Epilogo: Cien años

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Por el paraje que antes se vestía solo por la tierra y en el que ahora yacía cubierto de verdes campos, una comitiva cabalgaba hacia el imponente reino de los humanos.

Era apenas una comitiva de diez elfos, quienes a trote lento se cabalgaban.

Las banderas del reino de Lothlorie se hondeaban con el viento de la mañana, el Anar apenas se asomaba por el horizonte, sutiles rayos de luz alumbraban el camino, sin embargo el cielo se pintaba de gris, bajo la cabeza, era como si el día representase su estado anímico.

Cuántas veces habían recorrido ese camino juntos...Si cerraba los ojos podía escuchar su voz, tan calma, llamándolo. Podía ver su figura sonriéndole y su mano extendiéndose hacia él. Tuvo que abrir los ojos cuando sintió una mano posarse sobre su espalda.

Miro al lado, la elfa de cabellos marrones le sonreía conciliadora. Respiro tratando de que el aire llegase a sus pulmones, su corazón resentido sabía lo que se aproximaba.

Debía ser fuerte.

Las puertas del reino fueron abiertas de par en par para la comitiva, el pueblo saludaba a los recién llegados, sin embargo el ambiente se sentía melancólico.

Subieron hasta llegar al jardín principal del palacio. En las puertas principales la familia real los esperaba con una grata sonrisa de bienvenida. Aragorn y Legolas se acervan seguidos de sus mellizos y su bella hija.

Los elfos desmontaron los corceles y se retiraron llevándose el suyo y el de su acompañante, acomodo su abrigo, el invierno estaba próximo y parecía que este sería uno fuerte.

─Mae Govannen, ha sido un largo tiempo sin verte mellon nin─ Saludo Aragorn. ─ Igualmente a ti Nallüa. ─

─Has crecido desde la última vez que te vimos─ Secundo Legolas sonriéndoles.

─Ha sido un largo tiempo, pero ya estamos aquí─

─Tio Haldir, nos da gusto volver a verte─ Eldarion, siendo más efusivo se acercó abrazando al galadhrim.

─Es un gusto volver a verlos, han crecido tanto─ Y no era para más, los mellizos ya no eran unos pequeños elfitos, no, ahora eran unos grandes he imponentes elfos y Melian era una hermosa elfa.

─Pasemos, hemos preparado sus habitaciones y el desayuno pronto será servido. ─ Comento Legolas. Los recién llegados asintieron y siguiendo a los reyes ingresaron al palacio.

Para Haldir, volver a ese lugar era realmente doloroso.

Esos pasillos los había recorrido a su lado.

¡Cuánto no había vivido entre esas paredes!

─Ada─ Nallüa llego a su lado tomándolo de la mano ─ Es bueno volver a casa─

─Lo es─

Legolas los guio hasta sus nuevos aposentos, en la segunda planta, lejos del que era su alcoba. El consorte se retiró no sin antes informarles que el desayuno sería servido dentro de diez minutos.

─¿No tendrás tu habitación? ─

─Quiero dormir contigo Ada─

─¿No estás muy grande para ello? ─

─Claro que no ─ Contesto juguetonamente mientras se lanzaba a la cama ─ Oh, después de cabalgar por tanto días es realmente cómodo─

─Deberías tomar un baño y cambiarte Nallüa ─

─Ve primero tu Ada─ El mayor asintió y sacando una elegante túnica negra con bordados en plata y ligeros matices plomos se dirigió a la ducha. La elfa opto por un vestido azul marino con bordados en marrón oscuro, una pequeña tiara de plata y un collar con un pequeño colgante, un bello dije ovalado con un pequeño zafiro incrustado al centro. Ni bien salió el galadhrim la elfa ingreso a la ducha.

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