Capítulo 22

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Aquella noche dormí tranquilamente hasta que nuevamente me perturbo esa horrible pesadilla, esta vez no fue tan intensa como la noche anterior, sólo mis ojos se abrieron y mi respiración estaba acelerada, se escuchaba claramente en la habitación. Por mi mente pasó el asunto del baile, estaba confundida, no sabía si ir o no ir. Sólo quería que pasará, esa fecha fue tan triste para mí, porque no estaba con los que en realidad tendría que estar. Nose nisiquiera como he mantenido mi salud mental estable con todo lo que me ha pasado, una persona normal ya hubiera explotado en millones de pedazos. Estaba mirando hacia el techo pensanso en todo, en mi mamá, mi hermano y... en mi tío. Sí, en mi tío también ese desgraciado que arruinó completamente mi vida y mi adolescencia, el culpable de todo.
Donde estarán? Me preguntaba. Y mi abuela? Que será de ella? Esa mujer no tiene corazón, como pudo abandonarme de tal manera, de tal horrible manera.
Unas lágrimas empezaron a bajar de mis ojos, estaba recordando la sonrisa de mi mamá, esa sonrisa que a pesar de tener un millón de problemas siempre te hacía sentir mejor, sus palabras de aliento cuando yo no estaba bien. Esas cosas que me decía para que mi autoestima subiera y me valorará a mí misma...
La extraño. Hubiera preferido haber perdido todo menos a mi Mamá y a mi hermano. Mi joven he inteligente hermano con un humor irritante, peliabamos por tontería, pero hoy me parecen totalmente cautivadoras.
Más lágrimas me cubrían el rostro poco a poco.
-Hasta acá puedo escuchar tu llanto.- una voz interrumpió el silencio y mis profundos pensamientos. Una voz de hombre recién levantado.
-Estoy triste...-
-Estas recordando? Cierto Amber?-dijo Jhonnatan.
-Si... es imposible evitarlo.-
-Debes tratar de pensar en otras cosas.-
-Si... lo sé. Tuve denuevo esa pesadilla.-
-Se ha vuelto más frecuente.-
-Si. Si cambiamos de tema?- aún me sentía incómoda con Jhonnatan por lo que había pasado en estos días y por que... no lo sé, me daban cosquillas en el cuello cuando me miraba o me hablaba, la piel se me erisaba cuando lo veía. Es extraño.
-Si mejor cambiemos de tema... hablemos de... Nunca me has hablado de tu papá.- dijo bajando un poco su voz.
-Si... no te he hablado de el porque no se si existe o si aún está vivo, nunca lo conocí.-
-Y no te gustaría conocerlo?-
-No. Una persona que no estuvo allí cuando estabas bien, mucho menos estará cuando estés mal.-
-Tienes razón... hey! Iras al baile verdad?-
-No se... creo que no.-
-Porque? Va a ser muy divertido, te recomiendo que vayas porque es la única actividad durante todo el año.-
-Que?! Y que pasó con año nuevo?-
-Aquí eso no existe. Antes no era así.-
-Antes?-
-Si... Antes de que el señor Ricardo muriera, el era el que manejaba este lugar, era una persona totalmente agradable y tranquila, debe estar revolcandose en su tumba al saber lo que pasa aquí, las atrocidades que pasan aquí.-
-Y... ahora quien esta a cargo?-
-Su hijo. Es todo lo contrario a él, es frío y casi nunca lo vemos, siempre esta en su despacho.-
Jhonnatan y yo continuamos hablando durante horas... conociendonos y rompiendo el hielo más entre nosotros.
Luego de un rato los dos nos quedamos dormidos al instante, luego de horas de habladuria.
Desperté y era otro día común y corriente. Me levanté y no ví a Jhonnatan en su cama, hice lo mismo de casi todas las mañanas: tomé mi ropa, me metí a la ducha, me bañé, cepille mis dientes y me arregle un poco el cabello. Me puse unos jeans negros y un suéter rosa con un águila en medio.
Salí a buscar a Angélica para hablar un rato con ella.
Al abrir la puerta, estaba Jhonnatan parado al lado de la puerta de la habitación, junto con unos amigos.
-Buenos días señorita...-dijo sonriendo maliciosa y sensualmente.
Yo le devolví la sonrisa y seguí mi camino, Dios! Si me quedaba otro segundo más allí me hiba a dar un infarto. Comencé a bajar las escaleras y vi a Angélica subiendolas.
-Hey! Te hiba a ir a buscar.-dijo sonriente.
-Yo también.-
-Vamos al patio?-
-Si allá hiba-
Bajamos juntas las escaleras y yo aún sonreía al ver en mi mente a Jhonnatan dicuendome buenos días.
Estaba vestido con un suéter blanco con diseños en rojo y unos jeans que se le veían tan bien, me mataba poco a poco.
Habíamos bajado las escaleras y estábamos en el primer piso y vi a monica saliendo hacia el patio por la puerta principal.
-Mónica!- acelere el paso hacia ella, detrás de mi venía Angélica.
Estabamos justo en el patio, las tres.
-Hola.-dijo volteandose hacia mi.
-Como estas pequeña?-dije dándole un beso en su pequeña frente, me había encariñado con ella en tan poco tiempo, es que en ella me veía reflejada.
-Bien-dijo con su tierna voz.
-Porque andas sola? Donde están tus amigas Mónica?-
-No tengo-
-Porque?-
-Porque me castigaron y les dijeron que si me hablaban las hiban a castigar también.-
-Quien dijo eso?-
-El maestro.-
Como es posible que alguien que tenga sentido común manipule a unas niñitas que aún son inocentes, mi temperatura comenzó a subir por el enojo que mi cuerpo estaba almacenando, tenías ganas de subir y mandar a la mierda a ese supuesto director.
-Ven Mónica, vamos a conversar un rato.-dije. Tomé su mano y fue como si un ángel me hubiera tomado de la mano, la mire y ella levantó la mirada hacia mi, sus ojos verdes y redondos me cautivaron totalmente y al instante, tenía en su rostro una pequeña sonrisa que adornaba sus labios, me recordaba a mi Mamá.
Caminamos, Angélica, Mónica y yo hacia el patio y estaba lleno de personas, por supuesto como no habian clases, todos hiban a estar allí. Encontramos un pequeño lugar vacío y con una fresca sombra. Nos sentamos y Mónica miró hacia la cerca, más allá de la cerca.
-Que ves Mónica?- preguntó Angélica
-Por ese camino se fue mi mamá, dijo que volvería.-
Angélica y yo nos miramos y en ese momento quería romper en llanto. Su mamá la abandonó aquí, en este horrible lugar sin saber lo que aquí le harían a esta pequeña. Este en un infierno con cara de cielo.
-Mónica... como han sido tus clases?-dije tratando de cambiar de tema y interrumpir el triste silencio que había entre nosotras.
-Buenas y las tuyas?-dijo Mónica mirándome.
-también... eso creo.-
Horas habían pasado... creo que nos quedamos por los menos 5 horas hablando sobre nosotras. Ya eran las seis de la tarde y el sol había comenzado a bajar, ya se había puesto el sol y la Luna ya empezaba a hacer presencia.
-Entremos entonces!-dije levantandome y a la vez, Mónica y Angélica se levantaron del suelo.
Tomé de la mano a Mónica y caminamos hacia la puerta. Entramos al edificio y detrás de nosotros venían algunas personas igualmente entrando. Subimos las escaleras y mientras lo hacíamos vi a algunas chicas probarse sus hermosos vestidos y hablando sobre ellos.
-Mónica... iras al baile pequeña?-
-Si.-
-Entonces te ayudaremos a arreglarte.-dije mirando a Angélica y ella afirmó con su cabeza.
-Cual es tu piso?-dijo Angélica.
