Capitulo 8

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La mañana no pudo empezar peor, me dormí, me duché con agua fría porque mi caldera había decidido que era el momento idóneo para estropearse, me vestí para ir a la oficina, pero cuando fui a hacerme un café se me derramó encima y tuve que cambiarme de nuevo mientras maldecía y blasfemaba. Me monté en mi coche y me adentré en el tráfico de la ciudad, que a esas horas era un jodido caos. Mi teléfono sonó mientras estaba parado en semejante atasco. Lo puse en el manos libres del coche y subí la ventanilla para camuflar el ruido de bocinas e insultos varios, vamos, como en todos los atascos.-
- Padilla.
- ¿Hugo?.- La voz de Dani me sedujo incluso hasta en el jodido atasco.-
- Sí, soy yo.
- Soy Dani.- Como si esa voz tan sexi pudiera ser de cualquier otra persona...- Son más de las diez, y no estás en la oficina, estaba preocupada.
- Tranquila, estaré ahí en cuanto pueda. Estoy en un atasco.
- Ah, vale. No importa, solo quería saber que estabas bien.
- Hoy no es mi día...- Debió notar la amargura en mi voz.-
- ¿Qué te ocurre?
- Me he dormido, duchado con agua fría, mi caldera se ha roto, me he quemado mis partes con café recién hecho y ahora estoy en un jodido atasco monumental. Tengo ganas de pegarle a alguien.
- Vale, tranquilo. Respira hondo, visualiza una playa paradisíaca, el calor del sol, quemándote la piel, tumbado en una hamaca, con un mojito en la mano...- Y con ella en la otra, acariciando su piel morena, ardiente por el sol. Con un bonito y pequeño biquini, su risa, sus ojos verdes...-
- Mierda,Dani.
- ¿Qué, qué pasa? ¿no funciona?
- Sí que funciona...- Miré mi bragueta, saludándome en firmes.- La ostia, ahora otro problema...
- ¿Otro problema entre manos?
- Más bien entre las piernas...- Su carcajada resonó en todo el coche.-
- Demasiada imaginación,jefe.
- Por tu culpa.
- Venga, no te preocupes que yo estoy aquí, yo me encargo de todo. El señor Peralta ya ha llegado, yo le atenderé.
- Joder, no me acordaba.
- Tranquilo, tengo su informe encima de mi mesa. Te disculparé y le atenderé yo.
- Gracias, eres un cielo.
- ¿Un cumplido? Mejor piense en el aumento de sueldo. Chao.- Sonreí como un imbécil. Y llegué a la oficina pasadas las diez y media. Cuando iba a entrar en mi despacho, me paré y toqué con los nudillos en la puerta de Dani. Al no recibir respuesta, abrí, pero no estaba. Cerré de nuevo y me metí en mi despacho. Encendí el ordenador y empecé a contestar correos y llamadas. Decidí salir a la máquina a por un café, con suerte no me lo echaría encima. Marina estaba allí, la saludé y le dí un beso en la mejilla mientras metía las monedas en la máquina. Estaba rara, cabizbaja.-
- ¿Qué ocurre?.- Ella me miró levantando su cabezita y hizo un puchero.- Mierda,Marina.- La abrazé y cogiendo el vaso me la llevé a mi despacho. Marina es una chica preciosa, pelirroja con ojos azules y unas hermosas pecas en la cara. Llora y solloza en mis brazos en cuanto entramos en mi despacho. Me costó un buen ratos calmarla.- ¿Qué ocurre,cariño?
- Lo siento...
- No lo sientas.
- Menudo numerito...
- ¿Estás bien?
- Mejor después de la llantina.
- ¿Me lo quieres contar?
- Mal de amores.- Solo me dijo eso. Y yo respeté su decisión de no contarme nada más, somos amigos, y yo la quiero como a una hermana, igual que a Carol.-
- Pues ningún estúpido merece tus lágrimas. Él se lo pierde.- Por fin hizo una mueca y apareció una pequeña sonrisa en su cara. Nos abrazamos y me dio las gracias, en ese momento entró Dani.-
- Uy, perdón. Vuelvo más tarde.
