MATS (32)

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La semana transcurrió demasiado rápidamente, habíamos convenido con Emma que todo se haría de manera privada, habíamos accedido al primer paso que era el examen de ADN. Los tres habíamos dado muestras de material genético para establecer la paternidad de Tatiana. Yo no había visto a Marco desde aquella vez en el patio de comidas del mall, solo había tratado con su abogado, pero tendría que enfrentarlo en el estadio en solo unas horas. Realmente quería tenerlo frente a mí y al mismo tiempo temía que todo se saliera de control.

—No te ves nada bien, Mats —dijo Özil— Tienes cara de que no duermes desde hace semanas.

—Pase lo que pase en la cancha hoy, tienes que prometerme que no vas a dejar que pierda los estribos.

—Me estas asustando, ¿es que piensas matar a alguien? —me observó con más detenimiento.

Nadie del equipo conocía la naturaleza de mi problema con Marco, mucho menos Özil o Per, que llevaban años fuera del fútbol alemán y en la selección eran de la opinión de que los problemas personales era mucho mejor dejarlos afuera. Por un momento casi pensé en fingir alguna cosa, no jugar o mi rabia estallaría en dos minutos salpicando a todos.

Emma no iría al estadio. No la echaría de menos porque casi nunca iba y hoy tenía mucho menos interés de que estuviera ahí. Per se ajustó el brazal de capitán y me palmeó la espalda para darme ánimos.

—Sé que lo harás bien, Mats.

Aplaudió para llamar al orden y nos dirigimos al túnel. El Chelsea ya estaba ahí, esperando; y aunque la mayoría se conocía y bromeaban entre sí, no dejaba de haber una cierta hostilidad latente. Arsenal tenía un largo historial de derrotas contra ellos y yo era de los que tenía mayor responsabilidad: marcar a Diego Costa, el jugador más detestado de la liga y reconocido mañoso. Marco estaba a mis espaldas y había preferido no mirarlo al pasar junto a él. No quería desconcentrarme.

Una vez que comenzó el partido traté de focalizarme en mi objetivo, que era Costa y dejar que Marco fuera problema del resto de la defensa, pero no era suficiente.

— ¡Despierta, Mats! ¡No puedes dejar que Marco desborde, es demasiado peligroso!

El muy cabrón había elegido encarar por mi lado, burlarse, mostrar mis debilidades y humillarme frente a todos. Al tercer regateo consecutivo lo derribé demasiado cerca del área, provocando un tiro libre que por poco nos pone en desventaja.

— ¿Qué pasa, Hummels; qué acaso ya estas con miedo? —susurró al pasar junto a mí. Pensé en pedir el cambio, no sabía cuánto más podría aguantar la provocación sin responder. Per lo notó y se movió a mi sector para relevarme, pero Marco tiró la diagonal nuevamente hacia mi lado buscando la falta...y lo consiguió. La patada lo hizo rodar varios metros y aún así se levantó al punto para encararse conmigo.

— ¿Esta es la mejor manera de responder que se te ocurre? — dijo, dándome un empujón.

—Aléjate de mí, Marco— le advertí hablándole muy de cerca, rozando su nariz

—No sabes que hacer porque sabes que Emma te cambiaría por mí a la primera oportunidad y te quedarías sin nada ¡Siempre me has tenido envidia!

Fue la gota que colmó el vaso. Lo derribé de un cabezazo y todo se desvirtuó. Los jugadores de uno y otro equipo trataban de separarnos mientras Per y Özil simplemente no podían creer lo que oían, el drama de nuestra vida lo estábamos dirimiendo a gritos en medio del campo de juego y de un partido.

Él árbitro terminó el asunto de un plumazo, nos mostró la roja a cada uno y nos mandó al vestuario después de haber jugado escasos veinte minutos. Nos sacaron a rastras a cada uno por separado, para que no nos volviéramos a cruzar en los pasillos. A Marco le dieron cinco puntos para cerrar el corte que le hice en la ceja derecha y a mí una dosis de calmantes que hubieran derribado a un caballo, dado lo alterado de mis nervios.

Cuando desperté Emma estaba a mi lado, acariciando mi cabello. Me acurruqué aún más junto a ella, tratando de volver a dormir. La escuchaba susurrarme "Lo siento tanto Mats, lo siento tanto, todo es culpa mía".

Pero yo también sabía que tenía gran parte de ella.


Für Immer ||Mats Hummels|| Marco ReusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora