─¡ Cómo que no sabe! ─ grito el rey ofuscado ante el miembro del consejo encargado de la guardia personal, aquel que conocía los caminos más recónditos, o eso se decía, pues quien estaba frente a él era un joven quien estaba sustituyendo a su fallecido padre.
─mi rey, por favor entienda que el palacio posee muchos pasajes secretos, no todos los conozco yo, majestad, hay pasajes que solo los debería de conocer el rey y los más altos consejeros, yo no estoy incluido entre ellos, por favor perdóneme─ el aludido no lo podía creer, ya tenía la esperanza a vivo latido
─ Aragorn, ¿los consejeros más altos no te podrían ayudar en ello? ─ Haldir se mostraba tranquilo, pero muy atento a la posibilidad de encontrar al elfo Silvano.
─los mas altos lords no me tiene en su agrado y mucho menos a Legolas, pero si de algo estoy seguro es que no me fio de ellos. Haldir ¿el viento no ha vuelto a susurrarte? ─
─lamento mucho que el viento se encuentre ahora callado, lo importante es buscar el pasaje secreto que nos guie hasta Legolas─
─majestad─ se atrevió a hablar el joven miembro del consejo ─ en la biblioteca real, entre tantos libros podemos hallar la estructura del castillo ─
─o simplemente puedes hacer una reunión y exigir los datos que necesitas Aragorn─
─Faramir, ¿Cuánto tempo tardara reunir a todos para una reunión de urgencia? ─
─ A lo mucho unas tres horas o más, majestad─ no lo pensó mucho, el rey quería a su elfo.
─reúnelos, Haldir y tu ─ apunto al consejero ─ vamos a desempolvar algunos papeles─
*
Sus labios estaban resecos, sus ojos escocían por forzarlos tanto tiempo en la oscuridad, ni un rastro de luz colaba al lugar, ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? ¿Un día? Más que seguro. No se sentía para nada bien, la boca del estómago le escocia y leves mareos lo atacaban, el mismo no sabía que síntomas eran esos, era un elfo, nunca había enfermado y sin embargo parecía que ahora estaba por hacerlo.
No había ruido alguno en el lugar, por lo que supuso que estaba solo, al fin después de mucho tiemo0 podría intentar escapar y ni corto ni perezoso comenzó a intentar, las cadenas de hierro estaba adheridas a la pared y fuertemente ceñidas en torno a sus finas muñecas se levantó del piso mohoso, su pie derecho tenía un grillete aferrado, ¿Qué clase de encarcelamiento era ese? Ni que fuese un Uruk-Hai, estaba indignado. Si bien podría arreglárselas el problema en las muñecas, el grillete de su pie suponía un mayor reto. Sin hacer ruido comenzó a girar su mano, primero la derecha, pronto su blanca piel fue tornándose rojiza, la giro con más fuerza logrando cortarse, la sangre caía lentamente, siguió girando ahora tratando de esparcirla por todo el contorno, junto los dedos u comenzó a halar, mentiría si dijese que aquello no dolía, pero era mínimo en comparación con sus ansias de salir, pero ocurrió algo que no estaba en sus planes el mismo olor de su sangre mezclándose con el horrible olor del lugar le creo una sensación de vértigo y su sangre manchando su mano lo llevo a contener una arcada, inhalando todo el aire posible continuo su labor.
Pasado un tiempo logro liberar la magullada y ensangrentada mano, al verla el sentimiento de vértigo volvió y las ganas de vomitar con ella, se giró su cuerpo lo más lejos que pudo ante la primera arcada vaciando sobre el fétido lugar nada más que jugo gástrico y la inexistente comida de su estómago. La garganta le ardía de tantas arcadas, sus ojos vidriosos de lágrimas, estaba anonadado, jamás en su vida había vomitado, había visto los horrores dela guerra y nunca sintió tal vértigo y ahora por su mano ensangrentada y el fétido olor devolvía todo, eso no era normal. Una vez más calmado pero no menos asqueado se apoyó en la pared, de pronto todas sus ganas de salir se había esfumado, respiro hasta llenar de oxigeno cada rincón de sus pulmones, no iba a quedarse ahí encerrado, no lo iba a hacer. Miro su entorno en busca de algo con que liberar la otra mano presa, no quería volver a cortarse y menos repetir la escenas ya vivida, no quería revivir ese sentimiento ni todo lo que lo paso después. Tanteo y agudizo sus sentidos, algo debía de haber ahí, lo que fuera. Nada no hallo más que moho y cosas que ni quería pensar lo que eran.
Iba a comenzar a cortar la mano izquierda cuando se fijó en su túnica, un pequeño adorno colgada en la cintura, con cuidado lo retiro, un pequeño adorno elfo, sonrió al verlo, busco algún extremo que lo ayudase a abrir el grillete faltante. Le tomo menos tiempo de lo que esperaba, ya con las manos liberadas trato de proseguir con el grillete del pie, su cabeza no dejaba de girar, tuvo que detenerse y respirar, ¿Qué le estaba pasando? Tardando mucho más tiempo de lo esperado, logro liberarse. Se levantó abruptamente lo que le causó un gran mareo, trato de acercarse a las rejas pero su cuerpo le fallaba y cuando menos lo espero, perdió todo conocimiento.
*
─¿pero cómo sabemos que lo que dice es real? No es más que otro elfo─ paciencia era lo último que le quedaba al ex montaraz, la reunión había empezado hace ya una hora, una hora y nadie se atrevía decir algo conciso, solo daban vueltas al asunto, y Lord Canwesst no tenía intención de aparecer. El tiempo le parecía eterno, los segundos, los minutos, todo era eterno.
─Haldir es un gran amigo, señores, ahora el príncipe heredero de Mirkwood está preso en una de nuestras celdas ¿Qué creen que diría el Rey de Bosque Negro?, esto no es algo que se deba tomar a la ligera, podría desencadenarse una guerra, ahora mismo el que sepa algo que hable ahora─
La sala quedo en silencio, pareciera como si todos su hubiesen dado cuenta de la gravedad del asunto.
─majestad─ uno de los más ancianos hablo ─ creo... no hay una sección en especial que supuestamente fue destruida, pero si el elfo aquí presente insiste en que el príncipe está en el castillo puede ser que nunca haya sido destruida. ─ todos los presentes guardaron silencio.
─entonces no esperemos más, guíeme al lugar ahora mismo─
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Mellon nin
FanfictionLa guerra por el anillo está llegando a su fin, pero durante su desarrollo nuevos sentimientos salieron a flote para un dunedain que deberá discernir los verdaderos sentimientos de su corazón y elegir a ese ser amado. Legolas se encuentra con un n...