- No, Dani. Yo ya me voy.- Marina se levantó de la silla.- Gracias Hugo.- Asentí y la vi marcharse.-
- Te traigo en informe de la reunión con Peralta.- Me levanté de la silla donde estaba sentado con Marina,rodee la mesa y me senté en mi silla.-
- Gracias. ¿Como ha ido?
- Bien. Se ha ido muy contento.- Levanté la cabeza del informe y miré sus vaqueros estrechos y su blusa verde. No me extraña,pensé.-
- Te debo una. Gracias.
- Solo he hecho mi trabajo.- Parecía molesta o ofendida. La miré ceñudo mientras se volvía para marcharse.-
- Dani, espera. Mi hermana... me ha pedido que te invite a una reunión el domingo. Es una pequeña fiesta de cumpleaños que mi madre va a hacerle en casa.
- ¿Ah? Eh...
- Si no puedes, no importa.
- No, bueno... iré.
- ¿Sí?
- Claro.
- Bien, Ali se va a poner muy contenta. Gracias.
- De nada. Mmm... tengo que pensar en un regalo...
- No es necesario. No te molestes.
- Por favor. No es molestia. ¿Y como será la fiesta?
- Pues... habrá vino, champán, cena... y un montón de amigos de mi madre de la alta sociedad.
- Que coñazo... ¿y eso le gusta a tu hermana?
- No, ella quería celebrarlo con sus amigas, pero mi madre no la a dejado.
- Eso no mola.- Debió ver mi cara.- ¿Estás preocupado por ella?.- Vino y se sentó en una silla frente a mi. La miré y era como un soplo de aire fresco. Alcancé el mando del equipo de música, y Romeo Santos empezó a cantar muy bajito.-
- Un poco sí, mi madre la agobia y tengo miedo de que haga una tontería.
- ¿Escaparse?
- Algo así. Por más que intento hablar con mi madre y hacerla entrar en razón... es como hablarle a la pared.
- Tranquilo. Ali es una chica muy lista. No hará ninguna tontería.- Me sonrió dulce y yo me quedé embobado mirando sus labios, gruesos y sonrosados. Dios, eran perfectos.- ¿Te gusta Romeo Santos?
- Eh... sí. A Ali también. ¿Te puedes creer que va a dar un concierto aquí,la semana que viene? Ella estaba como loca por ir, pero mi madre se lo prohibió. Pude convencerla para que la dejara ir, pero ya no quedan entradas. Está desolada. Todas sus amigas van a ir...
- Pobre... Bueno, tengo que hacer algo. Estaré en mi despacho.- Yo fruncí el ceño al ver que salía de mi despacho con tanta prisa. A las cinco me llamó Dani desde su despacho.-
- ¿Sí?
- Hay aquí una hermosa rubia de ojos azules, que desea verte.
- Voy.- Me levanté y entré en su despacho. Ali se me tiró encima a abrazarme. Vi a Dani sonreír desde su mesa.- Hola,pequeña.
- ¿Nos vamos? Me muero por comer ese helado.
- Claro, deja que haga una llamada y coja mis cosas.
- Vale. Dani, ¿por qué no vienes con nosotros?.- Yo miré a mi hermana que me sonreía con picardía y me guiñaba un ojo, y después a Dani. Que miraba nerviosa a uno y a otro.-
- Claro, Dani. Vente. Te debo una, por lo de esta mañana.
- Bueno... no quiero molestar.
- Venga, ya... estaremos encantados los dos de que nos acompañes.- Mi hermana y su sutileza... Lo pasamos realmente bien, nos sentamos en la terraza de la heladería y nos comimos un helado enorme,mi hermana se reía y hablaba de todo tipo de cosas con Dani, ella con mucha paciencia respondía sus preguntas.-
- ¡No! ¿enserio?
- Ajá. Algún día te daré una vuelta.- Hablaba de su moto.-
- Si mi madre se entera se muere.
- ¿Ah, sí?
- Mi madre siempre nos lo ha prohibido, es peligroso.
- ¿Montar en moto? Es el mismo peligro que tiene un coche, o incluso un simple peatón. ¿Por eso tu nunca habías montado en moto?
