Entrega

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La tensión era palpable, de eso no había duda, algo había pasado entre esos dos, eso era lo que pensaba el enano al ver la distancia entre elfo y hombre, normalmente hablaban muy animadamente e incluso bromeaban. Pero hoy...parecía que se había perdido de algo muy importante. Carraspeo tratando de llamar la atención, mas era ignorado olímpicamente.


─por todas las barbas y la buena cerveza, ¿se puede saber que les pasa a ustedes dos?─ El elfo desvió la mirada─ ¡por favor! Están actuando como dos extraños ¿Dónde está el elfo loco? ─ dijo mirando al elfo─ y tu Aragorn ¿Dónde quedo esa energía? ─


─no creo que sea el mejor momento para hablar...─


─oh no, si ustedes se pelearon y no me lo quieren decir, mínimo reconcíliense, no puedo más con esta atmosfera─


─por favor, Gimli, no...─trato de hablar el elfo.


─no nada, por favor mi hacha, ¡ni que fueran una pareja en su primera discusión!─ entrecerró los ojos al ver como un sonrojo corrió a las mejillas del elfo, su instinto enano le decía que había más.


Aragorn arto de la situación comenzó a adelantarse, tenía mucho en que pensar, despreocupadamente comenzó a juguetear con el collar que Arwen la había obsequiado.

Arwen... se sentía fatal al recordar que estaba a punto de traicionarla.


─ORCOS!­─ el grito del enano lo hizo salir de su trance, no había tiempo para arrepentimientos, debía de asumir su...


Error...


No eran más que un grupo de exploradores, pero eso solo les advertía que vendrían más. La noche no había tardado en llegar, el enano cayo rendido, quedando alrededor de la fogata, elfo y hombre en un incómodo silencio.


─lo siento...- apenas y susurro el elfo


─no, el que lo siente soy yo─ respondió viendo las llamas bailar─ no supe detenerte, me deje vencer─


─ Aragorn...yo...─


─Legolas, lo que ocurrió, olvidémoslo─


─no me pidas que haga algo que no podre, no lo hare, porque yo, yo ansiaba que pasara....─


─ ¿Qué? ─


─deseaba estar, con la persona que escogió mi─


─Legolas, yo...tu sabes que yo tengo a alguien...no sería justo traicionarla, no así─


─lo sé, créeme que lo se Aragorn... pero yo estoy aquí, ahora, créeme cuanto te confieso que hice mucho para desterrar este sentimiento... hice de todo con tal de conservar nuestra amistad...pero me es imposible...­ya...ya no puedo más ─el elfo incapaz de seguir se precipito al bosque totalmente desarmado.

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