Una pequeña en la vida del capitán

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Thranduil se hallaba sentado en una de las bancas de jardín mientras veía a sus nietos jugar con Celeborn en la verde hierba.

–Abuela ven a jugar con nosotros– Un ligero tic ataco una de las frondosas cejas, Celeborn le había dicho que lo llamasen "abuela". Miro al Teleri quien solo le sonrió como él sabía hacerlo, resignado se sentó en el pasto, no pudo evitar reír al ver como Eldarion tiraba de los albinos cabellos del Teleri, uniéndose al pequeño decidió también tirar de las largas hebras contrarias ganándose una mirada de reproche por parte del Lord. Este no dudo ni un minuto en abalanzarse sobre el Sindar y depositar un corto beso.

–Mira abuelo– Llamo Lasgalen mientras sacaba el colgante de su collar– El señor Gandald nos lo obsequio–

–Es una gema de luz de estrella, Elbereth siempre los protegerá– Acaricio la cabeza de su nieto, percatándose pronto de la mirada de Celeborn– ¿Ocurre algo? –

–Solo te imagino en esos días cuando cuidabas a Legolas, debe haber sido muy hermoso verte con un bebe en brazos y esa faceta cariñosa tuya–

–Celeborn...–

–Realmente me hubiese gustado estar a tu lado y criar a nuestro hijo, juntos– Bajo la mirada ante esa idea de lo que pudo ser, rápidamente Thranduil la alzo.

–No pienses en ello, el pasado no tiene solución– Este sonrió y beso la mano de su amado. El sonido de un estruendoso cuerno hizo que se separasen de inmediato, Celeborn se levantó para observar desde el balcón.

–Han regresado– Informo a su compañero– Pero solo regresaron cuatro– Busco con la mirada al senescal– No veo a Faramir– Cuando se giró se encontró con el rostro desencajado de su capitán, este hecho a correr tan pronto como escucho el nombre de Faramir.

No le importo empujar cuanto ser se cruzara en su camino, tenía que llegar a donde estaban los soldados, Faramir tenía que estar entre ellos. Cuando llego a la entrada del palacio pudo ver como uno de los caballos arrastraba sobre un escudo el cuerpo del senescal. Corrió al lado de este tratando de despertarlo, noto la mancha de sangre a un lado, era una horrorosa herida y si no la atendían ahora Faramir moriría desangrado.

–¡Faramir! – Aragorn y Legolas llegaron tras de él, pidieron que llevasen al senescal a su habitación y a un sanador, justo cuando estaba por seguirlos uno de los soldados lo retuvo.

–Faramir salvo a este bebe, por favor llévelo con un sanador– Para cuando se dio cuenta tenía un bebe en brazos, lo miro bien, no era un bebe humano, era elfo, eso lo extraño, mas no podía detenerse a pensar, el bebé no se veía nada bien y debía ir con Faramir.

–Lord Elrond– Lo llamo a su habitación, rápidamente la puerta fue abierta por la hija de este– Mi señora Arwen, ¿Esta su padre? – El aludido se asomó al lado de su hija– Mi señor, necesito su ayuda– Explico mientras mostraba el bulto en sus brazos. –

–Pasa– Aceptando la orden Haldir ingreso, se podía ver la preocupación y desesperación en su rostro. –¿Qué ha ocurrido? –

–Necesitamos su ayuda, han herido gravemente a Faramir en batalla– Miro al bebe– Y él salvo a este bebe antes de que lo atacaran– Se lo entrego al Lord quien se vio sorprendido al ver al pequeño elfo.

–Tengo entendido que fue a Osgiliath, por qué un bebe elfo– Se cuestionó mientras acunaba al bebe en sus brazos y lo revisaba. – Límpialo bien y abrígalo– Indicó a su hija. – Vamos con Faramir– Haldir asintió y junto al Lord fueron a los aposento del senescal. Encontraron a un grupo de sanadores junto al senescal, Aragorn estaba a un lado con el ceño fruncido.

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