Mi vida a tu lado

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Los días habían pasado con relativa calma, después de interrogar a los soldados que regresaron junto con Faramir solo habían obtenido más preguntas que respuestas, lo que si era innegable, un amotinamiento se estaba dando en Osgiliath y el único que podía darle respuestas era su senescal.

Este era custodiado día y noche por su pareja, Haldir de Lórien.

El capitán ahora tenía bajo su responsabilidad a la bebe que su amado había rescatado. Con la ayuda de Lady Galadriel y los consejos de los ya estrenados padres Aragorn y Legolas había aprendido lo necesario para criar a la bebé. Al inicio le había costado, vaya que le había costado. Él, gran capitán que estaba acostumbrado a blandir espadas y tensar arcos ahora debía aprender a preparar biberones y cargar con delicadeza. Todo un reto para el inexperto capitán.

Cinco días habían pasado y el senescal aun no despertaba, cada tarde Haldir y la bebe lo visitaban y permanecían al lado de este hasta entrada la noche. La pequeña adoraba los brazos de Haldir, era el único lugar donde no lloraba y dormía con tranquilidad. Galadriel había partido junto a su nieta a Lórien siendo escoltados por Gandalf, él decidió quedarse con el permiso de su señora, quien acepto deseándole suerte.

–Aiya Haldir– Saludo Legolas entrando a la habitación, el aludido hizo el ademan de levantarse, más el elfo negó con la cabeza sonriéndole– Vine a ver si había algún cambio–

–Sigue dormido– Contesto mientras mecía a la pequeña.

–Aun no la nombras–

–Quiero hacerlo cuando Faramir despierte, quizá haya pensado en algún nombre– Legolas asintió comprensivo. Él también hubiese esperado por Aragorn. Justo cuando estaba por retirarse pudo ver como un ligero tic aparecía en la mano del senescal, Haldir también lo notó, pues se puso de pie inmediatamente.

–Faramir– Llamo el galadhrim, expectantes ambos elfos no dejaban de ver al humano.

–Haldir...– El nombrado sonrió con alivio y se acercó para acariciar el rostro de este.

–Aquí estoy–

–Iré a dar la noticia– Anuncio Legolas saliendo de la habitación.

–Humano tonto– Hablo Haldir– Realmente me preocupe– Pudo ver la pequeña sonrisa en el rostro de su pareja. – No rías–

–Me alegra que te preocupes por mí– Trato de sentarse en la cama, acto que le arrancó un gemido de dolor.

–Recuéstate, la herida aun no cierra–

–Haldir, ¿Por qué cargas con un bebe? – Este miró a la pequeña y luego al senescal para sonreírle.

–Tú la rescataste–Este asintió – Lady Galadriel hablo con Aragorn y Legolas aludiendo de que no había nadie que pudiese cuidar de una bebe elfo–

–¿Y? –

–Faramir, ella es nuestra– El nombrado abrió los ojos con notable asombro. Miro al Galadhrim buscando alguna señal de broma, más no encontró más que un rostro irradiando luz.

–Estas...Estas diciendo que ella es nuestra... ¿hija? – Haldir bajo el rostro con notable bochorno. –¡Oh Haldir! – Dijo con felicidad mientras tomaba la mano de este. – Es una gran noticia, no sabes cuan feliz soy ¡Somos padres! –

–Humano escandaloso– Este rio aún más.

–Te amo– Haldir se acercó depositando un corto beso en los labios contrarios. No paso mucho tiempo para que todos estén reunidos en la alcoba del senescal.

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