- ¿Has montado en moto?.- Mi hermana me miraba con los ojos abiertos y una mirada interrogante.-
- Sí, bueno. Una vez. Dani me dio una vuelta.- Ellas reían y hablaban de mil cosas y yo simplemente disfrutaba observándolas. A las siete llevé a mi hermana a casa, se despidió de los dos en el coche.-
- ¿Te ha invitado mi hermano a la fiesta del domingo?
- Sí, lo ha hecho.
- ¿Vendrás,verdad?
- Por supuesto,no me lo perdería por nada del mundo.
- Gracias.- La abrazó desde el asiento de atrás y esperé con el motor en marcha hasta que la vi entrar en la casa.-
- Tu hermana es una chica fantástica.- Miré a Dani que estaba a mi lado, en el coche.-
- Lo se. Es especial.
- Lo es...
- Bueno, ¿donde vamos?
- ¿Cerveza en el BMB? Quedé con Carol a las ocho.
- Perfecto. En marcha.- Hicimos el trayecto en silencio, llegamos al pub y en nuestra mesa de siempre estaban todos,pedimos en la barra y nos acercamos. En cuanto llegamos, Carol se llevó a Dani a la pista. Marina estaba sentada,cabizbaja en el sillón y Cris en otra punta con cara de seta y vaciando su jarra de cerveza.-
- ¿Qué tal?
- Bien, aquí.- Dijo Marina.-
- ¿Donde has estado? No te visto en todo el día...
- He ido con Ali a tomar un helado.
- ¿Como está?
- Preciosa y en plena adolescencia...
- Voy con las chicas.- Marina se fue y yo me quedé mirando a Cris. Estaba raro.-
- ¿Qué te pasa?
- Nada. Voy a por algo de beber.
- Te acompaño.- Fuimos hasta la barra y pedimos otra jarra de cerveza.- ¿Es por el amor imposible del que me hablaste el otro día?.- Él se encogió de hombros.-
- ¿Tu que opinarías si me fuese de la oficina?
- ¿Quieres irte? ¿por qué?
- Para cambiar de aires... había pensado que igual podías trasladarme a la otra oficina.
- No, te necesito aquí. No hagas una tontería...
- No dejaría de trabajar para ti, solo lo haría en otro lado.
- Pero yo no quiero tenerte en otro lado, te quiero aquí. Mira... no se que es lo que te pasa, pero sea lo que sea,lo podemos solucionar. Somos amigos,Cris. Yo siempre voy a estar aquí para ti.
- No, en esto no.
- Joder,Cris. Cuéntamelo.
- No puedo.
- Siempre nos lo hemos contado todo, eres como un hermano para mi.
- Lo siento,me voy a casa. Nos vemos.
- No, espera. No te vayas.
- Hugo, estoy cansado. Quiero irme a casa.
- ¿Quieres que te lleve?
- No, prefiero ir andando. Gracias.
- Te llamo mañana, ¿vienes al gim?
- Me parece bien, llámame por la mañana.- Y desde la barra lo vi alejarse, ¿porqué querría irse? Algo no va bien, lo se. Una mano me acaricia el hombro y una corriente eléctrica me recorre todo el cuerpo, antes de darme la vuelta ya sabía que era Dani.-
- ¿Todo bien?.- Asiento.- ¿Me invitas a un cigarro?
- Claro.- Salimos a la puerta y le tendí el paquete arrugado de marboro. Encendimos un cigarro y ella se apoyó en la pared con aire distraído.- Estoy preocupado por Cris.- Ella no dijo nada. Solo escuchó atenta.- No me quiere contar lo que le pasa, se que es relacionado con una mujer, por que me lo contó, pero no quiere decirme nada más. Ni siquiera quien es, o si la conozco...
- A lo mejor no está preparado.
- Siempre nos lo hemos contado todo.
