·KENNETH·
Había pasado toda la noche en vela en la sala de espera junto a la familia de Lía a la espera de buenas noticias. Había hablado con Alexandre. La verdad es que me recordaba a Lía en su forma de ser, era tan entregado a los suyos como ella. Me había preguntado de qué conocía a su hermana. Yo le contesté que era una larga historia. En aquellos momentos no me apetecía recordar todos mis momentos con Lía y además lo más seguro era que no me creyese.
Así que allí seguíamos, en la sala de espera, con un aspecto horrible y un tremendo cansancio, pero no tan grande como la tensión que cada uno guardaba dentro.
- ¿Familiares de Lía Brulin?
- Sí -contestó de inmediato la madre.
- Ya está estabilizada. Acaba de despertarse. Pueden entrar a verla pero no la alteren, por favor. Aún está muy delicada.
- Muchísimas gracias, doctor.
Nuestro alivio era notable.
Me levanté del asiento y la habitación volvió a dar vueltas. Iba a caer pero Alexandre me sujetó.
- Gracias.
- De nada. Deja que te ayude. ¿Vas a verla también, no?
- Claro -sonreí.
Esperé fuera hasta que su familia terminó su visita. No duró mucho porque Lía necesitaba descansar.
- Ya puedes pasar -me dijo el hermano con una sonrisa.
Entré en la habitación. La observé. Era tal y como me la había imaginado, aunque estaba muy delgada debido al tiempo que llevaba en coma.
Ella volvió la cabeza y me miró.
- Hola, Lía -le dije sonriendo mientras me sentaba a un lado de la cama. - ¿Cómo te encuentras?
Ella se me quedó mirando unos segundos.
- ¿Quién eres?
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Invisible
Teen Fiction- ¿Ventajas de ser un semifantasma? -dijo con una bonita sonrisa. - Supongo que algo bueno tendrá que tener esto... - Bueno, nos hemos conocido, ¿no? NO COPIES, SÉ ORIGINAL ;)