Capítulo 37

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Ese maldito ruido infernal me estaba crispando los nervios, deseaba gritar y pedirle a Harry que acallara ese sonido. Pero no sabía porque motivo mi cuerpo no reaccionaba a los mandatos de mi cerebro.

-Todo va estar bien chaparra, tranquilízate – no entendía porque Harry me consolaba y no entendía porque ese ruido no dejaba de escucharse.

-Pronto llegaremos, trata de tranquilizarla – era la voz de Anne pero ¿a qué se refería?

-Chaparra respira – ¡el ruido el maldito ruido me estaba volviendo loca! – amor por favor mírame – busque desesperada el contacto de su mirada.

Y fue cuando todo a mi alrededor se enfocó, y entendí que el ruido que tanto me estaba desesperando eran mis sollozos.

Recordé como en una secuencia todo lo que había pasado desde que Harry atendiera la llamada de su madre. Su rostro ensombrecido, su voz cortada, el choque de sus palabras, el revoltijo de sabanas en el suelo, la desesperación apoderándose de mis actos.

Todo se repetía en mi cabeza una y otra vez; al igual que sus palabras.

Lo siento chaparra, lo siento tu tía…

No lo podía aceptar, mi corazón no se resignaba a aceptarlo, pero debía ser fuerte, no podía encerrarme en mi dolor.

-Estaré bien – mi voz hipeando pero con fuerza suficiente, para que los sollozos se extinguieran.

Nadie dijo nada más en los minutos restantes de camino; mi corazón acelerándose en el momento que el carro subió la estrecha calle que llegaba a la casa de mi tía.

La fachada de la casa que siempre me había parecido pintoresca y alegre, en esta ocasión me recibía con un moño de luto en la puerta, dándole un aire oscuro al resto de la casa.

Todos salimos del coche, en completo silencio. En cuanto Anne había hablado con Harry, todos nos dirigimos a Toluca. Los padres de Harry siempre habían sido unidos a mi familia y le tenían un especial afecto a mi tía Andrea. Así que me alegraba tenerlos conmigo en estos momentos.

Harry tomo mi mano y me sonrió, sabía lo que decía esa sonrisa y no pude evitar sumergirme en sus ojos. Que en este momento eran lo único que me mantenían sujeta a la realidad.

Mi tía Anne estaba a punto de tocar la puerta, cuando esta se abrió, dejando ver a mi madre; aunque ella parecía muy diferente, podía asegurar que tenía arrugas que no estaban en su rostro antes, sus ojos hinchados debido a las lágrimas y su nariz completamente roja.

-Mamá – susurre – mamá – y me lance a sus brazos.

El funeral será mañana a las 9:00 AM.

Los preparativos para el funeral ya están listos.

El funeral va a ser muy sencillo, solo las personas más allegadas.

El funeral, funeral, funeral, funeral, funeral, funeral.

No soportaba esa palabra y tampoco soportaba que mi tía Carlota la pronunciara por lo menos dos veces en cada 10 palabras que decía.

Que falta de tacto para referirse a la muerte de su hermana menor.

Desde que habíamos llegado hace dos horas, ella no había parado de parlotear sobre lo difícil que era realizar un funeral y como el gobierno podía exprimir hasta en la muerte a las personas para sacar provecho monetario de la muerte de tu familia.

-Mamá tardaran todavía mucho Mitch y mi papá – pregunte más por interrumpir a mi tía Carlota que por tener interés en saberlo. Todavía no deseaba enfrentar a mi prima.

Un Mes Para Seducirte - Harry Styles & Tu (HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora