KENNETH

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De repente ví una luz, demasiado brillante para poder abrir los ojos del todo. En unos segundos pude empezar a ver, aunque veía todo con demasiado brillo, como lejano... Estaba... ¿en la habitación de un adolescente? ¿Qué hacía yo allí?
Entró un chico de pelo castaño, alto, piel de un suave color moreno. Estaba cabizbajo y andaba deprisa, llevando un balón de baloncesto en un brazo y en el otro llevaba una bolsa de deporte, la cual tiró de mala gana a un extremo de la habitación. Balbuceé lo que pretendía ser una disculpa por estar en su habitación, pero no sabía qué excusas darle... Ni siquiera sabía cómo había llegado allí ni quién era él.
El chico caminó hacia mí con aire furioso. Se estaba acercando demasiado deprisa, ¿quería embestirme o qué?

- ¿Qué...?

No terminé la pregunta. El chico me atravesó. Sí, me atravesó y se tiró en la cama con las manos cubriendo su rostro.
¿¿¿Qué acababa de pasar??? Me... había atravesado... así como así. Y el chico ni siquiera parecía advertir mi presencia. En aquel momento mi nivel de confusión estaba por las nubes.
El chico se levantó de la cama y encendió el equipo de música que tenía sobre su escritorio. Puso algo de rock y subió el volumen a tope. Costaba escuchar mis pensamientos. Espera... esa canción... ¡¡¡ERA NUMB, DE LINKIN PARK!!! Me encantaba esa canción. El chico se quitó la camiseta de baloncesto y empezó a quitarse las deportivas. Parecía que iba a cambiarse así que, incómoda y nerviosa por la situación, me dí la vuelta. Cuando creí que había terminado me volví, ahora llevaba un pijama con dibujos de guitarras en los pantalones y la camiseta era negra, lisa con LET'S ROCK! escrito en el pecho. Al parecer le gustaba mucho la música, y en especial ese género. Su habitación estaba repleta de pósters de Simple Plan, Linkin Park, AC/DC, Green Day... un momento... ¿también tenía uno de The Script? Me acerqué para verlo mejor. Sí, definitivamente eran ellos. No conocía a muchas personas que supieran siquiera de su existencia, así que conocer a alguien que al parecer compartía mis gustos musicales me entusiasmó. Bueno, en realidad no le conocía...
Terminó la canción y empezó Lose Yourself, de Eminem. El chico rapeaba a la perfección la letra al ritmo de la música mientras guardaba la bolsa de deporte en el armario. Ví que tenía en un rincón una guitarra acústica y otra eléctrica. Yo siempre había querido aprender a tocar. Me había quedado tan embobada con la música, los pósters y el rap del chico que me había olvidado de que yo no debería estar allí y que me acababan de atravesar como si no fuera más que aire.
Intenté llamar la atención del chico, le llamé, le grité, salté... nada. Traté de sacudir su hombro pero mi mano lo atravesó. Vale... Quizá pudiese tirarle algo. Había bolígrafos en el escritorio así que fui a coger uno pero este ni siquiera se movió.
Me rendí y me conformé con sentarme en el puf que había allí. Entonces el chico apagó la música y tomó la guitarra acústica. Ahora más que rabioso como estaba antes parecía más bien profundamente hundido. Tocó algunos acordes y finalmente comenzó a cantar algo que me sonaba demasiado:

- Hey dad look at me
Think back and talk to me
Did I grow up according to plan?
Do you think I'm wasting my time
Doing things I wanna do?
'Cuz it hurts when you disapprove all along...

Simple Plan. Ese chico me producía verdadera empatía y eso que aún no le conocía. Cantaba realmente bien, la verdad. Sus manos deslizaban por las cuerdas de la guitarra tan fácilmente... Seguro que llevaba tocando mucho tiempo, se podía ver en su práctica.

-'Cuz we lost it all
Nothing lasts forever
I'm sorry
I can't be... perfect
Now it's just too late
We can't go back
I'm sorry
I can't be... perfect...

Justo en aquel momento sonaron unos golpes en la puerta.

-¡¡Kenneth!! ¿Dónde están mis pastillas para dormir?

Kenneth... así se llamaba...

-¡KENNETH! ¡No me toques más la moral!

Kenneth permanecía en silencio. Había dejado la guitarra y ahora simplemente miraba preocupado a la puerta.

- ¡TÚ NO ME CONTESTES! ¡ME VOY A COMPRAR OTRAS!

Entonces se escucharon pasos alejándose y un portazo. Kenneth se cubría el rostro con las manos. La mujer pedía las pastillas más bien desesperada... no creía que las pastillas fueran para conciliar el sueño.
Ya que parecía que en la casa solo estábamos Kenneth y yo, quería al menos ver el resto de la casa. Quise quitar el pestillo de la puerta, pero mi mano lo atravesó. Entonces, algo dudosa, cerré los ojos y di un paso hacia delante. Cuando los abrí me encontraba en un pasillo. Lo había hecho, ¡había atravesado la puerta!
Caminé despacio por el pasillo, contemplando los muchos marcos con fotos familiares. Reconocí a Kenneth en una de ellas. Estaba con una mujer que lo abrazaba, suponía que era su madre. Era una mujer guapa, con unas bonitas curvas, pelo castaño como el de Kenneth y llevaba un vestido amarillo palido precioso. A su lado había un hombre, quien debería ser el padre de Kenneth. Este tenía un semblante más serio, pero aún así forzaba una sonrisa torcida. Tenía un tupido cabello negro que cubría su cabeza y su piel era del mismo tono que la de Kenneth. Parecían felices en aquellas fotos. Kenneth no aparentaba precisamente lo mismo ahora...
Oí cómo la puerta principal se abría, me giré y ví entrar torpemente a un hombre con una botella de vodka en la mano.

-¡Claire, ya estoy en casa! Prepárrr...ame la bañera, quierrrr...o relajarme un rrra...ato...

El hombre buscaba por toda la casa. Kenneth salió de su habitación tímidamente. Respiró hondo y se dirigió a su padre.

- Claire ha salido -¿había llamado a su madre por su nombre?

-¿Yyy... por qué cojones se ha ido ahora?

-Ha salido a comprar unas cosas que se habían acabado...

- ¿Y por qué no has ido tú? -Le dijo su padre situándose delante de él- ¿No sirves ni para eso? Eres un completo inútil, no sé a quién habrás salido...

-Lo siento... -Kenneth miraba al suelo.

- ¡No quiero tus disculpas, QUIERO QUE DESAPAREZCAS!

Y entonces ví como alzaba su mano para golpear al chico.

Grité. Todo se volvió blanco de nuevo.

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