- Dale tiempo. Intenta no agobiarlo, que sea él quien decida cuando y como.- La miré y me miraba con sus ojos verdes y transparentes, como si pudiese verme más allá de lo físico. Sentí deseos de acariciarla, de sentir su tacto en mi mano. De comprobar la suavidad de sus labios. Y por un momento, llegué a pensar que ella también lo deseaba. Que ella también deseaba acariciarme y besarme. Hubo un silencio entre los dos,entonces ella apagó su cigarro, lo pisó y levantó su mano hacia mi cara. Su mano ardía en mi mejilla, podía sentir como el corazón me bombeaba con fuerza. Como si quisiera salírseme del pecho. Con el pulgar fue acariciándome el labio inferior. Yo me quedé inmóvil, todo mi cuerpo quería tocarla y acercarla a mi, pero mi cerebro no me respondía. Se puso de puntillas y enredó sus dedos en mi pelo.- Eres un buen hombre,Hugo.- Se acercó un poco a mi, y me besó con dulzura en la mejilla. Sentir sus labios fue algo realmente nuevo para mi. Mi cuerpo ardía en deseo y solo pude verla marchar calle abajo. La sensación de desolación al verla irse,me hizo sentir como si me hubieran echado una cuba de agua fría en lo alto. Sí que sentía algo, me dije. Debe de sentir algo, no puede mirarme así como ha hecho, si no sintiera nada más que amistad. Vi deseo en sus ojos. Ví como le brillaban cálidos, como me recorrían los labios, observándolos con adoración. No puede ser solo amistad. No puede ser solo eso.
Corría a toda velocidad en la cinta, sudoroso y ensimismado. Cris estaba haciendo pesas a mi lado, al final decidimos no ir al gimnasio público,y nos quedamos en el que yo tenía en mi casa, en la segunda planta. No me di cuenta ni del rato que llevaba corriendo, ni de la velocidad, pero empezaba a dolerme las piernas.-
- Si no paras vas a morirte de un infarto,capullo.- Fuí poco a poco bajando la intensidad de la cinta hasta que esta, paró del todo. Me bajé y me senté en un banco mientras me secaba el sudor de la cara con una toalla.- ¿Estás enfadado porque quiera irme?
- No, no. Bueno,no me gustaría que lo hicieras. Pero como amigo, te apoyaré con la decisión que tomes.
- Gracias. Solo estoy barajando la posibilidad, no es seguro.
- Si estuvieras mal, me lo dirías,¿verdad?
- Claro. Eres mi mejor amigo,Hugo. Es solo que...necesito tiempo. Nunca he tenido esta clase de sentimientos,nunca me he sentido así. Es todo muy confuso. ¿Y a ti que te pasa?
- ¿A mi? A mi nada.
- ¿Y entonces? ¿Porqué corrías como si te fuera la vida en ello?
- Estaba pensando.
- ¿En qué?
- En todo y en nada. Que se yo...
- ¿En Olivia?.- Nos cambiamos de sitio, él empezó a correr en la cinta y yo cogí las pesas.-
- No.
- ¿Has vuelto a verla?
- No.
- ¿Lo harás?
- No lo se.
- ¿Qué hay entre Dani y tu?.- Solo con oír su nombre noté como me subían las pulsaciones,el corazón me latía con fuerza.-
- Nada.
- Venga,ya...
- Somos amigos.
- Te desea.- Ojalá fuera verdad,pensé.- Solo hay que veros juntos, la tensión sexual que hay entre vosotros salta a la vista.
- No lo creo.
- Pues será que estás ciego.- Comimos juntos en mi casa y luego me eché una siesta de tres horas. No había dormido una siesta igual en años... Me duché y me vestí con unos vaqueros y una camiseta de manga corta negra,y me fui camino del BMB,Cris me esperaba en la puerta fumando. Entramos y me quedé embobado con Dani, que llevaba una falda corta, que dejaba entre ver sus muslos y sus fantásticas piernas. Llevaba una camiseta de tirantes negra con un escote de vértigo.-
- Dios,que tetas...
- ¿Qué?
- Nada, nada, vamos a la barra a por unas copas.- Fui con Cris a la barra y saludé a Carol y Marina con la mano, pedimos dos gin tónic y fuimos a la mesa con ellas. Nos saludamos y entablamos conversación. Estaba enfrascado en una conversación con Carol cuando ví que el teléfono de Dani sonaba, y ella con una sonrisa se levantó y atendió la llamada. La observé y parecía contenta y feliz, ¿con quien hablará?.-
- Hugo. ¡Hugo!
- ¿Qué? Perdona.
