They say we're losers and we're alright with that

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 - ¡Hola, fantasmita!

 - Ya me has adjudicado el mote...

 - Sí. ¿Te gusta?

 - Bueno, no está mal.

 - Te encanta -dijo sonriendo.

 - ¿Por qué siempre crees saber lo que pienso?

 - Porque sé lo que piensas.

En aquel momento decidí callarme para que pensara que me había ido y me dejara en paz.

 - ¿Lía?

Puso cara de indignado.

 - ¡Sé que no te has ido así que por favor no me ignores!

Continué sin decir palabra.

 - Si continúas ignorándome... ¡me voy a enfadar mucho!

Le abracé por la espalda. A veces era un idiota pero me importaba demasiado como para verle enfadado.

 - Podría acostumbrarme a esto -dijo sonriendo.

 - Estás diferente. Tienes el pelo más largo.

 - Ya... Es que la última vez que viniste fue hace dos semanas...

 - ¿QUÉ?

 - Sí... Te he echado mucho de menos, ¿sabes?

 - Ohh, ¿el pequeño niño imbécil, tonto, idiota, loco y feo me ha echado de menos? -le abracé con más fuerza.

 - ¿Quién es ese? ¿Me estás engañando con otro?

 - Ese eres tú -dije riendo. - Y no puedo engañarte ya que nosotros no somos nada.

 - ¿No somos nada?

 - No.

 - ¿Lo dices de verdad? -ahora parecía dolido de verdad.

Me quedé callada y me separé de él. No podía ser nada de alguien que ni siquiera podía verme...

 - Lía, ¿lo dices de verdad?

 - Kenneth, no puedo ser nada tuyo.

 - ¿Por qué no?

 - Ni siquiera sabes cómo soy...

 - Sí que sé cómo eres. Eres una chica amante de la música, insegura, abnegada... fea, loca, idiota, tonta e imbécil.

 - Muy gracioso -dije sarcástica.

 - Lía, es cierto. Sé lo suficiente sobre ti.

 - No, no lo sabes. Y cuando te des cuenta... 

 - No tengo que darme cuenta de nada. Ya no me corto. Es todo gracias a ti.

 - No, no lo es.

 - Sí, te debo la vida, Lía.

 - No me debes nada, Kenneth...

 - ¿Por qué no quieres aceptarlo?

Suspiré.

 - Deberías salir con una chica normal. Podías salir con tu amiga morena... la verdad es que parece una buena chica y se nota que te quiere. Y a ella sí que podrías abrazarla de verdad.

 - Pero yo no la quiero a ella, yo te quiero a ti.

Y aquel fue uno de esos momentos en los que sientes que dejas de respirar, que el universo se detiene, el tiempo no transcurre...

 - ¿Y tú... me quieres a mí, Lía?

InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora