Planes de una coronación - Parte 2 "complot"

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Agotado, esa era la palabra que mejor lo definía en esos instantes, irritable era otro posible adjetivo, llevaba días sin poder estar junto a su amado elfo, todo debido a los preparativos de la bendita coronación y la forzada boda. ¿En qué idioma debía de hablar para que sus viejos consejeros entendieran su decisión? no sabía cuánto tiempo más soportaría, pero su paciencia se estaba terminando.


Iba camino al despacho cuando escucho la conversación de dos de sus consejeros.


─ sabía que era solo una fachada, todos los consejeros están al tanto de esta falta, pero Lady Canwesst no ha querido hablar, ¡tan noble la doncella!, el ya no puede segur en este reino─


─tiene toda la razón, no solo lleva aquí más de dos meses, si no que se atrevió a ir en contra de una damisela del reino─


─ no creo, tal vez haya sido un accidente ─ hablo un joven consejero


─¿De qué lado estas? ¡Claro que lo hizo! Hubo testigos, el rey debe saberlo ─


─ ¿Y qué es exactamente lo que debo saber? ─


─ Su majestad, debe ir a la reunión, es urgente ─ iba a cuestionar cuando un agitado Faramir llego a su lado, se alejó de los consejeros dispuesto a escucharlo .


─Mi señor, debe ir a ayudar a Legolas ─ su alarmas se dispararon ¿Qué había pasado? ─ el rumor se ha expandido mas rápido de lo pensaba ─


─ ¿Qué rumor Faramir? ─


─ Lady Annethiel ha sufrido un accidente, están acusando a Legolas de haberlo causado ─ lo miro esperando por más información ─ se dice que Legolas la empujo por las escaleras, otros dicen que la soltó cuando esta resbalo dejándola caer, los presente lo acusaron y por órdenes de uno de los consejeros apresaron al príncipe Legolas llevándolo a los calabozos ─


Todo lo que había dicho Faramir carecía de sentido, era imposible que algo asi sucediese, no con su elfo.


─ ¿Quién dio la orden? ─ Su voz sonó fría, estaba comenzando a impacientarse.


─ no lo sé, estoy investigando mi señor─ Aragorn giro sobre sus pies cambiando de rumbo, no permitiría que su amado elfo siguiese en un calabozo, claro que no, arreglaría todo el asunto, anunciaría su boda con el elfo y terminaría con tanto drama, porque si, ya estaba harto, ni los orcos le daban tanto dolor de cabeza. ─ Majestad, hay una reunión sobre este problema, los consejeros lo están esperando, reclaman su presencia─


─pues que esperen, iré por Legolas y después me encargaré de hallar la verdad de esta falacia, porque ambos sabemos que esto no es más que un vil mentira, ve y diles que el rey  va en camino─ soltando un suspiro Faramir obedeció.


Las botas del rey sonaban con fuerza contra el frio suelo, molesto era poco, derrochaba rabia y más porque no había podido defender a su elfo, no lo había podido defender de su propia gente, se sentía ridículo, molesto. Bajo las escaleras pensando que decir cuando lo viera, como disculparse, peno en tantas maneras que ya había llegado a su destino.

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