- Nada, vamos a bailar.- Salí a la pista a bailar con Carol, no lo hacía demasiado bien, pero así tenía mejor panorámica de Dani, que se encontraba en la barra, esperando a alguien. Los hombres se empujaban unos a otros para acercarse a ella, no los culpo, el local está lleno de mujeres,pero ninguna como ella. Unos minutos más tarde, veo aparecer a un guaperas, moreno, alto y fornido. Se abrazan y hablan al oído. Me cago en mi vida, la sangre me hierve al ver como la abraza, como le acaricia el pelo y la cara. Y ella sonríe feliz. He apretado los puños y estoy deseando de cruzar la pista y darle un puñetazo en toda la cara. Cris viene y me arrastra hasta la mesa.-
- Eh, Hugo. Calma, tranquilo.
- Estoy tranquilo.
- Los cojones, estás a punto de ir a zurrarle.
- No.
- Sí, te conozco.- Me siento en el sofá y vacío mi copa de un trago.- ¿No era que no había nada entre vosotros?
- Y no lo hay. Estás sacando conclusiones erróneas.
- Me tomas el pelo,¿verdad?.- Veo a Dani salir fuera con el tío moreno. Me vuelvo y miro a Cris. Él me mira con cara de pena.- Venga, vamos a por otra copa.- Vamos a por otra copa a la barra y vuelvo a bailar con Carol y Marina. Quince minutos después vuelve Dani y baila con nosotros, yo no puedo ni mirarla a la cara. Me siento furioso, fuera de sí. Me bebo unas copas más y me siento con Marina en el sillón. Empiezo a notar el efecto de tantas copas y tantas emociones. Dani viene hacia nosotros con Cris. Parece contenta,está algo sonrojada por el baile. Cris me mira intentando averiguar mi estado. Yo le sonrío para que se quede tranquilo. Habla con Marina despacio, y se enfrascan en una discusión. Dani me mira y me sonríe.-
- ¿Te lo pasas bien?
- No tanto como tú.
- ¿Como?.- Ella parece sorprendida y aunque no era mi intención, Marina y Cris también nos miran sorprendidos, me han oído. Yo la miro con cara de asco,niego con la cabeza y me voy hasta la barra. Ella me sigue.-
- ¿Qué cojones te pasa?
- Olvídame.
- Eres un imbécil. ¿Qué te he hecho?
- Eh, chicos. Yo también quiero una copa.- De no ser por que aparece Cris, le hubiera dicho cosas de las que seguramente me hubiera arrepentido.-
- Cris, pídeme un gin tónic. Voy al servicio.- Empiezo a notar que me cuesta mantener el equilibrio, me cuesta horrores llegar al servicio. No tardo mucho en salir, quizás cinco o diez minutos. Pero cuando salgo del baño, y miro hacia la barra, lo que veo me hace añicos. Dani y Cristian se están besando. No es un beso cualquiera,es un morreo en toda regla. Mi amigo, y mi... ¿secretaria? No es nada mio, no debería ponerme celoso. No. Ni por Cris,ni por ningún otro. En ese momento entra en el local Olivia acompañada de Raquel. No lo pienso y avanzo a grandes zancadas hasta ella. Cuando llego justo en frente de ella, la agarro de la cintura y la aprieto junto a mi cuerpo, ante su sorpresa. La agarro de la nuca y la beso con pasión, con brusquedad. Ella sonríe y yo la cojo de la mano y me la llevo a la pista. Bailamos juntos durante un buen rato.-
- Hugo, necesito una copa.
- Vamos.- La cogo de la mano y vamos a la barra. Me la llevo hasta nuestra mesa, y veo a Dani y a Cris hablando. Ella alza la mirada y nos mira. Por un momento parece apenada, pero luego me acuerdo de como se besaba con mi amigo y hago como que no me importa. Aprovecho para abrazar a Olivia por la cintura y pegar mi nariz en su cuello.-
- Para, para Hugo, me haces cosquillas.
- No es lo único que quiero hacerte esta noche,preciosa.- Dani se levanta y se va. Cris me mira ceñudo.-
- ¿Olivia nos dejas a solas?
- Claro,voy al servicio.- Le doy un palmotazo en el trasero mientras se va, la observo andar, con un vestidito corto y unos tacones de infarto.- ¿Se puede saber que estás haciendo?