-El 4-
Habíamos llegado ya a su habitación y entramos, no había nadie.
Mónica busco en sus cajones y sacó un vestido morado que era muy lindo.
-Pontelo.-dije
Ella se metió al baño y cuando salió lo traía puesto.
-Te ves muy bonita.
Ella se metió debajo de su cama y sacó unas pequeños zapatos que hiban con su vestido, se los puso y se le veían tan bien.
-Vamos...- dijimos saliendo de la habitación de Mónica, caminamos hacia las escaleras y Mónica se detuvo al pie de ellas.
-Que pasa? No quieres ver nuestros vestidos?-dijo Angélica.
-Si pero es que me caeré cuando este subiendo las escaleras.-
-Ok te voy a cargar, esta bien?-
-Si!-
La tomé del torso y la cargué. Tiernamente, rodeó sus brazos en mi cuello como si su vida dependiera de eso, sentí que ella se estaba volviendo como una pequeña hermana para mí, como si fuese ella mi responsabilidad.
Subimos hasta el cuarto de Angélica y abrió la puerta, estaba Dereck allí, parado en medio de la habitación con un traje muy elegante y bonito.
-Hola Amber!-
-Hola Dereck, veo que irás al baile?-
-Si y tu?-
-No creo.-
-Porque? Te hiba a invitar a bailar-
-Jaja no se... es que nisiquiera se bailar.-
Que lindo fue al invitarme, pero en realidad no tenía ganas de ir, ni mucho menos bailar.
-Vamos! Anímate. Y quien eres tu pequeña princesita?-dijo dereck mirando a Mónica que se escondía detrás de mi.
-Se llama Mónica!-dijo Angélica desde el baño.
-Es un placer señorita, esta muy linda hoy.-
-Gracias.-dijo tiernamente.
Angélica salió del baño con un vestido color turquesa que era muy lindo, tenía pliegues por todos lados, parecía un ángel.
Luego de un rato esperando a que Angélica terminará de arreglarse, salimos y mientras hibamos en el pasillo, veía a todos con sus trajes tan elegantes y cada chica traía a un chico de su brazo.
-Ahora sólo faltas tú.-dijo Mónica
-Si... saben creo que no iré.-
-Que?!-dijo Angélica
-Si... creo que no iré...-
-Deja la pendejada y ponte tu maldito vestido y ve al maldito baile.-
-Ok,ok... pero no voy a bailar.-
Subimos a mi habitación y entramos, y me agache y saque de debajo de mi cama el vestido.
-Me voy a bañar un poco.-
-No hay problema... son las 7 tenemos tiempo.-dijo Angelica.
Me meti al baño y me bañé, lave mi cabello y me tomé mi tiempo para hacerlo.
Al terminar, salí de la ducha y me seque, me puse el vestido y me quedaba espectacular! Tome crema de peinar y la puse en mi cabello y comencé a desenrredarlo cuando termine tomé una bincha y la puse en mi cabello los rizos caían hasta mi pecho. Salí del baño y vi la cara de Angélica.
-Te odio maldita!!-
-Porque?-
-Porque ese vestido se te ve... increíble.-
Efectivamente el vestido era hermoso, me quedaba justo un poco más arriba de las rodillas, me sentía bonita.
-Ese vestido resalta tus...-dijo Angélica poniendo sus manos encima de sus pechos.
-Jaja eso crees?-dije mirando mi busto y era cierto resaltaba mi busto por el escote en forma de corazón que tenía. Tomé las sandalias y me las puse.
Angélica se levantó de la cama y me miró de arriba a abajo con la boca totalmente abierta.
-Te ves muy hermosa Amber, ahora si que vas a ganarte a ese Jhonnatan!-
-Jaja no se...-
-Enserio te ves hermosa, muy hermosa.-
-Gracias Angélica...-
Me mire a mi misma y me sentí linda, sentía que mi Mamá me alentaba al oído con sus palabras.

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