par de lenguatazos más Dani gimió fuerte y supe que se había corrido. Me incorporé y ella me dio los preservativos mientras se bajaba del lavabo y se arrodillaba delante de mi, me acarició el pene con sus manos, y sin dudarlo se lo metió en la boca, hasta la garganta.- Joder, Dani...- Ella siguió succionando y engullendo mi pene una y otra vez...Estaba apunto, Dios, que boca.- Para, Dani. Todavía no. Quiero estar dentro de ti.- Ella se levantó del suelo mientras yo me apresuraba a colocarme un condón,volví a subirla al lavabo y me metí entre sus piernas, de un fuerte empellón me colé dentro de ella, ambos gemimos extasiados, comencé a salir y entrar en ella, salía despacio, y luego entraba bruscamente, Dani gemía fuerte y noté que estaba a punto otra vez, así que salí de ella y volví a hundir mi cabeza entre sus muslos. Lamí y chupé su apertura entre jadeos y susurros, Dani me tiraba del pelo, hasta que volvió a correrse escandalosamente. La bajé del lavabo y la puse de espaldas, observándola en el espejo.- Agárrate.- Se agarró con fuerza al lavabo y yo la penetré de nuevo, hincando mis dedos en su cintura, gemíamos y jadeábamos como locos, desenfrenados por el deseo, el deseo primitivo, el placer salvaje...-
- Hugo... me corro.
- Espera, juntos, juntos.- Un par de embestidas más y ambos gritamos al unísono, corriéndonos,liberándonos...-
- Joder...
- Sí, eso digo yo. Joder.
- Venga, a la ducha.- Le sonreí a través del espejo. Estaba realmente preciosa, colorada y sudorosa. Con el pelo negro enmarañado y la piel brillante... Nos metimos en la ducha y gradué el agua para que estuviera tibia, y ella se puso debajo para mojarse, yo cogí el champú, vertí en mis manos una gran cantidad y empecé a masajearle el cuero cabelludo, despacio, sin prisas. A ella le gustaba, no paraba de ronronear haciendo que volviera a excitarme y clavarle la erección en su precioso trasero. Le enjuagué el pelo con cuidado y pasé a enjabonarle el cuerpo con las manos, luego ella hizo lo mismo conmigo,cuando me agarró fuerte el pene para lavármelo me quedé muy quieto y sin querer me arqueé.-
- ¿Siempre estás listo?.- Yo no contesté, le dí la vuelta y la puse mirando a los azulejos, tanteé su delicioso monte de venus y de una estocada volví a hundirme en ella con un gemido de satisfación. Ella puso las manos en los azulejos para equilibrarse y yo no paré en mis embestidas, seguí penetrándola una y otra vez, pero cuando estaba a punto de correrse, paré, le dí la vuelta y la cogí en brazos agarrándola del trasero, le apoyé la espalda en los azulejos y la embestí de nuevo otra vez, el placer que sentía hundiéndome en ella era desmedido, acabaría volviéndome loco de placer, los dos gritábamos y jadeábamos sin control.-
- Mira como encajamos, Dani, somos perfecto el uno para el otro...
- Hugo...
- Juntos, otra vez juntos.- Y tras un par de embestidas más y un bocado de Dani en mi hombro, nos corrimos de nuevo. Nos dejé escurrir hasta quedar sentado con Dani en los brazos, tenía la cabeza hundida en mi pecho,podría estar así toda la noche.-
- ¿Hugo?
- ¿Mmm?
- Se me ha dormido una pierna.- Sonreí besándole el pelo mojado y me levanté con ella en brazos, la solté con cuidado, salí de la ducha y la envolví con una toalla. Yo me anudé otra en la cintura.-
- Hugo, no te has... no te has puesto condón.- Joder, ya decía yo que notaba un placer diferente.-
- Mierda, no me he dado cuenta. Lo siento.
- Tomo la píldora, pero eso solo es efectivo para embarazos, no para las E.T.S.
- Soy donante de sangre regularmente, pero aun así me haré un examen médico.
- Si solo... lo hacemos entre nosotros sin condón, no me importa. Yo también me haré un examen médico.-Asentí.-
- ¿Tienes hambre?
- ¿Y tú?
- Estoy hambriento.
- Sí, yo también.
- Te dejo que te vistas tranquila, voy a calentar la pizza.- Salí y fui hacia mi dormitorio,me sequé y me puse un pantalón de chándal gris y fuí a la cocina. Encendí el horno y metí la pizza para calentarla, recogí los botellines vacíos y cogí uno de la nevera, encendí un cigarro y me asomé a la ventana,el ruido, el tráfico... Pensé en Dani, en lo maravilloso que había sido, no solo habíamos follado, para mi era algo más que un simple polvo. Ella era especial, casi lo supe nada más verla. Y yo había accedido a ser solo un amigo con derecho a roce,sabiendo que yo lo que quería era más, algo más, mucho más. Que fuera mía, solo mía y...-
- ¿Estás bien?.- Me volví sorprendido.-
- Sí. ¿Y tú?
- Perfectamente. Ha sido...
- Genial.
- Sí, genial. E intenso.
- Oh, si, nena. Conmigo siempre será así.- ¿Quizás sería esa la forma de seducirla y enamorarla? ¿a través del sexo? Lo que había sido una broma, ahora me parecía una buena manera de llegar hasta ella, no físicamente, si no emocionalmente. Ella sonrió.-
- Fanfarrón...
- Si quieres puedo volver ha demostrártelo...
- ¿Ah, sí? ¿podrías hacerlo otra vez?.- Su voz era tan sugerente que por gracia divina, volvía a estar empalmado, me tenía fascinado. Me acerqué a ella y la abracé oliendo su pelo y acercando mi erección a su vientre.-
- Joder, eres un X-Men...- Me reí a carcajadas.-
- ¿Una cerveza?
- Si has dejado alguna...- Nos bebimos una cerveza y comimos pizza recalentada entre bromas, estaba tan a gusto con ella, me sentía vivo, me sentía...feliz. De pronto ella miró el reloj y se levantó.-
- ¿Te vas?.- Mi voz relevó la decepción.-
- Sí, mi hermano está en casa, y ya es muy tarde. Mañana tenemos que trabajar.
- Vale, te acompaño.- Me hubiera gustado dormir acurrucado en ella toda la noche, y levantarme por la mañana viendo su hermoso rostro nada más despertar. Me dio un beso casto en la puerta y sin más, se fue. Me embargó la sensación de soledad, toda la casa en silencio, solo el tráfico de fondo... me sentí realmente decepcionado conmigo mismo, pero estaba tan agotado que me quedé dormido en cuanto me tumbé en la cama...
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TENTACIÓN SIN LÍMITE
RandomUn hombre políticamente correcto, una mujer alocada, una tentación sin límite. Hugo conoce a su secretaria, una joven hermosa que lo vuelve loco desde ese mismo momento. Él no cree en el amor, hasta que la ve a ella. Ella, una motera alocada y dive...