- ¿Y a tí que te importa?
- ¿Qué a mi que me importa? ¿estás borracho? Te estás comportando como un gilipollas,Hugo.
- ¿Quién de los dos?
- ¡Tú!
- Y una mierda. Piérdete,Cris.
- Que te jodan,Hugo. Eres un puto capullo.
- ¿Y quién me lo dice?.- Yo me voy hacia la salida, furioso y un poco mareado por el alcohol. Cristian viene detrás de mi.- ¡Déjame en paz!
- ¡Y una mierda! ¡No estás para conducir,Hugo!
- Que te follen.
- Dame las llaves del coche.
- Que te den.
- ¡Dame las putas llaves!
- ¡Una mierda!
- ¡Eres un puto loco! ¿Qué te está pasando?
- ¡Tú me pasas! ¡que no me dejas en paz!
- Dame las llaves, Hugo. No te lo voy a volver a repetir.
- ¡Qué no te enteras que no quiero saber nada de ti! ¡Eres un cabrón! ¡Se suponía que eres mi amigo!.- Forcejeamos delante de mi coche aparcado en la acera de enfrente, Cris intenta quitarme las llaves y yo me resisto.-
- ¡Basta,parad!.- Dani grita corriendo hacia nosotros, yo aprovecho que Cris baja la guardia y le asesto un puñetazo en la mandíbula.-
- ¡Ya podéis marcharos dentro, o a un hotel!.- Yo me monto en el coche y arranco. Conduzco como un loco,me duele el puño, la cabeza y me siento mareado. No recuerdo muy bien, pero creo que paro el coche en una cuneta. Apoyo los brazos en el volante y hecho la cabeza. Recuerdo la luz de un faro deslumbrarme.-
- Está aquí. Está bien.
- Deja que lo vea.
- No, vete a casa.
- Pero...
- Vete a casa. Vete. Te llamaré,te lo prometo.- No recuerdo nada más. Me levanto de la cama con un dolor martilleante en la cabeza. ¿Cómo he llegado a la cama? Dios, como me duele la cabeza. Me levanto a duras penas, agarrándome a la pared del pasillo, llego hasta la cocina. Hay café recién hecho, y encima de la encimera de la cocina un vaso de zumo y unas pastillas de ibuprofeno. Me las tomo y doy un trago al zumo. Subo a la planta de arriba, siguiendo el ruido y me paro frente a la cristalera de mi gimnasio. Cristian está corriendo en la cinta con los cascos puestos. Toco en el cristal con los nudillos, y él se saca los cascos. Entro.-
- ¿Qué haces aquí?
- ¿Qué crees, que llegaste hasta tu cama por arte de magia?
- Eh...no se, no lo recuerdo.
- Normal. Con la tajada que llevabas.
- ¿Qué te pasa en la cara?
- Un capullo de mierda me dió un puñetazo.- Hago memoria,sí. Lo recuerdo.- ¿te acuerdas ya?
- Sí.
- Bien.
- También me acuerdo de verte besarte con Dani.
- Sí.- No lo niega. Aprieto la mandíbula con rabia.- Tiene su explicación.
- Me gustaría oírla.
- No soy yo quien tiene que dártela. Pero no sabes como me jode, que creas que yo sería capaz de hacerte eso. Se que te interesa, por más que tú digas que no. Se que la deseas, y yo jamás haría nada con ella.
- Se lo que vi.
- No te lo discuto. Pero he prometido no decir nada.
- Eres mi amigo.
- Lo soy desde que teníamos dieciséis años. Y lo sigo siendo.
- ¿Como has podido?
- ¿Confías en mi?.- Lo pensé por un momento,por más que me doliera verlo besándose con Dani,maldita sea,confiaba en él. Y en cualquier caso, tampoco soy nadie para enfadarme.-
- Sí,joder.- Asiente.- ¿Es ella? ¿es el amor imposible del que me hablaste?
- Por supuesto que no.- Suspiro.-
- Date una ducha. Te espero para desayunar.
- ¿Quieres que vayamos juntos a la casa de tu madre?
- ¿Vas a ir?
- Tu madre me invitó. Pero si no quieres...
- Paso a recogerte a las seis y media.

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