Invisible

Numb

·KENNETH·

Iba caminando al hospital con mi guitarra al hombro para ver a Lía. Mientras caminaba pensaba en lo que había cambiado mi vida desde que la conocía. Antes era ella la invisible y ahora el que se sentía invisible era yo. ¿De verdad podía influir tanto la forma de conocerse dos personas en su relación? Ya estaba harto de esperar, hoy me lanzaría. Ya estaba bien de ser siempre el sumiso.

- Eh, ¿a dónde crees que vas? -una voz me sacó de mis pensamientos.

Me volví y ví que era Josh. Genial.

- ¿Tú que crees?

- No lo sé, porque como ya te prohibí ver a Lía, no se me ocurre ningún lugar al que puedas ir.

- Pues justamente iba a verla -me dí la vuelta y continué caminando.

- Eh, no me des la espalda -dijo él empujándome.

- Josh, ten cuidado. No soy como crees.

- ¿Y como creo que eres? ¿Un pringao? Entonces.

Bufé y continué mi camino. Él volvió a agarrarme.

- A ver, chaval, que veo que eres de perspectiva corta. No puedes ver a Lía.

- ¿Por qué?

- Porque te lo prohíbo -notaba que se le estaba acabando la paciencia.

- ¿Debería sentirme alagado al sentir que me ves como una amenaza? -sonreí mientras me marchaba.

- Se acabó -me cogió del cuello de la chaqueta y tiró de mí. Caí el suelo encima de mi guitarra. Él me apartó un poco para coger mi guitarra mientras yo me retorcía de dolor. - No quiero romperte también la guitarra, la dejo apoyada en la pared. Te quejarás de que no soy bueno, ¿eh?

Le miré con desprecio y él me dio una patada en la cara. Noté un fuerte dolor en el ojo derecho.

- Venga, levanta -me cogió de la camiseta y me levantó. - Adelante, ¿no tienes huevos?

Todo me daba vueltas y no podía abrir el ojo en el que me había golpeado. Conseguí fijar un poco la vista en Josh, aunque veía un poco borroso.

- ¡VAMOS!

Entonces le pegué un puñetazo en el estómago y una patada en sus partes.

- Pedazo de cabrón... eso es juego sucio... -dijo intentando contener las lágrimas.

Cogí mi guitarra intentando no caer al suelo y volví a mi casa. No quería que Lía me viese así.